La noche estrellada le da compañía mientras camina a su casa con el pequeño cuaderno en sus manos, acariciando cada página dibujada. Suelta un suspiro y aprieta el cuaderno con sus brazos.

Abre la puerta con cuidado de no hacer ningún ruido. Camina de puntilla. Pero es demasiado tarde para eso, su hermano ya lo escucho y no está nada feliz.

——¡EMILIO! ¡ESTAS SON HORAS DE LLEGAR!. SON LAS 9 DE LA NOCHE ¿DONDE ESTABAS? ——Grita Sebas.

——Por ahí, esta bien ——dice y sube las escaleras ignorando a su hermano.

Cierra la puerta y se deja caer en la cama, suelta un suspiro y vuelve a abrir el cuaderno de dibujos. Su corazón late rápido y se queda maravillado al paso de cada dibujo que observa.

<<La tarea de filosofía >>

—la tarea de filosofía —susurra con amargura y aprieta las sábanas, deja escapar un suspiro y por primera ves decide ignorar a su mente y sigue disfrutando de las ilustraciones.

Baja las escaleras con prisa, aprieta el cuaderno negro y saluda a su hermano. El solo lo ignora y abre la puerta de el auto para llevarlo a la escuela.
Mira la casa de al lado. Pero esta no emite ni una señal de vida. Su corazón late y siente miedo ¿y si ayer descubrieron al castaño huir de casa? ¿Estará bien?.

Siente que vuelve a la vida cuando lo ve salir pero no está solo. El castaño está acompañado de Andrés. El pelinegro aprieta con brusquedad el brazo de el castaño y lo hace ingresar a la fuerza a la camioneta.

—vamos, Emilio —dice su hermano.

—vamos —susurra y ingresa al auto.

Solo quería llegar a la preparatoria de una vez para verlo. Tiene miedo de que algo le pase al castaño.

Baja de el auto y se despide de Sebas. Busca con la mirada a Joaquín pero no logra verlo.

Suelta un suspiro y menea la cabeza. Camina a pasos lentos y entra a su aula antes que los demás. Para su sorpresa el castaño entra unos minutos después de el.

—Hola. Y-yo h-h-hice la t-t-tarea de filosofía. S-s-solo f-f-falta que le pongas tu firma y la entregamos — dijo con la mirada baja y  batallando para dejar de tartamudear. Su capucha está subida, trae una chalina, su rostro no es visible. Lo que hace que las alarmas de peligro se enciendan.

——Se supone que teníamos que hacerlo juntos... Tu papá interrumpió el trabajo y no nos dejó termi..

——¡PADRASTRO! EL NO ES MI
PADRE ——dijo en voz alta —lo siento, por favor perdoname —susurro.

——No te preocupes. Esta bien. A ver tenemos que firmar el trabajo ¿no? —sonrió.

El castaño camino hasta el y se sentó a su lado. Firmó el trabajo y le entregó el lápiz al rizado para que firmará el también.

—Oye —susurro

—dime —responde el castaño

—dibujas muy bien. Ayer dejaste caer tu cuaderno de dibujo en el parque cuando saliste huyendo.

—M-mi cuaderno.  Yo suelo dibujar ahí después de, de muchas cosas que pasan —dijo dolido — me lo puedes devolver.

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora