••• 2do Extra •••

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— ¿cómo sucedió esto?— Pregunto James con la voz temblorosa. Y con los sentimientos hechos una avalancha. Definitivamente esto no era algo que esperaba.

Ya tenían suficiente con dos pequeños demonios, unos que regresarían mañana para las vacaciones de invierno.

Lily y Sev voltearon a verlo y no por primera vez se preguntaron que tan idiota podía llegar a ser el menor.

— Bueno... la culpa es del estúpido que sugirió festejar por que al fin teníamos la casa libre de infantes, después de 11 años y organizo "fiestas" cada viernes — Respondió Sev con el miedo, enojo y alegría muy claros en su rostro, una extraña combinación.

— Bueno, pues yo no recuerdo haberte obligado ha hacer nada. — Discutió James con los ojos al borde de las lágrimas. — Además, no fui yo quien sugirió emborracharnos... tampoco fui yo el que se negó a usar condón y luego se puso a llorar porque me estaba poniendo uno. — Agregó el ojimiel, liberando las lágrimas que retenía.

Lily se debatía entre reírse a carcajadas o procurarse porque sus esposos pelean igual que niños y no se toman encerio la discusión la llegada de más niños a la familia. Lo peor es que ni siquiera se trataba de una planificación o plática sobre sus deseos de tener uno o dos hijos más, no, ahora mismo la charla se enfoca en que los tres han descubierto que sus continuos encuentro sexuales han dejado preñado a más de uno de ellos.

— La verdadera cuestión aquí, es... ¿cómo le vamos a explicar a Harry y Eileen que van a tener 4 hermanos más en  6 meses?— Dijo Lily interrumpiendo la batalla de miradas acusadoras entre James y Sev.

— ¿4? — Preguntó James con la voz aguda.

— ¿Tú también estás esperando 2? — preguntó/afirmó Severus, decidiendo que el miedo podía más con él.

— Espera... ¿Qué?— Dijo Lily confundida quien se acercó a James que parecía listo para desmayarse.

— Entonces... Lily espera mellizos otra vez y Sev gemelos... ¿Verdad? — Los mencionados se limitaron a asentir hacia un muy, MUY pálido James, uno que se veía listo para salir corriendo en dirección al baño y vertir sobre el inodoro todo lo que desayuno esta mañana — ... mmm, yo, yo también... espero gemelos...

La mente de ambos mayores se quedó en blanco, como si hubieran reiniciado su cerebro, tardaron algunos minutos en procesar toda la información.

— ¿Tendremos...

— seis...

— hijos?

El pánico pudo con ellos.

"¡Hemos logrado superar a los Weasley!" pensó Severus con horror.

"¡Maldito sea Sirius y su maldita lengua salada!" maldijo James al recordar el día en que su mejor-amigo-casi-hermano se quejó porque decía que follaban cómo conejos y se burló diciendo que si seguian así tendrían más hijos que los Weasley.

"¡Estos idiotas gritaran como si se estuvieran muriendo durante el parto!" se quejó mentalmente Lily, ya imaginando lo que sufrirían sus pobres oídos en el futuro.

— Después de esto, los tres, nos vamos a esterilizar. — Decretó la pelirroja, no se estaba arriesgando más embarazos no planeados, en especial si el chistecito les salía como ahora.

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Los Medimagos dentro del quirófano de San Mungo, encargados de atender el parto múltiple del matrimonio Potter-Snape, suspierarón aliviados cuando los seis bebés fueron llevados a las encuvadoras y los tres padres fueron sedados.

Dos días después casi gritaron y festejaron extasiados cuando el matrimonio se marchó del hospital y rezaron a Merlín o cualquier deidad que los pudiera escuchar para que nunca se repitiera lo que vivieron en ese quirófano.

Atender a un hombre o mujer parturienta a la vez ya era una experiencia traumática cómo para atender a tres a la misma vez.

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— ¿ y si los damos en adopción?— pregunto esperanzado James. Hacia 15 días que no podía dormir correctamente, y no sabe cuánto tiempo más podrá aguantar la tortura.

— ¿crees que alguien los quiera adoptar?— La voz de Severus salió tan esperanzada que hasta le brillaron los ojos.

— ¡Si serán idiotas! — dijo Lily dándoles una fea mirada.

— Lily... ya deja de fingir, sabemos que deseas lo mismo.— Acusaron ambos magos antes de levantarse y regresar al cuarto de los bebés que lloraban otra vez.

Fue entonces cuando la idea le pareció tentadora a la pelirroja, pero cualquier pensamiento de ese tipo fue ahullentado al ver a dos hermosas niñas idénticas; con piel cremosa acompañada de  cabellos rebeldes y ojos negros. Dos niños idénticos; con el cabello lacio  y ojos color miel. Y dos mellizos pelirrojos, ambos niños, de piel cremosa, el mayor de los ojos negros con motas verdes y el menos de los ojos miel con motas verdes.

— Los míos son los más hermosos— comento Lily al aire, dando inicio a un debate entre el matrimonio para decidir cuál par de hijos era más bonito.

Harry y Eileen se asomaron al cuarto de sus hermanos y vieron a sus padres discutiendo en voz baja  mientras trataban de convencer a sus hermanos de dormir otra vez. Compartieron una mirada cómplice y se preguntaron cuánto tiempo tardarían en recordar que Potter Menor cuenta con más de uno o dos  elfos domésticos que bien podrían ayudarles a cuidar de los bebés por unas horas para que ellos puedan dormir.

— ¿Les hará daño si los dormimos con un hechizo aturdidor? — pensó James en voz alta, ganándose las miradas curiosas e ilusionadas de los mayores y la silenciosa risa incrédula de sus hijos mayores.

— ¿Lo intentamos?

— ¿Y si algo sale mal?

— ¿Es algo que haría Sirius?

— ¡Sí! — contestaron todos al mismo tiempo.

— Entonces es una mala idea— Decretó Lily con desánimo.

Los tres adultos volvieron a poner todo su esfuerzo y energía en los bebés que lloraban por la atención de sus padres, tan distraídos como estaban, ninguno de ellos se dió cuenta de que sus hijos mayores se alejaban de puntillas y se dirigían hacia la recamara matrimonial para rastrear y raptar la caja de dulces que James esconde debajo de la cama.

— ¿Crees que podamos ocupar esta información para chantajearlos en el futuro? — pregunto Eileen mientras se comía otra barra de chocolate suizo.

— Solo Merlín sabe — comento Harry, infinitamente divertido por la terrible situación en la que se encuentran sus padres — De lo que podemos estar seguros es que cuando entren a Hogwarts van a ser un tercio de los alumnos de su generación, y Merlín no lo quiera, podrían ser peores que nosotros.

— Tienes razón, va a ser una suerte si no causan un incendio durante su estadía en Hogwarts — dijo Eileen con voz conspirativa, haciendo un esfuerzo por contener la risa mientras se sobaba las mejillas, las cuales le empezaban a doler por reírse tanto.






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Espero que les guste este segundo Extra y que se hayan divertido leyéndolo, la verdad es que lo escribí al mismo tiempo que el primero pero tenía mis dudas acerca de si debía publicarlo o no...
En fin... Nos leemos en el próximo fic!

¡Plan con maña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora