Un príncipe de Navidad o alguien más | Simon

Capítulo 7

Las galletas fueron terminadas y ahora nos encontrábamos en la aldea de Aldovia, había un evento de caridad y como invitadas de Emili teníamos que asistir. Aun con mi gran abrigo seguía sintiendo el frío aire de Aldovia recorrer mi piel.

- ¿Estas bien?- pregunto Emili mirándome

- Perfectamente- asenti mientras frotaba mis brazos con mis manos

- Cass siempre ha sido friolenta- explicó Amber con diversión

Negué con los ojos entre cerrados y seguimos nuestro camino, nos detuvimos frente a lo que era el escenario. A lo lejos logre ver a Simon junto a Lady Sofia cosa que me molesto un poco. Fue tanto mi estrés visual que atraje la mirada de Simon hacia mi. El le dijo algo a la mujer y se apartó, para venir en mi dirección.

- ¿Cómo va tu día, Sarah?- pregunto acercandoce para besar mi mejilla

- Muy bien- respondí con media sonrisa falsa

- Estas muy fría- afirmó al apartarse un poco

- No crei que hacia tanto frío en Aldovia- confesé cruzandome de brazos para darme calor

- Permíteme- músito y se quitó uno de sus sacos para darmelo

- Gracias, Simon- expresé algo soprendida

El se quedó junto a mi en todo el discurso de la Reina Elena. Cuando fue el turno de Richard de pasar a dar un discurso, el nunca subió al escenario y pude notar como Lady Sofia se giraba para mirar a Simon con una sonrisa un tanto macabra.

- ¿Hay algo divertido en que tu primo no apareciera?- cuestione logrando que si sonrisa se borrará

- Nada, en lo absoluto, Sarah- negó Simon de inmediato

Mientras los reporteros que había a nuestro alrededor preguntaban sus dudas a la Reina, pude ver como Amber y Emili se alejaban a no se donde. En cambio Simon se retiraba en dirección de Lady Sofia, de nuevo.
Tiempo después de que Richard no apareció, la Reina canceló el evento y tuvimos que volver al Palacio.

/.../

Mientras Amber revisaba algunas cosas, yo le daba una clase de matemáticas a Emili, al final de cuentas, teníamos que seguir con la farsa.

- ¿Que es una hipérbole?- cuestione mirando mi libro

- ¿Es una hipérbole si dijo que esto es tan aburrido, que explotará mi cabeza?- pregunto Emili de vuelta

- Tienes que concentrarte- músite cruzandome de brazos

- ¿Como quieres que me concentre si faltan tres días para Navidad?- pregunto la princesa con seridad

- Bien lo siento- negué sonriendo- Por hoy, tu ganas

- ¿Qué les parece si tenemos una pequeña aventura?- pregunto Amber con una sonrisa

- Vayan ustedes, yo me encargaré de Averill- dije con media sonrisa

- Ella no lo notara- comentó Emili mirándome con súplica

- Esta bien, vamos a esa aventura

Las tres salimos del Palacio, Amber nos había llevado a montar trineos en la nieve. Ella subió con Emili en uno y yo subi en otro, nos resbalavamos por la blanca nieve. Hasta que Emili y Amber casi chocan con mi trineo y tuvimos que desviarnos.

- Esto es peligroso- músite tirada en la nieve

- ¿Emili?- pregunto Amber causando que levantara mi vista

- Em, ¿Estas bien?- pregunte acercándome a la mencionada

- Hagámoslo de nuevo- pidió girandoce sobre la nieve con una sonrisa

- Pequeña... te daré una lección- músito divertida

Amber yo ibamos a tomar algo de nieve, pero nos detuvimos al sentir un ligero golpe en la espalda.

- ¿Que paso?- pregunte mirando a Amber

- ¡Ricahrd!- grito Emili al ver a su hermano detrás de nosotros

El príncipe hacia comenzado una pelea de nieve, que las chicas logramos ganar, todo iba muy bien hasta que vi a Simón y Lady Sofia pasar a lo lejos sobre una carreta.
Para mi suerte volvimos al Palacio muy pronto, sólo esperábamos no tener problemas.

- ¿Podemos hacerlo de nuevo mañana?- pregunto Emili mirándome

- Talvez si- afirme en un susurro

- ¡Vaya que escena!- grito una voz desde las escaleras de la entrada

- Su majestad- dijimos Amber y yo al unísono

- Srta. Asthon y Srta. Anderson, uno de los jardineros me dijo que las vio con Emili en un trineo, ¿Es eso cierto? - cuestino la reina mientras bajaba las escaleras en compañía de Averill- Quiero la verdad

- Solo estaban divertidoce madre- respondió Ricard

- No estoy hablando contigo- emitió la mujer con seridad

- Es verdad reina Elena y lo lamentamos- respondí con preocupación 

- Suficiente- dijo la Reina aún con mirada sería- Se que mis hijos piensan que he sido sobre protectora, su impertinencia es inexcusable y con eso ya dicho. Mi difunto esposo era un gran creyente del aire fresco y no había visto una verdadera sonrisa en el rostro de mi hija

Habíamos tenido suerte la Reina no se molesto del todo. Después de ese momento tan estresante, Amber llevo a Emili a su habitación y yo volví a la nuestra. Mi amiga llegó después de unos minutos, ambas escribimos un par de notas sobre el interesante día que habíamos pasado con el príncipe, para después disponernos al dormir.