Volver a Amar .

Capítulo 3

Ya no había dolor todo se había desvanecido y me deje ir.

Observo a mi alrededor y no estoy en la casa y eso fue lo último que recuerdo, alrededor de mi sólo hay oscuridad todo estaba tan silencioso que daba miedo y inconscientemente llevo mis manos a mi vientre y ya no hay nada ¿Dónde está mi bebé? ¿ Que sucedió? ¿Dónde estoy? Y lo más importante ¿Qué pasó con mi bebé?.

- Dios mío, mi bebé - susurro a la nada y nuevamente regresa el dolor. En mi mente pasaba una y otra vez como Jorge me golpeaba, recordaba sus insultos y me llene de mucha rabia eh impotencia. ¿Como pude permitir que nos sucediera eso?. Es mi culpa que haya perdido a mi bebé《Mi culpa》 lloro de impotencia, debí protegerte mi amor perdóname.

De repente en medio de la oscuridad comienzo a percibir un a pequeña luz, una luz muy hermosa, la más hermosa que mis ojos hayan visto y en de esa luz venía un niño muy hermoso de cabellos rizados negros, nariz respingada, tez blanca, unos labios pequeños rosados y unos ojos hermosos que me recordaron a los de mi padre y detrás del niño venia un ángel de unas alas esplendorosas tan hermosas que salía ellas pequeñas estrellas que iban iluminando todo a su alrededor borrando la oscuridad que había antes de que ellos llegarán.

Se detienen a la mitad de camino yo quedé muda. ¿Quiénes son? ¿habré muerto? Jamás en mi corta vida había visto un ángel, solo en pinturas, imágenes o esculturas en las iglesias. ¿Que hacían ellos aquí? Y lo más importante, ese niño, ¿Quién es? .

- Mami - el niño se me acerca lentamente.
- ¿Quién eres? - era imposible, mi bebé tenía 3 meses, el no puede ser mi bebé.
- Mami soy yo Miguel Ángel.

Comienzo a llorar el es mi bebé, ese niño de 5 años era mi bebé entonces - Oh Dios mío - mis lágrimas comenzaron a derramarse. Perdí a mi bebé.

Caigo de rodillas y comenzó a llorar, perdí a mi bebé, lo perdí. En eso siento como unas manitas acunan mi rostro y me como levantan mi rostro lentamente y me encuentro con esos ojos tan hermosos idénticos a los de...

- Mi abuelo, los mismos ojos mami - me mira con tanta ternura y observo sus mejillas regordetas.
- Si mi amor, idénticos a los de tu abuelo.

No dejó de observarlo y nunca me casaría es tan hermoso como siempre lo vi en mis sueños. Sus bracitos los pasa por mi cuello y me abraza, siento como mi alma se tranquiliza. Ya no hay oscuridad, ya no hay dolor, ya no hay enojó es como si mi Miguel Ángel quería dejarme de esa manera.

- Mami ya no llores, algún día nos volveremos a ver.
- No te vayas mi amor, no me dejes sola por favor.
- Mami no estarás sola te vamos a cuidar verdad Gabriel.

Nos separamos lentamente y sin despegarme tanto de mi bebé, volteó a ver al ángel que lo acompañaba y ya estaba en frente de nosotros, me quedé asombrada tenía en frente de mi al Arcángel Gabriel jamás me lo hubiera imaginado. Gabriel sonrió y se arrodilló junto a nosotros, nos envolvió en sus brazos y sus alas también se unieron al abrazo.

- Si María no te dejaremos sola siempre estaremos contigo, siempre.
- Gracias Gabriel.

Me sentía con tanta paz que ya no quería regresar, quería quedarme aquí con mi bebé y con Gabriel. Nos hizo levantar al mismo tiempo Gabriel y nos hizo caminar cada uno a su costado y nos agarró de la mano, pero en eso a lo lejos oigo una voz que reconozco bastante bien 《 MI papá 》 era el y estaba llorando.

Nos detenemos y Gabriel me observa y en sus ojos hay tristeza.

- María, si es tu padre el que está llorando en el hospital no haz reaccionado.

- Mami, ¿Quieres irte con los abuelos?

Miguel Ángel me mira con sus ojitos cristalizados, mi bebé estaba a punto de llorar y eso yo no quería.

- Mi amor, ¿Quieres que me quedé contigo?.

- Si quiero mami, pero lo que no quiero es que mis abuelitos estén tristes por qué su hija se quede conmigo, no quiero hacer lo mismo que hizo mi papi conmigo.
Me quedé sorprendida por lo que mi bebé me decía, mi bebé no es ni siquiera una pizca lo que es Jorge. Mi bebé es mucho mejor que el muchos más.

- No mi amor, tu no eres como tú papi, no digas eso.
- Mami yo quiero que seas feliz.
- Mi amor, mi felicidad es contigo. No te imaginas cuanto deseaba verte.
- Si mami pero mis abuelitos - su mirada es de tristeza y me recordó a mi papá.
- Pero ...
- María recuerda que no estarás sola - dijo Gabriel poniendo su mano en mi hombro y sentí tranquilidad.

- Si mami, yo te estaré esperando aquí no me iré a ninguna parte - sonríe mi bebé y me abraza con mucho amor.
- Y ... ¿Cómo regresó?
- Yo te ayudare.

Gabriel le dice algo en el oído a Miguel Ángel y el se despide de mi y gira y va corriendo hacia la luz.

- Te voy a extrañar mi bebé.
- Siempre estará contigo María.
- Lo sé gracias Gabriel.

Nos encaminamos al lado contrario y se vuelve a tornar todo de negro eso no me gusta, Gabriel lo nota y abre sus alas y las pequeñas estrellas nos alumbran un poco.

- María tienes que saber que cuando despiertes no todo estará bien como aquí.

Me asustan esas palabras se que no estaré bien, no estará mi bebé.

- Si Gabriel lo sé...
- Tendrás que superar pruebas María.
- ¿Qué pruebas?
- No puedo decírtelas, pero por nada en el mundo pierdas tu fe, esa fe que tus padres que te han inculcado no la pierdas, por qué si la pierdes tardarás en recuperarla - dijo un Gabriel serio.

De repente nos detenemos en un borde ¿cómo se que era el borde si no se veía nada? Fácil Gabriel me empujó al vacío.

- ¡Gabriel! - grite con desespero.
- No tengas miedo María, ya casi llegas y no pierdas tu fe recuerda eso muy bien.

Escuche su voz pero no vi a Gabriel.

Y en eso ...

Siento como mi corazón late con fuerza y mi respiración se altera.

Empiezo a oír gritos de un padre desesperado :

- ¡Doctor ya despertó! ¡Mi niña! ¡Doctor Mi niña!

Y todo comienza a doler nuevamente.