Nivel 0: Bromas hirientes

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Edit:

Cabe resaltar que no estoy tratando de normalizar cualquiera de estas acciones tóxicas. Si estas en una relación así por favor busca ayuda profesional, este fanfiction no está dirigido para guiar a personas a terminar una relación manipulativa ni mucho menos romantizar las siguientes advertencias; nuevamente, si te identificas con algunas, busca ayuda profesional.

Advertencias (Se añadiran más tal vez):

-Abuso físico y psicológico
-Violación
-Secuestro

[🌙☀]

Ojos violetas, cabello negro, gran personalidad. Era lo que había enamorado a nuestra pequeña rubia de orbes verdes.

(...)

Muchas alumnas de la academia Aihara disfrutaban del descanso, incluso otras jugaban, o relajaban haciendo cualquier otra actividad, como el maquillarse.

Nuestra dulce rubia se encontraba haciendo lo último, se maquillaba, pues aquello era su pasatiempo favorito. Tanto estaba invertido en la maquilladora que no noto en lo absoluto a su "querida" novia.

La molestia de su pareja fue tanta como para arrebatarle el maquillaje, alejándolo completamente de las manos de la rubia.

—¡Hey!... Oh, eres tú Mei. ¿Podrías devolverme mi maquillaje? –Preguntó la rubia pacíficamente. No esperaba que la reacción de la peli-negra fuera tan... mala.

La peli-negra rodó los ojos con molestia, realmente le molestaba en ese momento la "actitud" de la rubia.

—¡Por este maldito maquillaje no me prestas atención, Okogi! –El grito de la peli-negra se hizo sonoro en los oidos de la rubia. Nunca había visto de esa manera su novia.

— M-Mei, dame el maquillaje. Prometo darte más atención –Suplicaba la rubia, pues aquel maquillaje se lo había obsequiado una de sus más grandes amigas.

La azabache chasqueo la lengua con molestia – Ah-Ah, estas porquerías hacen que no me des la atención necesaria, así que...

Las manos de la azabache desgarraban pintura por pintura el maquillaje de la pequeña oji-verde.

—¡Mei! – Fue lo único que logró decir la rubia, pues para después el llanto se había apoderado de ella. Si, la oji-verde era muy sensible ante situaciones así.

Las alumnas del colegio formaban un círculo alrededor de la pareja, pues como todo bien estudiante, tenían el deber de hacer correr los rumores por toda la Academia aihara.

-Espero y así me prestes más atención, cariño-. La temporada de lluvia se hacía presente en el mes que se encontraban, así que era fácil poder encontrar algún charco de agua. La azabache tiro el maquillaje al suelo, haciendo que éste quedara empapado a causa del agua.

— Mei... – Las saladas lágrimas caían por las suaves y blancas mejillas de la oji-verde quien en ese momento se encontraba siendo observado por muchos alumnos de la Academia aihara.

Los pasos de la azabache se perdían entre la multitud.

Ya era la hora de salida. El día había trascurrido mal para la rubia después de lo sucedido en el descanso. Su única salvación en ese momento era llegar a su hogar, encerrarse en su habitación mientras se distraía de alguna otra manera.

Algo con lo que no contaba, era que su mejor amiga, casi hermana, la estaría esperando fuera del aula.

—¡Hey, Yuzucchi!, ¿Te acompaño a casa? – La voz tan melodiosa y hermosa de la chica se hizo presente en los oídos de la oji-verde, quien solo tenía la opción de girar su mirada, encontrándose con una castaña de ojos avellanos.

—Hola Harumin – Saludo como de costumbre, con su amplia, hermosa y falsa sonrisa. Esto no paso desapercibido por la castaña, notando al instante la falsa alegría de la rubia.

—¿Qué pasa?, ¿Te encuentras bien? – Ambas preguntas hicieron que la piel de la rubia se erizara. No podía mentirle a su mejor amiga, sabía perfectamente que era muy conocida por ella, y que cualquier mentira, sería descubierta por la castaña

— Claro, solo que... –Una voz demandante y arrogante hizo que el hablar de la rubia se detuviera.

—Hola am- – El rostro de la azabache cambio, era uno de molestia. Molesta al ver a su novia junto a la castaña. – ¿Puedes explicarme porque carajos esta la oxigenada contigo? –El miedo de la rubia se hizo presente, de nuevo la azabache se comportaba como en la hora de descanso.

—¡Mei! B-Bueno, Ha-Harumin solo me acompañaba a casa – Explicaba, aunque aquello no hacía cambiar de parecer a la chica azabache.

— Préstame tu mochila, Okogi – El tono de voz que usaba la antes mencionada era frío, sin emoción alguna. Esto se le hizo raro a la rubia, pues había cambiado de tema rápidamente.

— ¿Eh? – La azabache rodó los ojos con molestia. Realmente le fastidiaba que la oji-verde tuviera aquella actitud tan estúpida.

— ¡Que me prestes tu mochila, maldita sorda! – La voz retumbaba en los oídos de la gyaru. La castaña que se encontraba presente miraba con cierta molestia a la novia de su mejor amiga, pues el trato que le estaba dando en es momento era de alguien cobarde.

La rubia asintió con temor. Bajo la mochila de sus hombros y se la entregó a su querida novia. Los orbes verdes de la rubia observaban con atención las acciones de la azabache.

Ésta sonrió de una manera tan cínica, tanto que hizo temblar a la rubia. Cuando menos lo esperaron, la oji-avellana junto con la rubia miraban sorprendidos cómo la azabache tiraba todas las pertenencias de la rubia al suelo.

— ¿¡Qué te pasa idiota!? – Gritó la castaña a la azabache, quien solo le dirigió una mirada amenazante y cínica a la castaña.

— Sólo son bromitas, no te enojes Taniguchi – La castaña estaba furiosa. Las palabras de la azabache le molestaban tanto. Era la primera vez que sentía tanto enojo hacia una persona. Ni siquiera a su hermana le había tenido tanta furia.

— Solo bromas... – Fue un susurro por parte de la rubia, que ninguno de los presentes logró distinguir entre los gritos que yacían en aquel lugar.

La rubia estaba tirada de rodillas, de nuevo las lágrimas amenazaban con salir, al igual que los sollozos, más la chica los reprimía, no quería llorar frente a ambas, no en ese lugar.

Los orbes verdes de la chica observaban cómo el caminar de la azabache se alejaba, mientras la castaña aún seguía insultandola. La suave mano de la gyaru tomo la fría y no tan pálida mano de la castaña.

— Vámonos, harumin – Fue lo único que logró decir, el nudo en su garganta hacía que no pudiera pronunciar más. La castaña suspiró y asintió, ayudando a la rubia a ponerse en pie.

Ambas se dirigían a la casa de la menor en cuanto estatura, el silencio que reinaba era incómodo. La castaña por su parte decidió romper ese ambiente tan tenso entre ambas.

— No deberías dejar que te trate así esa idiota – La vista de la rubia se dirigió a la castaña, algo que realmente asustó a la oji-avellana, pues la mirada de su amiga estaba apagada, sin vida alguna, como si le hubiesen quitado toda la alegría a esos bellos orbes verdes.

— Tranquila, Harumin. Solo son
bromas

[🌙☀]

(N/A:) ¡hola nuevamente!

Sé que ha pasado un tiempo y se han de preguntar ¿Quien sos?

Pero ye regresado para seguir este fanfic ya que no me voy a quedar en paz hasta que lo termine.

Así que embarcate (nuevamente si ya la has leído) a esta aventura! ^^

Violentometro [Citrus•Meizu] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora