Capítulo XIV:

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Lila suspira cansada, mientras se encuentra recostada en la cama de Fernando. Juega con su celular, mientras escucha el agua artificial caer. Observa la hora, y se da cuenta que Fernando ha estado ahí como hace una hora. Se pone de pie, y camina al vestidor. Observa la ropa colgada, y el gran espejo que ocupa una pared entera. Toca la puerta del baño y suspira.

– Fernando, ¿Estas bien? –

– Sí. – responde después de unos segundos. – Se me está dificultando bañarme, pero todo va bien. –

Ella asiente con la cabeza, y comienza a marcharse cuando escucha su voz.

– ¡Pero puedes venir cuando quieras! – grita mientras sonríe.

– ¿Necesitas ayuda? – pregunta derrotada.

– Sí. – exclama él.

Lila suspira y medita unos segundos, para luego abrir la puerta con los ojos cerrados y dar unos pocos pasos desorientada.

Fernando la mira sorprendido. – Estoy aquí. – Agarra la mano de ella y la pone sobre su pecho.

– No quiero abrirlos– Susurra mordiendo su labio. Le acaricia el pecho y ríe cuando su mano se moja. Ella ríe Fernando sonríe y mira hacia abajo. La mano de Lila baja un poco, quedando en sus abdominales..

Ella se muerde el labio. – Tienes tus abdominales marcados. Me gusta. – dice riendo

Fernando sonríe y se sonroja un poco. – Me gusta que te gusten. –le susurra acercándose a ella.

– Basta. – ella abre sus ojos y ríe al ver los boxers de Batman. – Que lindos. –

– Son mis mejores boxers. –le dice riendo mientras ella le ayuda a quitarse la sangre del cuello.

Ella ríe y él la mete en la bañera. – Te odio. – murmura

– Por supuesto que no me odias. – La moja un poco con agua y ríe mientras le revuelve el cabello.

Ella ríe y aprovecha a quitarse la sangre que lleva en sus hombros

– Estas llena de sangre. – le dice él y la ayuda a limpiarse. La remera se le pega al cuerpo y Fernando lo nota.

–SÍ. Llena es poco. – dice. – Voltea. – Le pide y se quita la camiseta para quitarse la sangre que tiene

Fernando se da la vuelta, pero por el reflejo del espejo de al lado puede verla. Se muerde el labio. Le gusta que ella aun siga avergonzada de su cuerpo, a pesar de que él lo conoce.

Ella escurre la remera y por el drenaje se va el agua con la sangre. Ella ríe y voltea. Fernando también.  Ella ríe

– Era injusto que me vieras en boxers y yo no pudiera ver nada. – Fernando hace puchero

– Ya me estás viendo. – Ella ríe mientras se quita la sangre y suspira

– Oye, ¿Estás bien? Te noto como apagada. – le pregunta él levantando su rostro. Ella hace un pequeño puchero.

– Sí. Me preocupas, tu salud, me preocupa Gareth. – suspira

Él recorre su vientre quitándole la sangre del vientre y del cuello. Cierra sus ojos y suspira

Fernando gruñe al oír el nombre del galés. – ¿Por qué te preocupa ese idiota? –

– Porque es mi amigo Nando. Porque con su locura puede sufrir una fuerte reprendida. No quiero que le pase nada. –

Fernando la acaricia en los brazos y luego el rostro. Le da un suave beso en su puchero y le acaricia el rostro.

– Eres tan buena con él. – murmura Fernando y la besa. – Pareciera que te gusta. –

All Of The StarsWhere stories live. Discover now