Capítulo 9~El Árbol de los frutos Sagrados~

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Narra Anya

Cerré mis ojos por la ceguera que la luz de la teletransportación que Atora provocó. Al abrirlos me encontraba frente a una torre o eso creo. [Lo prometido es deuda, aquí esta la imagen del personaje con su Armadura, se hizo lo que pudo].

 [Lo prometido es deuda, aquí esta la imagen del personaje con su Armadura, se hizo lo que pudo]

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Observé al interior de la torre y de las sombras salió un señor de edad avanzada.

****: —Al fin has llegado. Mi nombre es Hakurei, soy el Maestro que repara las Armaduras de los Caballeros.- me presenté e hice una leve reverencia. —¿Sabes que los Espectros no mueren?- Me quedé atónita al escuchar eso.

—Entonces, ¿cómo...?— Me interrumpió.

Hakurei: —Mi alumna y otros 2 Caballeros, están dirigiéndose al Árbol del Inframundo, recolectar sus frutos nos dará una ventaja para la Guerra Santa.— (¿Solo eso?)

—Ya me han informado eso en el Santuario, ¿solo es ayudarlos a llegar a ese Árbol y recolectar los frutos?— Me cruce de brazos.

Hakurei: -¿Tengo que repetirlo?- Suspiré. -Te enviaré a el Inframundo y de ahí en adelante estás por tu cuenta, hasta que los encuentres.- No es que me moleste, pero encontrarlos es como encontrar una aguja en un pajar.

—¿Y cómo...?— Volvió a interrumpirme.

Hakurei: —Eres lista, sabrás como encontrarlos.— Sonrió.

—Con todo respeto, no me gusta que me interrumpan.— Este río y lo mire confusa. (¿acaso dije algún chiste?)

Hakurei: —Lo se bien.— Iba a hablar pero volvió a interrumpirme. -¡Ondas de Inframundo!🌀— Me apunto con su dedo y luces azules rodearon mi cuerpo y de pronto no pude moverme, mi alma fue separada de mi cuerpo y una luz me cegó.

Caía y veía el suelo aproximarse y aterricé creando una grieta, para después ponerme de pie y suspirar. (No quiero ver a ese Señor en lo que me reste de vida.) Mire a mi alrededor y a lo lejos pude observar a personas...o más bien muertos...almas que no van a descansar y un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

Empecé a correr en cualquier dirección, para ser sincera, no tenía ni idea de dónde comenzar. No se cuento tiempo paso, pero logré divisar a lo lejos unas ruinas, al llegar pude ver que había signos de pelea reciente y en el suelo, había un Espectro al aparecer estaba muerto, pero dado lo que me dijo Don Interrupciones, este puede revivir en cualquier momento y no me iba a quedar a averiguarlo.

Mire enfrente y había túneles y empecé a correr por uno de ellos, por lo que veo estos túneles lo usan los Espectros para andar en en Inframundo, en otras palabras, son como atajos.
No sé cuánto llevo corriendo, estos túneles parecen laberintos, creo que estoy pérdida...

O eso creía, hasta que sentí un cosmos, no parecía ser de algún Espectro, pero nunca se sabe, oculte mi cosmos y corrí lo más rápido en dirección a aquel cosmos.
Llegué a lo que parecía ser una salida y sentía más fuerte el cosmos que sentí hace un momento. No quise arriesgarme así que me oculte en la salida y vaya sorpresa, un perro gigante...creo que se llama Cerberos, el perro Guardián del Inframundo estaba queriendo comer unos bocadillos.

Saint Seiya ~El Lienzo Perdido~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora