El siguiente fue una suceso muy corto, se trataba de Europa.
Justo en medio de ese continente, del suelo apareció un hombre, su silueta como reloj de arena, piel blanca, cabellos dorados y enredados viéndose unos rizos encantadores, su rostro era afilado y una nariz griega, con las mejillas rojas que parecían manchones escarlata o rasguños un poco hinchados, tiene en sus ojos un mármol de marrones y celestesTenía un semblante expectante mirando su ahora, posesión, más allá del horizonte. Unos hoyuelos y un brillo de confusión lo hizo levantarse y correr tras bichitos que le daban bienvenida
A pocos segundos apareció una mujer, se trataba de Suramérica, ella emergia de entre enredaderas, lodo aromático a canela y orquídeas no evolucionadas
Suspiro aun sin salir
Llevaba dos grandes cremosas montañas en el pecho, con aureolas rosas anaranjadas de un anochecer, en su cara dos luceros color miel almendrada; su cadera apenas en silueta; tan alta como todos sus hermanos; con el cabello caoba largo y lacio enmarañado, en algunos mechones rizado. ¡Continente!
Al salir como solo el cuello aspiro su reino y en su boca se dibujo un sonrisa encantadora e inocente, como todos los recién nacidos, su ojos inquietos perseguía los animalitos en proceso evolutivo que merodeaban atestiguando tal grandeza, luego, casi temblando, temerosa e inexplicablemente extasiada, dio zancadas y sacudidas como un raro baile persiguiendo el sol y los peligrosos animales
Empezaba a desmoronarse el hielo por las ansiosas palmadas y puños que daba esmerada en la Antártida, si, tal mujer ya estaba acelerada por escapar de su cuna, cuando ¡Crunch! Se troceo el río congelado dejando escapar a la enigmática mujer, con el pecho plano, silueta menuda y brazos gordos se dio puertas a su imperio; cabello negro y fuentes chuecos, labios gordos rojos; dió su caminata en busca de refugio muy tranquila, a penas fijándose en que la rodeaba, muy concentrada en la misión
Apareció Norteamérica, nada más y nada menos que una mujer, se dio comienzo saliendo de la arena misma, junto a un oasis, pero no desmeritaba el encontrarse en mitad del ardiente desierto. No le fue difícil deshacer su techo y abrir los ojos, unos por cierto, muy intrigantes con un color verdoso y turquesa. Tenía una piel pálida, rostro circular y cabello cobrizo y en inicios platinado; poseía un figura voluptuosa, de hombros anchos, caderas delgadas, pecho apenas formado, cintura ancha y vientre saliente; labios finos en rosa y nariz pequeña.
Le esperaba un camino muy largo,(aunque estuviese a las casi orillas de un terreno marron) era un árido camino por pasar sin calzas, pero su gesto comprensivo y analítico era relajado como la propia inocencia de los recién llegados
Por último, pero no menos, honra a sus tierras con su llegada, Oceanía, otra mujer, una más pequeña que sus parientes.
Emergió de entre furiosas corrientes, bajo una cascada, entre piedras mojadas y filosas. Con ojos celestes se dio paso chapoteando hasta una orilla, con su entrecejo confundido zapateando y manoteando algo irritada por el recibimiento, pero no le duró mucho, cuando muy contenta y cansada después de tal lucha,quedo dormida encima de piedra caliza.
ESTÁS LEYENDO
Amame sin fronteras- Countryhumans
Romans¿Lo has escuchado? El romance de estas naciones ¿No? Tienes razón, eso es difícil, pero en otro mundo donde las misma tierra engendro sus consentidos, ahí, personificando sus reinos, si, justo ahí, se puede apreciar verdaderamente. Pero ¿Si has e...