Nuestro segundo encuentro.
(Narra Lucía)
Esa noche quedamos de vernos en su casa, vimos películas, pedimos algo de cenar y cómo estaba lloviendo demasiado, me pidió que me quedara con él. Fue esa noche lluviosa y muy fría, cuándo surgió nuestro segundo encuentro sexual.
Eran alrededor de las 3:00 a.m. y llovía a cántaros, hacía demasiado frío, pero estaba entre sus brazos, así que eso era lo de menos en ese momento.
Dormíamos abrazados en modo «cucharita», (al menos yo sí estaba dormida). En ese momento sentí el roce de sus labios sobre mi cuello, de una forma tierna y sigilosa me despertó, continuó besando mi cuello suavemente, acercándose lentamente a mi boca, me besó con pasión, pero sin dejar su ternura a un lado. Acarició mis senos por un momento, pero no se detuvo ahí, bajó su mano hasta mis bragas y la introdujo con una fina delicadeza que era fascinante, comenzó a tocar mi clítoris con sus experimentados dedos, en movimientos circulares y haciendo una leve presión en él, que sin poder ni querer negarme a la situación, cedí, ayudándole abriendo un poco más mis piernas. Mientras él continuaba utilizando sus mágicos dedos, besaba mi boca y cuándo lo hacía yo sentía cómo me iba mojando aun más, cómo mis ganas iban siendo más intensas, cómo mi piel se erizaba y cómo mi clítoris se ponía cada vez más duro y más sensible.
Sentía su deliciosa erección rozarme la cola, y, sin pensarlo demasiado y sin pedir permiso, metí mi mano en su bóxer, agarrándolo con firmeza y con muchas ganas, moví mi mano lentamente y de diferentes formas, para generar mucha más estimulación de su parte, aunque, no era muy necesario, él estaba que no podía más. Me excitaba demasiado sentirlo así y saber que era provocado por mí, mucho más. Bajó del todo mis bragas, levantó una de mis piernas, le ayudé levantando un poco mi cola, y lentamente fue entrando en mí, fue tan placentero, que al recordarlo me estremezco. Cada movimiento suyo me calentaba más, porque mientras me penetraba, iba estimulando mi clítoris y esa combinación, es realmente brutal.
Luego le pedí que se acostara, se relajara y me dejara a mí hacer lo mío, me recogí el cabello con una coleta para no tener interrupciones. Tomé su miembro con mis manos, lo introduje en mi boca y sin apartar mi mirada de la suya, lo lamí desde la base hasta la punta, haciendo movimientos circulares, saboreándolo, besándolo y tocando sus testículos al tiempo.
Podía ver su cara de satisfacción, sus gestos y esos deliciosos gemidos que delataban su placer. Era tanta su excitación que no aguantó más y me subió entre sus piernas, le ayudé, y mientras yo estaba en cuclillas me penetró. Comencé a mover mis caderas, primero muy lentamente mientras ponía mis senos en su boca y luego un poco más rápido mientras me abrazaba, yo besaba su cuello, gemía suave en su oído, mientras bajaba para besar su pecho, noté que le gustaba que lo hiciera, lo encendía mucho más. Me encantaba sentir como lo dominaba en ese momento, cómo lo poseía y lo tenía solo para mí, me excitaba aun más dominar la situación. Tan así que sentía que no podía más, estaba a punto de venirme, Entonces comenzó a mover su pelvis al ritmo de la mía y esa combinación fue inexorable para ambos, sentí cómo un corrientazo recorría todo mi cuerpo, erizándome por completo, mis ojos se humedecieron y de mi interior salía liquido por montones, me había corrido con un estremecedor orgasmo en «squirting», un fascinante orgasmo que, al derramar sobre él, provocó su orgasmo casi que al mismo tiempo. Fue maravilloso ver su cara de satisfacción provocado por mi placer al venirme encima suyo.
Terminamos cansados, sudando y extasiados de tanta exquisitez y deleite, de nuevo había sido un mágico y excitante encuentro. Sin lugar a dudas la conexión sexual y física que surgía entre ambos era alucinante. Me encantaba, me provocaba, me seducía, me hacía sentir de todo al estar juntos.
———————————————No iba a subir nada 🥺
El anterior sólo recibió 3 ⭐️En fin.... Gracias 🤩 a las que siempre me leen 🥺🥰
Cata 🥀