𝐈𝐧𝐬𝐭𝐚𝐠𝐫𝐚𝐦 - 𝑪𝒐𝒍𝒆 𝑺𝒑𝒓𝒐𝒖𝒔𝒆 𝒚 𝒕𝒖 ©

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CAPÍTULO NARRADO 2/2

Narra ______:

Harry aparcó el coche delante de su casa. Rápidamente, bajó del coche y lo rodeó para luego abrirme la puerta. Le sonrío como agradecimiento y me coge la mano.
Harry abre la puerta y ambos pasamos. Si por fuera es grande, por dentro es enorme y preciosa. Todo está perfectamente decorado. Harry tiene muy buen gusto.

— ¿Quieres hacer algo, o prefieres dormir? — me pregunta mientras se pone delante mía y me agarra las manos.
— Prefiero dormir, quiero que este día acabe ya. — susurro apoyando mi cabeza en su pecho.
— Vamos arriba. — subimos las escaleras, aún agarrados de las manos.

Harry me guío hasta una habitación que está al lado del baño. Es muy amplia, tiene una gran cama de color crema, al igual que las paredes. A la izquierda hay un escritorio de madera de cerezo y un armario blanco al lado de la cama. Es preciosa.

— Iré a buscarte algún pijama de mi hermana, ¿si? — asiento. Harry sonríe y sale de la habitación.

Me siento en la orilla de la cama y la escena del baño no tarda en volver a mi mente, al igual que mis lágrimas.
Ella sentada en el lavavo y Cole entre sus piernas, besándose apasionadamente.

— No he encontrado nada de Gemma, así que puedes ponerte algo mío si quieres. — habla Harry a mis espaldas. Rápidamente, seco mis lágrimas y me giro, asintiendo varias veces. — Pequeña, no quiero verte mal, por favor. — se sienta a mi lado y seca mis lágrimas con sus dedos. — Mira, ¿sabes qué? Ese idiota de Cole no merece ninguna de tus lágrimas, ¿sabes por qué? — niego con la cabeza y él agarra mis manos. — Porque eres increíble, ______. Eres fantástica. La mejor chica del mundo mundial. ¡Qué digo del mundo! De la galaxia. Eres preciosa, por dentro y por fuera, inteligente, amable, cariñosa, graciosa, eres bellísima. En pocas palabras, eres maravillosa, _____. Y si Cole no ha sabido apreciarte y valorarte, es porque es un completo imbécil que no ha sabido apreciar lo que tenía a su lado. Eres perfecta, al menos para mi. — sonrío y me abalanzo sobre él. Harry no tarda en corresponderme el abrazo.

Al separarnos, beso su mejilla.
— Gracias Harry, te quiero. — le abrazo de nuevo.
— Yo te quiero más, preciosa.— me sonríe. — Iré a traerte algo mío.

Sale de la habitación y vuelve en menos de treinta segundas. En sus manos trae una sudadera azul claro y unos pantalones de chándal grises.
— Es lo único que tengo, espero que te sirva, lo siento. — se rasca la nuca, nervioso.
— Está perfecto Harry, gracias. — le sonrío.
— Genial, toma. — me da la ropa. — Saldré fuera para que te puedas cambiar.

Asiento y él vuelve a salir de la habitación. Me quito la ropa de la fiesta y me pongo lo que Harry me ha dado. Me queda enorme, pero me gusta. Me siento cómoda. Inhalo el olor de la sudadera y huele a él.

— ¡Ya Harry! — aviso. Harry entra y se me queda mirando. — ¿Y? ¿Qué tal me queda? — pregunto dado una vuelta sobre mi misma.
— Enorme. — suelta una carcajada. Y yo me uno a él. — Te queda genial.
— Gracias.
— Deja de darme las gracias, todo lo que hago es porque te quiero. — besa mi frente. — Ahora, dejaré que descanses.
— Vale.

Harry está dispuesto a irse, pero le agarro la mano y él se gira a verme, confundido.

No sé si lo que voy a hacer está bien, pero me apetece muchísimo.
— Harry, no te vayas. — le suplico. — No me dejes sola.
— ¿Quieres que duerma contigo? — pregunta, asiento. — Genial.— ambos nos acostamos en la cama y nos quedamos mirando.
— Buenas noches, Harry.
— Buenas noches, _____.