Capítulo 7

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Lauren's Pov

Me duché pero no me arreglé el pelo porque decidí hacerlo el domingo, por lo que me vestí para salir a dar una vuelta. Odiaba quedarme encerrada en casa, pero la migraña del día anterior no me había permitido hacer más que permanecer en la cama todo el día. Caminé por el barrio, compré unas cuantas cosas para comer y después volví al departamento, sintiéndome renovada. Tuve ganas de llamar a Shawn, pero era consciente de que él me hablaría de Camila y yo no tenía ganas de saber de ella. Me estaba comportando como una idiota, lo sabía, pero la cosa era como era y no me veía con ánimos para cambiarla. Sabía que el tiempo terminaría curándolo todo aunque no lo pareciera entonces, solo tenía que esperar y no acercarme a Camila bajo ningún concepto.

Por la tarde vi un par de películas en la televisión acompañada de palomitas y un refresco, y cerca de las siete y media decidí desconectar el teléfono fijo y el teléfono. Sabía que Shawn, o cualquiera de mis amigos, me llamaría para salir y no tenía ganas de estar dando excusas. Había hablado con mis padres aquella mañana, así que no volverían a llamarme si no sucedía una emergencia, y ese dichoso pensamiento me hizo volver a conectar, al menos, el fijo. Siempre podía no contestar si me llamaba alguien con quien no quería hablar.

Estuve leyendo hasta las ocho y media, justo cuando el sonido del timbre me desconcentró. ¿Quién demonios podía ser? Quizá mi hermana o mi cuñado, o los dos, que tenían ganas de visitarme. O quizá Shawn… Me acerqué de puntillas a la puerta, intentando no hacer ruido. También podía no abrir si no quería ver a la persona que hubiera al otro lado… Pero mi sorpresa no pudo ser mayor cuando, al mirar por la mirilla, vi a Camila parada justo frente a mi puerta. Estuvo a punto de salírse mi corazón por la boca, y rápidamente pensé en qué hacer. ¿Podía enfrentarla o no? Podía simplemente fingir que no estaba en casa, pero entonces habría venido hasta aquí para nada… cuando claramente necesitaba alguna cosa. Si no necesitara nada no habría venido… mierda. Sin pensármelo más, que fuera lo que tuviera que ser, abrí la puerta y la miré fijamente, como hizo ella al principio.

—Hola —murmuró, nerviosa, toqueteándose las manos sin cesar.

—Hola. ¿Quieres entrar? —pregunté echándome un lado, abriendo la puerta todo lo posible.

—Sí.

Lo hizo lentamente, dubitativa, como si estuviera pensando en echar a correr en dirección contraria en cualquier momento. Le echó una mirada rápida al lugar y después, una vez dentro, se detuvo.

— ¿Puedo preguntar qué haces aquí y cómo has encontrado mi departamento? —inquirí tras cerrar la puerta, dirigiéndome al sofá y sentándome en el reposabrazos. Lo mejor para ambas era fingir indiferencia y que no notara lo nerviosa que me había puesto.

—Me dijiste en qué calle vivías… solo he tenido que buscar tu nombre en los buzones. No ha sido tan difícil —se encogió ella de hombros. A continuación se toqueteó el cabello, alterada, y clavó sus ojos chocolate en mí—. He venido porque creo que me debes una explicación.

Genial. Lo que me faltaba. Pero era obvio, al fin y al cabo.

—Yo no creo que te deba nada. Lo mejor para todos es que dejemos las cosas como están, Camila. De verdad.

—Pues yo no opino igual. Te marchaste de mi departamento como si hubieras visto un fantasma, al día siguiente viniste a la cafetería con tu amigo y te quedaste cinco minutos, como si yo te fuera a contagiar algo. Pensé que quizá volverías durante la semana y que podríamos hablar… Pero no lo hiciste y yo no iba a esperar a que vinieras cuando se te antojara. No tengo tu número de teléfono, así que lo único que se me ha ocurrido hacer es venir a tu casa a pedirte... no a exigir una explicación.

Something (Adaptación Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora