Fantasma del pasado

9 1 0
                                    

Su voz me penetró los oídos y en mi memoria apareció el recuerdo que tenía escondido, el día del accidente. Aguantaba mis lágrimas lo máximo que podía, seguíamos con las manos unidas y su fantasma se puso donde la tumba y agarró las manos de Víctor e Irene, claro que ellos no se dieron cuenta, no la podían ver. Antes de seguir contando esta historia haré un pequeño paréntesi para explicaros lo que paso cuando todos teníamos doce años.

*Flashback*

 Era una calurosa tarde de verano, estábamos en la playa. Todo parecía ir bien, no pasó nada extraño, pero lo que de verdad fue extraño se manifestó por la noche, un accidente que no se sabe como ni porque pasó. 

Se hizo de noche y el cielo estaba oscuro, todos hablando con todos mientras íbamos a casa, teníamos que pasar por un bosque para llegar al pueblo donde estábamos de vacaciones. Julia se desvió un segundo y la perdimos de vista, cuando nos dimos cuenta de que no estaba nos pusimos a buscarla como locos. Eran las doce y en ese bosque por las noches habían animales peligrosos y salvajes. Irene y yo fuimos por un camino distinto a los demás y la vimos, allí estaba, en la orilla del río que dividía el bosque en dos. Bajamos corriendo y cuando la cogimos notamos su piel fría y viscosa, tenía una sustáncia rara encima de ella, era su sangre. No sabíamos como reaccionar a ello, sólo rezamos para que los demás no vinieran. Cuando intentamos subir sentí una presencia detrás de nosotras, me pareció ver unos ojos rojos y el sonido que hace un cuchillo afilando otro, subí despavorida. 

Después de ese día decidí acercarme otra vez, ya que era el último día de nuestras vacaciones, y no creía lo que veían mis ojos. Veía una silueta familiar, juraría que era Julia, mirándome y haciéndome señales con la mano para que me acercara, no podía creerlo, corrí hasta el pueblo y nunca volví.

*Fin de flashback*

Cuando acabé de recordar lo sucedido dije:

- Algunos se preguntarán porqué estamos aquí, bueno, es sólo el hecho de que quería reuniros de nuevo, a nuestro grupo, el que hizo posible - escuchaba el sonido de unos cuchillos y unos pasos detrás de mi, el corazón se me aceleraba, estaba apunto de estallar - Y además quería deciros que sois los mejores, y aun que esta sea la última vez que nos juntemos... Muchas gracias a todos.

Entonces nos abrazamos todos y los ruidos desaparecieron en la densa oscuridad del cementerio, me calmé, pero aún tenía ganas de llorar - ¿Por qué se ha mostrado ante mi? - pensé. Después de esta pequeña escena empezamos a hablar y Julia escuchando.

Llegó el momento más esperado de la noche, la vuelta a casa. Cada uno se fue a la suya y mientras yo iba a la mía pensaba en lo de hoy, no sabía que pensar. En la puerta de mi casa me encontré una pequeña sorpresa, a Ivan.

- Oye... ¿Podemos hablar un momento? - me dijo nervioso.

- Claro - entramos en casa y nos acomodamos - ¿Qué pasa?

-  ¿Te acuerdas de... La última vez que nos vimos?

- Sí.

- ¿Y  de lo que... Intenté?

- Sí, ¿Por?

- Verás... Yo no quería hacerlo... Fue por la presión que me metieron.

- ¿Quienes?

- No te lo diré, me tomarás por loco.

- Dime, enserio, no te juzdgaré, todos cometemos errores.

- No fue un error, pero... 

- ¿Pero qué?

- Bueno, he venido aquía  decirte que me gustas y qué... No quiero que me abandones...

- ¿por qué debería abandonarte? ¿Por esto?

- Sí... Y no quiero...

- No lo haré, tonto - le abracé - sabes que aquí me tienes para ayudarte, para algo están las amigas, ¿No? - le dije sonriendo.

- Muchas gracias... - dijo, se despidió y se fue.

Esta escena fue... ¿Rara? No sé, pero no fue nada fuera de lo normal, almenos después de todo esto era normal. 

Pasé unos días aburridos de casa al instituto y del instituto a casa. La rutina me agobiaba, que no pasaran cosas fuera de lo normal me parecía de los más extraño, es mas, los echaba de menos podría decir. 

Pasaron los días hasta que llegó el martes, en este vino, por tercera vez el ave del trajeado, en su pata llevaba el mensaje y una carta. La carta era una de las que escribió mi padre, fui a comprobar en su habitación que estaba y si, estaba, era una copia. En el mensaje se podía leer lo siguiente: "Ven mañana a las doce de la noche donde siempre, te estaré esperando". Sabía perfectamente lo que iba a hacer, pero igualmente fui. Durante ese día pensé demasiado, hice muchas hipotesis del porque me estaban pasando esas cosas, y todos daban a Fiui. No creía posible que por un gato pasara todo esto, no podía ser. Tenía las dudas, así que quise preguntárselo al trajeado, bueno, eso y una duda más. 

Pasaba el tiempo y me aburría muchísimo, llegó el día siguiente y solo faltaba esperar, y en ese tiempo de espera pensé en lo de Ivan. "Quizas estaría bien provar a estar con Ivan" era uno de mis pensamientos, de dos intentos me habían entrado las dudas -"Vaya chaval" - dije con una sonrisa de estas que solo salen cuando piensas en esa persona especial. 

Ya era casi la hora, me puse en marcha y llegué al lugar. Apareció una densa niebla blanca y otra oscura, una novedad. Salió el trajeado de la niebla blanca.

- Hoy seré breve, ¿Qué quieres saber? - dijo como si supiera lo que he estado pensando todo este tiempo.

- ¿Eres tú? 

- ¿Quién? - dijo como si se esperase otra pregunta.

- Mi padre, dime, ¿Lo eres? - pregunté decidida.

Una flor en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora