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Hyunjin corrió lo más rápido que sus piernas le permitían ser acompañado de Jisung, después de declarar su amor incondicional a su amigo se sentía de lo más aliviado y calmado. Continuaron andando hasta llegar a la sala anterior, donde habían permanecido todo el tiempo desde que vieron más pequeño meterse en el quirófano.
—¿Está bien? —Interrogó exaltado, el de pecas asintió con la cabeza felizmente.
—Todavía no hemos podido verlo, pero creo que hemos escuchado uno de sus gritos de delfín.—Respondió Seo acompañado de una agotada mirada emotiva. Los restantes tomaron asiento nuevamente, acompañando al bajito, al australiano y al amante de los gatos, los cuales posteriormente crearon un profundo silencio en la sala.
Hwang no fue el único que se limitó a reflexionar sobre sus acciones, Jisung también sentía que si no liberaba el peso que llevaba encima se acabaría perdiendo en una espesa niebla sin luz donde él mismo era una sombra, todo el tiempo que pasó junto a Minho le había hecho olvidarse de la horrible persona que creía ser en realidad, no obstante, al volver a mirar a los oscuros e inocentes ojos de Felix esos recuerdos que parecían esfumarse regresaban uno tras otro. Su conciencia le pedía a gritos expresar una disculpa en símbolo de arrepentimiento por esos años llenos de martirio y aguante.
—Pequitas, digo, Felix.—Comentó en voz alta, avergonzado por su error al llamarlo de aquella manera.—¿Podemos hablar un momento? Hay algo que me gustaría decirte.
—Díselo aquí, no pienso dejarlo solo.—Respondió Seo sin dejar hablar al nombrado, Han esbozó un suspiro pesado y asintió con la cabeza, por otro lado, Minho observaba confuso la escena.
—Perdón por todo lo que te he hecho, de verdad, me arrepiento muchísimo.—Se disculpó cabizbajo, con un tono de voz deplorable.
—¿Sólo eso? Un perdón no es suficiente para hacerle olvidar Jisung.—Nuevamente el más bajito de la sala impidió que el de pecas pudiera expresarse, era algo involuntario, su cólera lo cegaba.
—Ya sé que perdonarme es difícil, pero no estaba pasando por un buen momento y en fin... Simplemente te vi ahí parado, eras lindo y parecías indefenso, y por supuesto, una parte pensó que hacer herir a alguien me haría sentirme mejor conmigo mismo, claramente me equivocaba.—Explicó de manera calmada. — Entiendo perfectamente que ambos me odiéis, pero siento que si no os decía la verdad la culpabilidad me acabaría matando.
—Jisung yo...
—¿Sabes lo que ha sufrido por tu culpa? Es la persona más pura y buena que he conocido en mi vida, ¿Sabes lo que es tener que escucharlo llorar por las noches porque tiene miedo de que puedas volver a lastimarlo?—Felix resopló al ver como su pareja volvía a interrumpirlo.
—Yo también sé hablar Changbin, ¡Cállate o no volverás a probar uno de mis brownies en tu vida!—Amenazó tratando de intimidar, el contrario sonrió de lado y asintió.—Creo... que todos merecemos una segunda oportunidad y-
