Capítulo 1

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Lauren's Pov

—Ya dije que no.

—Por favor, Lauren, por favor.

—Que no. Ya eres un adulto para que tenga que estar yo solucionando tus asuntos. —mascullé mientras le daba un sorbo al café que tenía en la mano. Solo eran las diez y media de la mañana de un lunes primaveral y ya tenía que estar Shawn arruinando mi día. Si lo hubiera sabido, no habría salido a desayunar.

—Nunca te pido nada, y este es un asunto de vida o muerte.

Miré a mi amigo con una ceja alzada y lo ojos entrecerrados.

—Lo que tú quieres es llevártela a la cama, y yo no voy a tomar parte en ello.

—Pero, no te estoy pidiendo un trío —se explicó rascándose la nuca, y me di cuenta de que se le habían puesto las orejas rojas por la vergüenza. Por favor… Con las veces que yo había formado parte de uno.

—Gracias a Dios, porque a ti no te toco ni con un palo.

—Solo quiero que hables con ella… que rompas el hielo —me explicó pasando por alto mi último comentario.

—Que te arregle el camino, vaya mierda, ¿no?.

—Pues… sí. Por favor, Lauren. Te lo estoy pidiendo en serio, si no fuera importante no lo haría.

Rodé los ojos y respiré hondo. Eso de tener fama de conquistadora me iba a dar más penas que alegrías, a este paso. Me senté en un banco que había frente a un parque y volví a beber del vaso de café.

— ¿Qué problema tienes? —pregunté al fin, sin saber exactamente en qué me estaba metiendo.

—No puedo hablar con ella. No puedo. Me sudan las manos y me tiemblan las piernas cuando la tengo delante de mi. Simplemente no puedo.

Suspiré intentando que mi amigo no se diera cuenta de ello pero fracasé de manera estrepitosa:

—Ya sé que es ridículo… que soy ridículo —exclamó Shawn mortificado.

—Ni siquiera he abierto la boca.

—Pero sé que lo piensas. A ti solo te hace falta guiñarle un ojo a cualquiera para que caiga a tus pies, y yo ni siquiera soy capaz de decirle hola a la que me gusta… Parezco un idiota.

—Oye, cada uno es como es. A mí se me dan bien las personas y a ti las matemáticas, no te quejes.

Él me fulminó con la mirada y yo comencé a reír sin poder evitarlo.

— ¿Me vas a ayudar o no?

—Depende.

— ¿De qué?

—De cómo sea ella. Además, ni siquiera sé dónde la has conocido.

—No la he conocido, si lo hubiera hecho no te estaría pidiendo ayuda.

—Bueno, ya me entiendes —le resté importancia al asunto con un movimiento de mi mano—. ¿Dónde la has visto? O mejor dicho: ¿De dónde ha salido?

Something (Adaptación Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora