10. La invitación

395 53 5
                                    

Eylen

Las siguientes semanas pasan como escenas rápidas ante mis ojos y el mes de julio llegó. 

Acepté entrar al concurso de fotografía con Stanley y aunque al inicio no me creí capaz de hacerlo resultó divertido estar cubierta de supuesto oro liquido -que más bien era pintura y glitter dorado-, dentro de una bañera y atreverme a mostrar el lado sexy que no sabia que tenia. 

Erick y Kenai estuvieron animándome en todo el proceso mientras Stanley capturaba el momento, a pesar que estuve cubierta de glitter los días después, valió completamente la pena el ver el resultado de las fotos. No tengo idea de cual fue la que Stanley eligió, ni tampoco sé como las editó, pero aun si no ganamos, me gustó haber hecho aquella sesión porque sin poder evitarlo mi confianza aumentó y eso es mucho decir porque no me había sentido así en mucho tiempo.

Pasar tiempo con los chicos ha sido la mejor terapia que he tenido. Incluso he ido a la piscina donde Erick trabaja para pasar el rato con Stanley y Kenai en nuestros días libres. 

Canela sigue siendo el proyecto de verano de mi amigo y ahora mi perrito sabe muchos trucos y es bastante educado. Canela es tan consentido que los chicos siempre le están comprando ropa y juguetes, incluso más que yo que soy la dueña.

Puedo decir que las cosas lentamente se van arreglando y espero que marchen en este camino.

Me bajo de la bicicleta al llegar a Robinson's y la acomodo en el ciclo parqueadero, mientras arreglo mi falda en el proceso. 

—Buenos días, Eylen.

—Hola, Kenai —lo saludo al verlo abrir la puerta.

—¿Lista para la faena?

—Siempre —respondo con una sonrisa y lo sigo para entrar al local.

Giro el volante de abierto y me voy directo a la barra de jugos para acomodar todo. 

❁❁❁

Las horas pasan y el restaurante al igual que siempre se va llenando y despejando de gente. Incluso Stanley se dio su vuelta de siempre antes de ir a mi casa por Canela y llevárselo con él. 

—Muy bien, tienes que dejar de ignorarme, Eylen. —escucho detrás de mi y me giro para ver a Nick apoyado en la barra.

—¿Ignorarte? —pregunto confundida. —¿De que estás hablando? Yo no te ignoro.

—Claro que lo haces, desde aquel día en el que te dije que te regalé a Canela no me has escrito y pensé que lo harías. —dice —Además, cada que vengo aquí con mis amigos finges que no existo.

—Pues no tengo porque escribirte, ni hablarte. —me cruzo de brazos.

—¿Ni siquiera para decir gracias?

—Nick, yo no te pedí al perro, así que fue tu decisión dármelo. —niego —Y déjame decirte que fuiste muy imprudente, para dar un regalo así debes consultar antes.

—¿O sea que ya no lo quieres?

—Por Dios, han pasado semanas, no es que me lo vas a arrebatar ahora.

—¿Entonces pensaste en la propuesta que te hice?

—¿Qué propuesta?

—Que Canela sea nuestro pequeño bebé secreto.

Suelto un suspiro y me acerco a más colocando mis manos sobre la barra y viéndolo fijamente.

—Nick, yo no se como suene esa idea en tu cabeza, pero en la mía suena horrible. ¿De acuerdo? yo no voy a tener un ''pequeño bebé secreto'' —hago comillas —Con absolutamente nadie.

Eylen & Harry - When We Fall AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora