DAY 4: SCARS

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¡Hola! Este drabble solo tiene spoilers hasta lo visto en la segunda temporada de Shingeki. Ojalá te guste.

***

—Estoy preparado —anuncia Erwin, casi de forma solemne. Entonces Levi le ayuda a quitarse las vendas por primera vez.

Ya hace días que perdió el brazo. Días que lleva en la cama sin hacer nada más que pensar en el miembro que siente, pero que no mueve, que cree ahí, pero que no está. Es una sensación muy extraña. Y no le duele y todos han estado pendientes de él. De que la herida no se infectara o sangrase, de que cicratizase bien. Pero ahora ha llegado el momento de ver las cicatrices. De verse, por primera vez, sin el brazo derecho.

Le gustaría mirar a Levi, comprobar qué cara tiene él mientras sus manos apartan con cuidado el vendaje de su piel, pero no es capaz de hacerlo. No es capaz de apartar los ojos de la zona de la pérdida. De su lesión de por vida.

Ahora es un soldado lastimado. Ahora todo será más difícil.

Su mejor hombre para un momento, apenas unos segundos de rigor antes de quitar la venda por completo. Y por fin lo hace. El muñón queda expuesto y parece tan lejano. Como si algo no tuviese sentido. Erwin no siente reconocerlo. No siente que sea su brazo. ¡Él siente que está ahí! Pero intenta alargar la mano y no puede... porque no la hay.

Hange le dijo que era normal, que esa sensación terminaría desapareciendo. El comandante piensa que quizás quien desaparezca sea él. ¿Cómo llevará a sus soldados a ninguna parte así? No se rendirá, pero se siente incapaz.

Levi, como temeroso, como un Levi que también se le hace extraño, acerca su mano a lo que queda de su brazo. Y entonces sí lo siente. Los dedos del capitán recorren sus cicatrices con cuidado, miedoso de hacerle daño. La herida parece sana. Ni siquiera está roja. Eso es un alivio.

También son un alivio esas caricias. Son suaves y parecen un cosquilleo. No son diferentes, las ha sentido antes, pero a la vez son un mundo. Levi, su Levi, con su seguridad habitual, se inclina hasta el muñón y lo besa, frotando su nariz contra su hombro y sus labios contra la carne desgarrada que no se regenerará, pero que está bien. Que está viva. Y eso parece importante. Eso es lo importante.

-No te han quedado tantas cicatrices -suelta Levi de repente, y Erwin, que no era consciente de que ahora le miraba a los ojos, sonríe con toda la cara. Con la mano que le queda, le coge de la cara para atraerlo hacia sí y besarlo.

Es cierto, no le han quedado tantas cicatrices. Al menos no las suficientes como para no querer seguir luchando por la verdad.

Instantáneas | Eruri Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora