Capítulo 2

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Lauren's Pov

A la mañana siguiente, nada más poner un pie en mi oficina, Shawn hizo acto de presencia.

— ¿Cómo te fue? —preguntó colocando sus manos sobre la mesa, expectante.

—Ni siquiera he puesto aún mi trasero en la silla y ya estás acosandome. Si lo llego a saber… —mascullé quitándome la chaqueta y dejándola en el perchero.

—Vamos, dime qué tal. Es simpática, ¿verdad?

No le respondí hasta que, efectivamente, me senté y encendí mi ordenador tranquilamente. A ver si ahora no me iba ni a dejar trabajar en paz.

—Quizá demasiado.

— ¿Demasiado? —preguntó sentándose en una de las sillas acolchadas que había frente al escritorio.

—Sí. No deja de sonreír, parece que en vez de caminar vuela y no sé… parece pesada.

Shawn me fulminó con la mirada, a lo que yo alcé las manos en un gesto conciliador.

—Tú has preguntado, yo solo he respondido.

— ¿Pero le hablaste de mí?

—Me pediste que no la asustara, ¿no? Pues no le hablé de ti.

— ¿Por qué no?

Puse los ojos en blanco y suspiré, dispuesta a explicárselo de una manera adecuada para que lo entendiera.

—A ver, imagínate la situación a la inversa. Imagina que tú eres ella y que de repente entra alguien en su cafetería, que soy yo, que sin venir a cuento empieza a hablarle de otra persona, que eres tú, y que no deja de decir lo estupendo y maravilloso que es. ¿Qué pensarías?

Él pareció pensarlo durante unos segundos en completo silencio.

—Supongo que me sentiría algo incómoda.

—Ahí tienes la respuesta. Esta tarde iré de nuevo y veré cómo está el panorama.

— ¿Y qué vas a hacer? ¿Ir cada día hasta que te tenga la suficiente confianza como para que puedas hablarle de mí? Para eso pueden pasar meses y yo no quiero esperar tanto.

— ¿Sabes que eres un pesado? Como se suele decir, las cosas de palacio van despacio —le solté cruzándome de brazos.

— ¿Y tú no eres buena ligando? Fuerza un poco las cosas.

—Si fuera más imbecil de lo que soy te enviaría a la mierda y te diría que te buscaras tú la vida. Hay cosas que incluso yo sé que no se pueden forzar, y lo que tú me estás pidiendo no se puede.

—Vamos, Lauren. Solo tienes que darle un empujón hacia mí. Eso no es forzar nada, ¿verdad?

Respiré hondo, harta de aquella conversación y deseando poder concentrarme en mi trabajo. Ni siquiera sabía por qué había aceptado ayudarlo con aquella idiotez; ni que tuviésemos doce años.

— ¿Si te digo que lo haré te largarás a trabajar para dejarme trabajar a mí?

—Desde luego —me respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Something (Adaptación Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora