Una historia de amor única

Capitulo 6

Y así transcurrieron dos semanas, evitando a Satán. Siempre que él me intentaba hablar yo salía corriendo y en clase cuando me enviaba notas no las hacía ni caso. La hora del almuerzo llegó, y salí rápidamente de clase hacía donde mis amigas como siempre, mirando si Satán estaba detrás mío, pero por suerte un grupo de chicas le habían rodeado. 

Al llegar hasta Mina y Misaki, ellas me preguntaron si estaba bien que me habían notado rara estas últimas dos semanas y entonces yo les conté todo lo que me había pasado, menos de que Fer era Satán, el rey de los demonios y lo de que casi nos besamos. Cuando acabé de contarles todo se miraron entre ellas y me dijeron al unísono.

Mina y Misaki: ¡Eres la hija de Dios!
Yo: Shhh, no griteis que no quiero que nadie se entere. 
Mina: ¿Porque no quieres?
Yo: Porque si se enteran puede que se metan conmigo por ser diferente a ellos.
Misaki: Tienes razón, vale hagamos una cosa, no le diremos nada a nadie si a cambio nos presentas a tu padre.
Mina: Esa es una gran idea, sobre todo viniendo de tí.
Misaki: Eso es…. Espera un momento, ¿me acabas de llamar tonta?
Mina: No, yo no quería llamarte tonta si no más bien vaga.
Misaki: Tú tranquila que soy tanto tonta como vaga.
Todas: Jajajajaja
Después, de reírnos un rato les dije con una sonrisa.
Yo: De acuerdo.

Al decir eso, Mina y Misaki empezaron a gritar como unas locas mientras yo me partía de la risa. Entonces, sin que me hubiera dado cuenta, apareció Satán detrás mío. Mina y Misaki al verlo le empezaron a hacer preguntas de todo tipo mientras que yo intentaba no mirarle a los ojos.

Antes de que me pudiera decir nada, sonó la campana indicando el final del almuerzo así que me despedí de mis amigas y me fuí rápidamente a clase para que Satán no pudiera hablar conmigo. 

Al llegar a clase ya habían unas cuantas personas sentadas en sus sitios hablando con la persona que tenían al lado. Entonces, me senté en mi sitio a esperar a que llegara el profesor, de repente, entró Satán y se sentó a lado mío, mientras me dejaba una nota en mi mesa. 

Estaba pensando en no hacerle ni caso como había hecho con las otras notas pero no se porque razón mi corazón me dijo que la cogiera, entonces la cogí y leí lo que ponía<<Cuando acaben las clases quiero que nos encontremos detrás del colegio, tranquila que no voy a matarte, lo único que quiero es hablar>>. Al acabar de leer la nota, le miré y no se porque razón, le dije con la cabeza que sí, entonces él me sonrió. Como odio cuando me sonrie asi. Llegó el profesor y empezamos la clase.

Al acabar las clases, hice lo que ponía en la nota, les dije a mis amigas que se adelantarán y que después hablaría con ellas de haber qué día podrían conocer a mi padre, y me fui detrás del colegio. Al llegar, ví ha Satán recargado en la pared con los brazos cruzados esperando, la verdad es que se veía muy mono. 

Quite ese pensamiento de mi cabeza y me acerque a él. Cuando me vio llegar, se separó de la pared y se acercó a mí con una cara seria. Entonces comenzó a hablar.

Satán: Si recuerdas lo que me dijiste en esas dos semanas que me has estado evitando, solo, quería decirte que aunque haya matado a tu madre y te haya intentado matar a ti dos veces, solo lo hice porque soy el rey de los demonios, pero no sabía que iba a sentirme así de raro contigo.
Después de decir eso, su cara se suavizó.
Yo: Ya sé que tú hiciste todo eso… Espera, ¿has dicho qué te sientes raro conmigo?
Satán: Sí,  puede que si quisiera matarte, pero no se porque razón desde que me empezaste a evitar y a no hablarme no he podido quitar tu imagen ni tu voz de mi cabeza. 

Cuando dijo eso me quedé con la boca abierta y un pequeño rubor en las mejillas.
Satán: Pero lo que venía a decirte no era esto.
De repente, su semblante se volvió a poner serio.
Satán: Venía a decirte que tengas mucho cuidado, que aunque yo no tenga claro mis sentimientos y no vaya a hacerte nada, sobre todo porque tienes muy encima tuyo a Miguel, no significa que no haya demonios que quieran matarte y les de igual que te esten protegiendo, sobre todo él.
Yo: ¿Quién es él?
Satán: Belcebú

Cuando dijo ese nombre me quedé paralizada, no porque haya escuchado ese nombre en muchas historias sino que cuando era pequeña, mientras dormía escuche ese nombre de la voz de mi madre.
Yo: Vale, tendré cuidado, pero creo que ya me conoce.
Satán: ¿Cómo que ya te conoce?
Yo: Conocer no sé, pero donde vivo si sabe, porque cuando era pequeña una noche mientras dormía, escuche decir ese nombre a mi madre adoptiva.

Satán al escuchar lo que había dicho puso una cara de enfadado que me hizo retroceder unos pasos hacía atrás. Al darse de cuenta que me estaba asustando cambió su cara a una más suave y me dijo que estuviera tranquila, que de seguro mi padre y Miguel me protegerían. 

Entonces tuve un deja vú y me acordé de que si pulsaba el botón que estaba en mi collar podrían salir mis poderes. Cogí mi collar y mientras Satán miraba cada movimiento que hacía, le dí al botón. Según darle se abrió y empezó a brillar, me tuve que tapar los ojos para no hacerme daño en ellos. Cuando dejó de brillar, noté como si algo hubiera entrado dentro de mi cuerpo y estuviera circulando en mi sangre.

Al mirar el collar me fijé de que seguía abierto y que había tres fotos: una mía de cuando era pequeña, otra de mi padre y la otra era de una mujer hermosa de cabello rojo y ojos rojos, y me dí de cuenta que era mi madre. 

Me quedé un rato mirando su foto y entonces me acordé de que quería preguntarle a mi padre como era ella. Satán mientras tanto me miraba con ternura pensando en lo linda que me veía y en ese momento, se dió de cuenta que se estaba empezando a enamorar de mí, de la hija de Dios. 

Mi teléfono empezó a sonar y miré haber quien se trataba y al darme cuenta que era un nombre desconocido me extrañe. Satán miró por encima de mi hombro el movil y me dijo que lo cogiera y lo pusiera en manos libres. Lo cogí y lo puse en manos libres, como él me dijo.
Yo: ¿Quién me llama?
???: No te diré quien soy pero solo te puedo dar una pista, ahora mismo te estoy viendo.