Marinette x Nathalie

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Marinette se encontraba en una cabaña cerca de un gran lago, contemplando la belleza del lugar hasta que oyó a alguien acercarse y volteó para ver a Nathalie, con un largo vestido blanco, un sombrero del mismo color y con su cabello suelto mientras sonreía.

-Lamentó la demora.- dijo la mujer mientras se acercaba a la azabache para darle un abrazo.

Marinette sonrió y correspondió al abrazo mientras apoyaba su rostro en el suave pecho de la mujer.

-Cielos, ¿qué voy a hacer contigo?
Tienes suerte de que me gustes tanto.- dijo la azabache antes de separar su cara del pecho de Nathalie y verla directamente a los ojos.

Las dos no podían dejar de verse y sonreír, y pasó, comenzaron a acercar sus rostros, con sus labios listos para encontrarse.

Éso era tan bonito que hasta ella se dio cuenta de que era un sueño.

Marinette empezó a abrir sus ojos, justo siendo interrumpida la mejor parte y quedó en blanco al ver a Nathalie, leyendo un libro, estando ella con su rostro sobre el regazo de la mujer que con su mano libre le daba leves palmaditas en el hombro.

Y todavía seguía soñando algo muy inapropiado e imposible con la secretaria de la familia Agreste.

Bueno, al menos en sus sueños podía dejarse llevar un poco.

-Veo que despertó.
¿Se siente mejor?- preguntó la mujer, sin dejar de leer, haciendo que la peliazul abra sus ojos al máximo.

Sí éso era un sueño, ¿por qué podía sentir?

-Como la tormenta no se detuvo, sus padres me ofrecieron quedarme por esta noche y como usted colapsó, la traje a su habitación, donde despertó por unos minutos y actuó de manera muy mimada, sólo durmiendo una vez que le ofrecí mi regazo como almohada.- explicó la mujer, con tranquilidad.

Marinette en ése momento estaba pálida, gritando internamente.

No recordaba éso de actuar mimada, pasando posiblemente vergüenza y desearía tanto recordar como Nathalie seguramente la alzó en sus brazos como sí fuese una princesa, pero no, su mala suerte siempre la seguía.

La chica recordó donde tenía apoyada su cabeza, se sonrojo y se sentó.

-Yo... me disculpo por todas las molestias que te cause hasta ahora, sobretodo cuando actúe como una niña mimada, cosa que no recuerdo.- dijo Marinette, mirando hacía abajo.

Nathalie cerró su libro, dio un leve suspiro y apoyo su mano en la cabeza de Marinette, quien levantó la mirada para verla sonreír.

-No te preocupes, no fue ninguna molestia.
Siempre quise una hermanita y este día, pude verte como una hermanita menor muy mimada a la que tuve que cuidar, te agradezco por éso.- dijo la mujer con ésa pequeña sonrisa que alteraban las emociones de la de cabello azul.

Ya no lo podía negar, le gustaba Nathalie, una mujer poco expresiva y mayor que ella, y lo peor es que ella sólo parecía verla como a una hermanita pequeña.

Cerrando sus ojos por un momento, dio un leve suspiro y saltó sobre Nathalie para darle un abrazo.

-Yo... ¿me seguirias mimando por esta noche? Todavía no me siento del todo bien.- mintió la chica, sabiendo que estaba completamente bien en ése momento.

Tendría un largo y complicado camino, pero llegaría al duro corazón de ésa mujer y lo haría suyo.

Nathalie que se sorprendió por el abrazo, dio un leve suspiro y abrazo a ésa "niña."

-Sólo será por esta noche, te cuidaré como a una hermanita pequeña pero mañana todo será como antes.- aclaró la mujer mientras sonreía levemente.

No se parecían en nada, pero por el momento Marinette sería su hermanita pequeña ante sus ojos.