Capítulo I: Mirar al pasado

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''Dicen que el futuro es aterrador , pero yo creo que, lo que realmente es aterrador es el pasado ; porque el futuro aún lo podemos cambiar eligiendo bien nuestro presente se puede moldear un buen futuro; pero el pasado que sucede con el, por mucho que nos guste regresar para poder reparar aquello que hicimos mal no podemos porque ya está hecho y no es posible regresar a él, ni siquiera si existiese una máquina del tiempo porque que nos hace pensar que en realidad las cosas no podrán ir peor de lo que ya son''

Invierno del 2058

Autumn:

No creo que exista nada peor que esto, aunque a ciencia cierta no lo se porque yo nací en este período llamado "Invierno Negro", a diferencia de mi papá que si había visto tiempos mejores el tenía cerca de veinticinco años cuando el virus llamado "winter" comenzó a expandirse por todo el mundo sin excepción, el me ha contado que fue lo que pasó, al parecer un científico lo bastante estúpido salió del laboratorio de Londres el cual había sido infectado por el virus y viajó hacia Estados Unidos contagiando a todo el que tenía a su paso, el lo sabía porque era mi abuelo Robert Winter, mi padre lo había encontrado aquí en uno de los sótanos que funciona como laboratorio, después de que lo llamarán para tratar de localizarlo, mi padre me dijo que el abuelo era el científico más brillante de esa época, pero al parecer también el más mortífero, el había creado muchos virus para poder venderlos a los países que estaban en guerra, no tenía escrúpulos incluso había hecho tratos con países enemigos al suyo todo por dinero y poder aunque ahora el dinero no valía nada, ya que no había mucho que comprar y todos usaban el trueque para las transferencias y solo lo hacían por cosas indispensable como medicina, comida y por supuesto armas, los pocos niños nacidos en esta época tenían que aprender a utilizar armas tanto como aprender a correr porque al no haber suministros básicos habían muchos que estaban dispuestos a matar por ellos, yo había aprendido a utilizarlas cuando era muy pequeña pero solo las utilizaba cuando salimos del recinto y eran obligatorias. Dentro del recinto estaban prohibidas pero si queríamos salir debíamos llevarlas, mi papá dice que es muy poco probable que el virus continúe en el aire porque al parecer la única debilidad de el era morir con su ocupante.

Bajo a uno de los sótano de la casa que es un gran laboratorio, mi papá estaba estudiando de nuevo el virus, porque el al igual que su padre es científico y lleva años intentando encontrar la cura pero al parecer es muy complicado incluso para el que es brillante, lo he visto crear vacunas contra casi todo tipo de enfermedades, lo cual es fascinante por eso le pedí que me enseñará todo lo que sabe y cada vez que puedo bajo aquí para ayudarlo, cuando no estoy con los demás cultivando alimentos, somos varios en este lugar al menos treinta personas.

Este recinto fue una vez la mansión de mi abuelo el era un paranoico y como no serlo si el era el que creaba las plagas. Construyó este lugar como un fortaleza, antes de que el virus se espandiera el ya había cercado las veinticinco hectáreas en las que se sitúa el recinto, con grandes muros hechos de grafeno, un material que es casi imposible de atravesar, pero de hacerlo todo el lugar está lleno de trampas que se activan con un código que sólo mi familia conoce y con familia me refiero a mi papá, mi mamá y yo. Mi padre fue hijo único, al parecer al abuelo no le gustaban los niños y la única razón por la que lo tuvo, fue porque su esposa ya estaba embarazada, separándose de ella poco tiempo después de que mi padre naciera, el jamás venía a visitarlos pero a mi papá eso no le importaba, mi abuela murió de cáncer cuando mi papá tenía dieciocho lo que hizo que mi padre quisiera estudiar biológica molecular y también estudio medicina, el es muy brillante fue siempre el primero en su clase. En cuanto a mi madre ella si tenía hermanos pero se casó muy joven cuando ni siquiera había terminado la carrera de psicología y se fue a vivir con mi padre que era un poco paranoico, así que cuando el virus se convirtio en una pandemia, vino hacia aquí, sabía que no había lugar más seguro que este, ella no pudo hacer nada por su familia ellos vivían en otro estado y poco tiempo después supo que el virus había matado a todos ellos, se que se siente culpable por no poderlos ayudar.

-Te ayudo en algo- Le digo a mi padre, solo nosotros dos conocemos la contraseña para entrar aquí, los sótanos son como laberintos construidos por casi toda la propiedad y cada uno tiene diferentes funciones, por ejemplo hay una bóveda dónde solo hay armas y municiones todo tipo de ellas, en otra existe una especie de ambulatorio para cuidar a los enfermos, también hay una para ponerlos en cuarentena de ser necesario, además hay habitaciones para descansar estas fueron ambientadas por mi padre, antes ahí estaba los trofeos, medallas, títulos, joyas y dinero del abuelo, pero mi papa las acondicionó como habitaciones, llevando todo eso a las plantas superiores dónde está la casa y donde casi nunca estamos, además en los sótanos también ahí un gran vivero que tiene un techo de cinco placas de cristal laminadas de 12 milímetros de espesor cada una y con un recubrimiento similar a una compuerta que se cierra automáticamente después de unas horas de luz.

Se que este lugar podria albergar a más personas pero en el pasado mi papá cometió ese error trayendo aquí a diferente tipo de personas, que formaron un motín y casi acaban con todos, desde entonces mi padre escoge muy bien a quien dejar entrar y para estar seguro los coloca en la parte más superficial de los sótanos, es como una anticamera parecida a una habitación del pánico dónde hay comida y un lugar para dormir además de un baño, donde el los observa junto a mi madre que evalúa su comportamiento, después de eso si mi padres creen que no son peligrosos los dejan entrar a los diferentes niveles.

-Si acercate- Dice mi padre y voy junto a él -Estira el brazo- Dice y le obedezco, toma una muestra de mi sangre y la colocación en un tubo de ensayo.

-Para que es eso- Le pregunto, el nunca me había sacado antes sangre.

-Creo haber descubierto algo- Y por primera vez en mucho tiempo parece esperanzado.

Invierno NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora