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el karma es tan maldito que si no cobra cuando debe, cobra  intereses

 Estaba en la entrada del casino, le había enviado un mensaje a Carlos de que ya estaba en la puerta, y al parecer no lo había ni visto.

Entonces decidí entrar, pero antes de hacerlo me tropecé con un chico; de cabello rubio y ojos azules.

-lo siento bonita- dijo al mirarme –no era mi intención- me regalo una sonrisa juguetona.

-no hay cuidado- le conteste devolviéndole la sonrisa.

Estaba por pasarle por un lado para entrar cuando el chico me tomo del brazo de una forma demandante pero gentil a la vez.

Asi que me gire para mirarlo.

-creo que no, nos conocemos- su sonrisa, permanecía en sus labios con un toque de diversión –me llamo Ander Cortez ¿y tú linda?

-es un gusto, me llamo Lía Wilson- le conteste al soltarme de su agarre –pero si me disculpas, tengo que buscar a un amigo-

- ¿Qué clase de amigo? dejaría sola a una chica tan linda como tú-su sonrisa me estaba poniendo nerviosa.

Entonces me gire de nuevo, pero él me volvió a tomar del brazo, pero su agarre ya no era gentil, y me jalo hacia él. Él era más fuerte que yo.

Estaba muy asustada.

-no te hare nada, lo prometo, pero al menos déjame acompañarte ¿sí? -

-no gracias...-

- ¿Ocurre algo? - una voz fría nos interrumpió, garcias a dios era Marvin.

-lo que ocurre no es de tu incumbencia- respondió con un tono divertido.

-pues si lo es, porque ella viene conmigo- su voz era firme.

Ander me empujó y se fue, casi me caigo al suelo, pero unos brazos me alcanzaron a salvar, no era Marvin, era Danny.

Danny, tenía una sonrisa amable en sus labios, pero su mirada gritaba preocupación. Le agradecí por no dejarme caer.

-no es nada, pero no deberías estar aquí-

-y ¿por qué no? -le pregunte hundiendo las cejas.

-porque no es lugar para una niña- intervino Marvin.

-pero si la estoy cuidando yo- Carlos se nos unió, con voz divertida. Al lado de una chica.

Fue entonces cuando los chicos se pusieron a discutir, la chica me miro y me sonrió. Se acercó a mí para separarme de los chicos.

-Ven- me llevo a la barra- me llamo Maggie, tú debes ser Lía.

-sí, mucho gusto- no me sentía bien, por lo que paso con lo de Ander.

Asi que el silencio se hizo presente por un rato.

-entonces ¿te gusta Carlos? - le pregunte.

-¿Qué? No, me gusta Marvin-

Wakalas.

-es lindo-

-si-

- ¿Por qué no le hablas? -

-tiene novia-

Oh

-pues quítaselo- le conteste y las dos reímos.

- ¿Cuántos años tienes? -

-quince-

-para tener quince años, eres una mala influencia- dijo entre risas

-lo sé- le respondí de forma divertida.

Hablamos y reímos por un largo rato, hasta que Marco se acercó a ella para decirle algo al oído: ya que había mucho ruido, después Marco se despidió y se llevó a Maggie, quien al mismo tiempo era mi compañía.

Me levanté de la silla para ir al baño, al salir me encontré con Ander; que fue como ver al diablo en persona.

-hola, señorita Wilson- su sonrisa era la misma de hace unas horas.

-compromiso- pero él se interpuso en mi camino – con permiso, Ander- trate de sonar más firme.

-tu y yo- se acercó un poco más- tenemos algo pendiente –y con eso, cerro el espacio entre nosotros.

Traté de buscar a los chicos con la mirada, pero no los encontré.

-tus amigos están muy ocupados, no queremos molestarlos ¿cierto?- y me puso un pañuelo en mi boca y nariz, con sus manos, el presiono mas fuerte cada vez que yo trataba de soltarme, luche con todas mis fuerzas, pero nada...

El pánico de apodero de mí, no sabía que hacer, nadie me escuchaba y cada vez que forcejaba él me acercaba más y más, a un cuarto obscuro.

Los gritos no salían de mi boca, el miedo corría por mi sangre y poco después, comencé a ponerme débil, entonces, comencé a cerrar mis ojos lentamente...

Creí que me desmayaría en ese mismo instante, hasta que una figura alta me lo quitó de encima, no lograba distinguirlo, aquella figura le dio un puñetazo a Ander, quien al instante callo inconsciente.

- ¡eres un maldito malparido! - le grito el chico que aún no podía distinguir, se giró a mí y con un tono más calmado, me llamo. Pero no le podía contestar, no podía, lo que sea que Ander me haya dado, ya no me permitía hablar.

-Lía ¿logras escucharme? – para ese momento mis ojos ya estaban cerrados.

- ¡mierda! - entonces sentí, que sus brazos me cargaban, poco a poco deje de escuchar la musica, pero seguía escuchando y sintiendo mi alrededor.

Poco después, pude sentir que me dejaron, en una especie de piso, pero se sentía muy incómodo, se escuchaban autos, por unos momentos escuche la puerta de un auto abrirse y después, después no escuche nada...

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Chan-Chan-Chan-Chan.

y ¿Qué opinan de este capitulo?, espero que les haya gustado, si fue asi, deja tu voto. muchas gracias, con amor.

Jimena A.

Marvin And LíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora