Instantáneas | Eruri Week 2020

DAY 1: JACKET BOYFRIEND

¡Hola! Tras ir compartiendo mis drabbles a lo largo de la semana en Ao3, he decidido subirlos todos también a Wattpad. Por si no conoces el concepto, en la eruri week (que como su nombre indica comprende una semana) se asigna un concepto a cada día y en función a este se escribe/dibuja. Cada concepto será el título de cada drabble. Gracias por leerme y ojalá te guste.

pd: este primer drabble tiene spoilers, pero solo del anime, si no lees el manga, pero has visto el anime completo, puedes leerlo sin problema.

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Parece que todavía huele a él. Levi a veces se refugia en su tela, cuando no puede más. Es confortable hundir la nariz en su parte interior, como si no solo albergase el olor, sino también el calor. Su tacto es suave ahí, por eso se anima a mover la cara con lentitud, como si fuese solo un parpadeo, transformando el toque de sus mejillas en apenas una caricia; sus manos se aferran a las mangas, donde el tejido es más áspero.

Esta prenda es de color oscuro, pensada para ropa más formal y demasiado grande para él. Pero eso nunca ha importado: se la ha puesto sobre los hombros en múltiples ocasiones, incluso para pasear por la Capital. O para acompañar a Erwin cuando debía guardar reposo tras perder su brazo, como si ella pudiese rodearlo de una forma que el comandante ya jamás imitaría de la misma manera. O al menos eso debió interpretar su superior, quien dijo en voz alta por primera vez, siendo ya menos dueño que él de la chaqueta, que podía quedársela.

Recuerda perfectamente cuándo comenzó su relación con la chaqueta. Su primer contacto fue también en la primera noche que pasaron juntos. Levi despertó en la cama (toda una novedad y no solo por ser en una ajena) con ella sobre su cuerpo y, a la vez, sobre la sábana que cubría su espalda y piernas, como si Erwin hubiese pensado que dicha capa no era suficiente. Tomaron el té en ese mismo colchón, con sus mismos trajes invisibles y la chaqueta firmemente doblada en la mesilla de noche.

Todo parece muy lejano ahora. La habitación de Erwin ya no huele a noche en vela, tampoco a infusión. Parece más fría y mucho más grande. Levi pasa sus brazos por las mangas: la costura que debería ajustarse a sus hombros cae más allá y el borde de la prenda le roza los muslos. Se deja caer hasta el suelo con la espalda pegada a la pared, como si volviese a ser un niño. El sonido que ejercen sus dientes superiores contra los inferiores llena la estancia de un chirrido desagradable. Se aferra a uno de los botones con tanta fuerza que podría arrancarlo, pero se obliga a ser cuidadoso.

También se obliga a pensar que, al menos, Erwin ya descansa.