CapítuloXI:

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¡CONTIENE SMUT! ¡LEER BAJO SU PROPIO RIESGO!

Viernes 9 de enero

La tarde del viernes es cálida. El viento sopla despacio, y juega con las hojas de los árboles. El sol brilla con intensidad, y una familia se encuentra jugando en el parque de la casa. Quizás no es una familia por ahora, pero quizás lo sea luego, o quizás no.

– Recuerda contar hasta cien. –

Gareth toma a Alba entre sus brazos, y Lila, asiente con la cabeza, mientras voltea apoyando sus brazos sobre el tronco del árbol. Cerró sus ojos y comenzó a contar en voz alta.

Gareth comenzó a correr por el parque de su hogar, mientras Alba reía entre sus brazos. Se ocultó detrás de unos árboles que predecían en la estancia. Había unas cuantas rosas por allí. Él deja a Alba en el pasto y se pone de cuchillas. Entrecierra sus ojos. Lila nunca los va a encontrar.

– Noventa y ocho, noventa y nueve, ¡Cien! – grita Lila mientras se voltea. – Quieran o no, allí voy. –

Ella comienza a caminar por el parque, mientras comienza a mirar por todos los huecos del patio. Muerde sus labios mientras salta para ver si ellos están trepados en alguna rama, y suspira frustrada al no verlos.

Camina por el borde de la alberca, inspeccionando de que Gareth no haya tenido la asombrosa idea de tirarse al fondo del agua con la niña.

– ¿Dónde están? – susurra frustrada cinco minutos después. Se ha alejado del roble principal del juego, y teme que Gareth y Alba aparezcan por algún hueco, y lo piquen y le toque a ella esconderse.

– Alba, necesito que ahora te quedes callada, ¿Si? – dice mientras toma a su hija en brazos. Esta asiente con la cabeza.

Gareth comienza a correr y Lila lo ve a lo lejos. Ella suelta un pequeño gritito, y comienza a correr, tratando de alcanzar la velocidad del joven pero sabe que le es imposible.

– Pica para mí y para todos mis compañeros. – dice Gareth saltando y Alba ríe.

Lila llega cansada del trote que ha hecho y se sienta en el pasto. – Me rindo. He corrido todo el día contra ustedes dos. – se ríe

Han pasado una tarde espectacular, desde que Gareth y Alba fueron por la joven al edificio de Marca. Ese fin de semana el gales debía cuidar de su hija, y sabía que a ambas le gustaba estar juntas. Era otra manera además de estar con Lila.

Alba se baja de los brazos protectores de su padre, y camina a la joven, tirándose sobre ella. Lila suelta una carcajada, y la abraza con fuerza.

– Hare la merienda. – comenta Gareth al ver su rolex, y notar que ya eran las seis menos cuarto de la tarde

Lila asiente con la cabeza, y se queda jugando con la pequeña, mientras le trenza el cabello.

Gareth entra a la cocina y cierra la puerta de vidrio. Busco las cosas para hacer una merienda y sonrió al verlas a ambas jugando en el parque.

– Lila Lila. – dice en un suave suspiro. – Como me gustas. – dice en su susurro

Siente que ha tardado más de la cuenta en darse cuenta de algo tan obvio. Lila le había gustado desde la primera entrevista que ella le había hecho. Pero la amistad que habían forjado, lo había cegado y confundido, hasta que Torres había aparecido entre ellos, y había esclarecido sus sentimientos. Tenía que agradecerle por ello al niñato.

Ella siempre había estado a su lado. Lo acompañaba a los eventos importantes, y había asistido al acto que Alba había tenido como cierre de fin de año. Le gustaba cuando salían a comer en el muelle, y cuando habían compartido el camarote en el barco que Ronaldo había comprado para pasar el fin de semana en Ibiza. Lila se había aferrado en su pecho, y se había quedado dormida, escuchando los latidos de su corazón.

All Of The StarsWhere stories live. Discover now