Capítulo: 18 Dioses y Peones

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Pov's Tenma

Llevaba varios intentos tratando de alcanzar a Verónica, no entendía como podía bloquear mis Meteoros con facilidad y sin siquiera mover un musculo.

—Es una lastima, no importa cuantas veces lo intentes, no sucederá. Aunque eleves tu Cosmos así, mientras estas bellezas estén conmigo, tu puño jamás conseguirá alcanzarme.— Ahora entendía todo, esas moscas evitaban que lo alcanzara. —Sabes una cosa Tenma, ya me canse de este juego y ha llegado el momento de terminar contigo. —De su boca, expulso una gran cantidad de moscas y estas comenzaron a morderme. De pronto, la ventana que tenia detrás de mi se rompió dejando ver la bufanda de Yuzuriha, quien esta elimino a las moscas en un segundos y me alegre verlos a los tres frente a mi y Verónica los miro con desagrado. —Cuantos seres vivos, su respiración, su sudor y su sangre son repugnantes, los desprecio, ¡fuera de mi vista, ahora!— Con su Cosmos nos lanzo a los cuatro fuera de la casa. —Quería que fueran la cena de mis sirvientes, pero ya no importa por que ninguno sobrevivirá, no pienso tocarlos.— Del suelo emergieron muertos que nos rodearon y quedamos atónitos. —Ahora, estos muertos vivientes se encargaran de todos ustedes.— Aquellos seres desaparecieron en un segundo, convirtiéndose en luces azules a lo cual nos quedamos pasmados.

—No puede ser... este Cosmos es de...— Hablo Anya algo molesta, sabiendo que era lo que estaba ocurriendo.

—¡Ay! Lamento interrumpirte rarito, pero tengo que devolver tus muñecas al Infierno. ¿Conoces las Ondas Infernales?— Desde lo alto de la casa, Manigoldo era el responsable de lo que sucedió.

—¡¿Ahora que quieres Manigoldo?! ¡Lárgate!— Dije irritado.

—Muestra respeto Caballero de Bronce, no me hagas encerrarte de nuevo. Son muy débiles así que ahora yo me encargare de esto —. Dijo casi amenazándome. —¿Qué te pareció? Ahora tu eres el siguiente.— Se dirigió a Verónica, quien solo lo miraba seriamente.

—¿Quién eres? Responde —. Ordenó Verónica.

—Me siento extraño diciéndote mi nombre —. Manigoldo bajo de la casa y se puso delante nuestro. —Yo soy Manigoldo de Cáncer y vine a cuidar a estos mocosos.— Dijo mientras nos señalaba.

—¡¿Qué dijiste imbécil?! Repítelo si te atreves —. Amenace.

—¡Oye no me grites! No vine por gusto o al menos no del todo, son ordenes de arriba. Me pidieron que los cuidara veo que no pueden hacer nada bien —. Quería golpearlo, definitivamente quería hacerlo pero mis amigos me detuvieron, cosa que no iba a permitir.

—Así que, ¿tu proteges al Caballero Pegaso?— Dijo Verónica curioso, mientras que yo logre liberarme de mis amigos, pero poco me sirvió ya que Manigoldo ahora era quien me detenía. —Sabes algo, tu aroma me recuerda a mi amado Inframundo —. <<De acuerdo, la conversación se puso rara>>.

—Oye, ¿tratas de alagarme? Que pena, porque a mí no me gustan los tipos raros como tú, me interesan las chicas lindas —. Manigoldo me soltó bruscamente y en un parpadeo, tomo a Anya de la cintura y se apegó a ella. —Y esta belleza es un claro ejemplo —. Dijo apasionado, mientras que Yato, Yuzuriha y yo nos quedamos estupefactos ante tal escena. —Tiene un carácter frío y además es una mujer difícil, es hermosa, necia y es realmente fuerte, venció a tu compañero en menos de un segundo. Ella tiene todo lo que me gusta —. No sé porqué, pero algo dentro de mí se llenó de furia y no soportaba verlo tan cerca de ella. Estaba por alejarla de él, pero un fuerte golpe hizo que me detuviera quedándome helado al igual que mis amigos.

—Aleja tu presencia de mi —. Disgustada, Anya le había dado un fuerte puñetazo a la mejilla de Manigoldo que provoco que su rostro se girara ante el impacto y este solo rio alejándose de ella. 

Saint Seiya ~El Lienzo Perdido~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora