Capítulo 7.

926 193 48
                                    

Al principio, las voces hacen eco en los azulejos del lugar. Los cubículos de mármol son fríos cuando un cuerpo choca contra ellos.

"¿Por qué está tan oscuro aquí?" Pregunta alguien.

"¡No me puedo mover!" Exclama otro.

"¡Ay! ¿Quién me ha pisado?" Chilla uno más.

La habitación es pequeña y oscura. Poco a poco, los piratas y revolucionarios comienzan a salir del espejo y a ocupar el espacio disponible. Los primeros simplemente tratan de adaptarse, pero la gente sale demasiado rápido y el espacio comienza a reducirse. En un abrir y cerrar de ojos, hay una maraña de miembros enredados, quejidos y amenazas.

"¡Os voy a matar a todos!" Amenaza Buggy.

"¡Me estáis despeinando el copete! ¡Capullos!"

"¡Thatch, deja de decir palabrotas delante del niño!" Grita Izo dando empujones.

Galdino se agita. "Jinbe, aparta tu maldito trasero. ¡Ocupas demasiado espacio!"

"¿Por qué está el suelo arenoso?" Pregunta Bon Clay.

Crocodile gruñe. "Me estás pisando, te voy a matar."

"Hablando de arena, espero que ese garfio que tengo clavado en el trasero no sea el tuyo, Croco-boy."

Los antiguos reclusos se estremecen. "¡UGH!"

"¡AGH! ¡Inazuma me ha clavado una tijera en el ojo!" Chilla un okama.

"Maldito mocoso, deja de moverte, ¡no cabemos aquí!" Grita un recluso.

"¡¿Quién demonios me está tocando los pechos?!" Ruge Dadan.

Todos se quedan en silencio.

"¿P... Pechos?" Pregunta Buggy lentamente. "¿No eras un hombre?"

"¡Te voy a matar, payaso de mierda!"

Luffy gruñe en voz baja mientras la habitación se convierte de nuevo en un caos de gritos, empujones y extremidades. No tiene tiempo para esto, debe salvar a Ace. La despedida de Kata aún resuena en sus oídos: 'Estaré observando,' le dijo el hombre. Ahora solo tiene que demostrar que toda su ayuda ha valido la pena.

Salvará a Ace cueste lo que cueste. Eso significa que tiene que salir de aquí antes de que alguien finalmente se canse y comience una masacre entre ellos.


Capítulo 7: Los intrusos de la fiesta.

El rostro de Sengoku está pálido y el sudor cae por su frente. Con solo ver lo vacía que está la plaza, solo con los Shichibukai, los pelotones que estaban en el Cuartel General en este momento y los soldados aprendices, Marco sabe que el hombre no estaba esperando que la tripulación de Barbablanca viniera. Es algo obvio, ya que hasta donde puede decir, no hay ninguna relación obvia entre ellos excepto el hecho de que Ace trató de matar al capitán. Marco no siente pena por el hombre, y menos va a sentir cuando su padre inevitablemente destruya todo Marineford.

"¡Parad todos un momento!"

El grito es un poco sorprendente y fuera de lugar. Marco no ha asistido a muchas ejecuciones en su vida, pero sabe que la orden de detenerse en medio de una guerra no puede ser muy común. Es la extrañeza y lo inesperado del momento lo que los insta a todos a obedecer.

En el momento en el que la lucha para, todos parecen captar lo que ha llamado la atención del Almirante de Flota. Marco, con sus sentidos mejorados, lo escucha incluso mejor. El sonido del mar y los fuertes estallidos de la lucha que aún continúan en algunos lugares más alejados son obvios, pero son los gritos ahogados los que destacan. No son como gritos de alguien herido en la guerra, sino que suenan como personas discutiendo tras una pared. Marco ve a Sengoku mirar a su alrededor, buscando la fuente de los gritos. Comprende por qué el hombre mayor parece tan preocupado, ya que las voces parecen venir directamente de la plaza principal. Marco se esfuerza por escuchar lo que dicen y salta cuando reconoce una de las voces.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pied PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora