La muerte está en todos lados, pero la mayoría somos Demasiados ciegos para verla a simple vista, o simplemente la mayoría de nosotros actuamos por instinto.
Soy Rayan Iero tengo 16 años vivo la típica vida cotidiana con mis padres y mi hermana nunca fui muy social no tenía tantos amigos, es más no tenía amigos pero todo eso cambio cuando un día decidimos mudarnos a hacia el pequeño pueblo donde vivía mi abuela, mi único objetivo era tratar de hacer algunos amigos pero no todo fue como me lo imagine.
Nunca fui conocido como el típico chico normal sino como el cual todo el mundo se burlaba, nunca imagine que mudarme me cambiaría la vida completamente.
Al llegar a nuestra nueva casa todos no quise saber nada de nada solo quería ir a mi nueva escuela estaba tomando la mudanza como una nueva vida para mí todo era nuevo y siempre lo será, recuerdo lo entusiasmado que estaba pero no todo resulto como esperaba.
El primer día me levante muy temprano me bañe, me vestí y baje a la cocina donde estaba mi mamá esperándome para desayunar, cuando me pregunta
- ¿Tienes todo listo para tu primer día de escuela?
-Si mamá no se me olvida nada – Dije mientras intervenía mi padre
- Recuerda que tienes que dar una buena impresión en el primer día de clases es muy importante vestir bien porque así como te ven así te tratan.
- Gracias por el consejo papá pero ya me vestí a mi gusto si alguien quiere ser mi amigo tiene que quererme como real mente soy - dije con un poco de desespero.
- Cuando termines de comer te espero en el auto para que llevarte a la escuela – Dijo Mamá Con un poco de alegría, se le notaba un poco en la cara.
Siendo sincero esta era una nueva oportunidad para toda la familia yo estaba realmente emocionado por llegar a mi nueva escuela, tan solo quería conocer nuevas personas y por fin dejar de ser el chico callado que está en el rincón.
Cuando termine de comer me dirigí al auto y nos fuimos a la escuela en realidad la escuela queda cerca de mi casa, pero mi mamá insiste en llevarme, en 5 minutos ya había llegado.
Me baje del auto y me despido de mi mamá, luego me dirigí hacia la entrada y se me llega una chica y me dice.
- Hola, bienvenido mi nombre es Mariam un placer conocerte - Dijo sonriendo.
- Rayan mucho gusto.
-¿Cuántos años tienes? Yo tengo 16.
-Wou yo igual - Dije mientras sonreía
Pasamos un rato hablando, luego tocaron la campana y entramos a clases los chicos aquí eran diferentes, nadie se burlaba de mí, todo era muy diferente y tranquilo nadie se metía con nadie y todos eran amigables, pero eso era mientras estábamos en el aula de clases.
Al salir me encontré con dos chicos más grandes que yo y me dicen.
- ¿Eres nuevo no? - Dijo uno con seriedad.
- Sí - Dije un poco asustado.
- Pues te enseñaremos las reglas de la escuela, tú nos das todo lo que tienes y nosotros no te hacemos nada entendido.
- Sí
- Ok, hoy como es el primer día de clases y me siento generoso te dejaremos tranquilo no te quitaremos nada pero recuerda que si te pasas de listo te tocara lo peor y no me hagas decirte que es –Mientras se alejaban rápidamente de allí, Luego de eso trate de pasar un poco el susto sentándome en una de las bancas de la escuela, cuando de repente pasa Mariam se me acerca para saludar. La muerte está en todos lados pero, la mayoría somos Demasiados ciegos para verla a simple vista, o simplemente la mayoría de nosotros actuamos por instinto.
- Hola, Rayan ¿Cómo estuvo tu primer día de clases?
- Hola, Mariam, estuvo genial hasta que esos chicos me amenazaron los chicos que ves por allá – Y le señale el lugar donde se encontraban
- Eso son los chicos con problemas de conducta te recomiendo mantenerte alejado de ellos – Dijo mientras los miraba fijamente y con una mirada algo escalofriante.
- Creo que ya me di cuenta de eso jajaja ¿Por qué les gusta hacer sufrir a los demás?
- No lo sé, dicen que es porque a ellos pasaron por lo mismo.
- Pero a mí, no me gustaría hacer lo que me han hecho sufrir a mí.
- Ojalá ellos también pensaran así bueno y ¿Cómo te fue? – Dijo mientras se sentaba a mi lado.
Hablamos por casi media hora, platicando sobre mi primer día de clases en mi nueva escuela seguían pasando los minutos cuando llega mi mamá así que tuve que despedirme.
En realidad no le tome tanta importancia a esos chicos mientras tengan lo que quieren me dejaran en paz o eso creía yo.