Pétalo soñador

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" Era un lago con niebla de color negro, estaba desorientado y me acerqué al lago, apareció una barca de la nada y dentro de ella había un cadáver, su cadáver. ¿Por qué estas imágenes estaban en mi cabeza? ¿ Por qué en mi sueño? No sabía que pensar. Entonces apareció una doncella vestida con un vestido de novia y con un ramo de flores en la mano.

- ¿Qué? - dijo ella con un tono de impaciencia - ¿Vamos ya?

-¿A dónde? 

- Ella rió -  ¿Dónde va a ser? ¡Al altar!

- ¿Cómo que al altar? - dije sorprendido - ¿No se ni quién eres y me voy a casar contigo?

- Claro que me conoces, soy la niebla de tu interior. La que te domina y hace lo que quiere contigo, la que te manipula.

- Me niego, me voy ahora mismo.

- Está bien, pero tendras que atender las consecuencias de tus actos.

Salí de ese "sueño", y las consecuencias fueron las de la barca, ella muerta y yo solo con la desolación de mi alma y las lágrimas de mi corazón. Sólo me trajo la peor de las desgracias, algo que no quería, lo que menos deseaba."

Después de leer este... ¿Sueño? No lo sé, más bien era una pesadilla. A lo que iba, en cuanto leí esa cosa que no sabía definir estuve pensando muchísimo, y llegué a la teoria de que si te domina, sea la niebla o la oscuridad, te pasaran desgracias de este calibre y que las personas que lo son no son ellas, en realidad son el blanco y el negro que los controla, aunque sólo era una teoria que se me ocurrió. Esa noche no dormí nada.

Domingo, día de estar en casa sin hacer nada. No me pasó nada en especial. Salí a relajarme un poco al centro comercial y compré un poco de ropa, estuve en un parque que había cerca y me fume un par de cigarros en un banco mientras veía pasar a la gente delante de mi. Fue llegar a casa y dormir, no sé exactamente por que razón, pero estaba rendida. No me puse e despertador.

Lunes, me levanto a las diez, llego tarde. Hice lo mismo que cada mañana, cojí la mochila y andé a paso ligero, llegue a la hora del patio. Esperé en la puerta hasta que salieran estos, pero tardaron más de lo normal, quizas estaba algun profesor diciéndoles algo. - A saber qué han hecho ya... - pensé con una sonrisa en la cara. Ya era la hora de entrar y fui a la alula, gran sorpresa fue la mía cuando vi la clase vacía, más bien el instituto vacío. Una niebla blanca y densa se acercaba desde los dos extremos del pasillo. No quería pensar que era él. Mis sospechas se confirmaron cuando de la nada aparecí en un bosque con la niebla más concentrada que jamás veré en un lugar del mundo real. Apareció entre la espesura del bosque, un hombre de punta en blanco.

- Bienvenida a mi mundo - dijo él - ¿Quieres ponerte cómoda?

- ¿Qué es todo esto? - pregunté enfadada - ¿A qué estás jugando?

- ¿Yo? - se hacía el tonto - Nada, sólo quiero poseerte, controlarte y de ti controlar a más personas, aprobecharme de las ventajas del ser humano.

- No lo harás, almenos de mi no.

-¿Quién sabe? Sólo sé que tú eres mi víctima, nadie más.

- Pues busca otra presa señor lobo - dije en tono de burla - porque esta paloma se va de quí con sus alas de libertad.

- Buenas palabras, Candela - me paré en seco, ¿Por qué mi nombre? ¿Por qué ese tono tan familiar? - sólo quiero que sepas... Que era... O quizas soy, una persona muy cercana a ti - tenía el corazón en un puño, no podía controlar mis nervios.

- Antes de que me vaya... ¿Qué eres? ¿Quién eres?

- Eso deberás descubrirlo tú misma... Pequeña.

Esas fueron las últimas palabras que escuché, todo se desvaneció. No sé como, pero aparecí en la puerta del instituto a la hora que había llegado, no entendía nada. Me sentía muy confundida. De la nada sentí algo en mi hombre, era el gato, sonreí. Pensé que un nombre le iría bien, así almenos no le llamaría "gato" cada vez que lo viera. Después de pensarlo durante media hora no se me ocurrió otro nombre, "Fuiu" (invierno en japonés), quizas no era el mejor para un gato, pero me recordó a cuando lo conocí.

Ese día hacía frío, mucho frío. Al final entré a la clase, pero no había nadie. Miré el calendario de eventos que hay en nuestro panel de clase y hoy era fiesta, tonta que fui al ir. Algo que me hizo mucho gracia fue un escrito en la parte inferior de la pared "El pollo", me recordaba a cuando iba a segundo de la ESO. El pollo era el grupo de amigos y amigas que tenía, la gran mayoría se fueron del centro y quedaron unos pocos, ya pocos recuerdan el grupo. Os parecerá una tontería, pero era muy especial para mi ese nombre, ¿Por qué? Porqué fueron mis primeros amigos. Me entró la nostalgia del momento, dios mio, no podía creec que aquellos recuerdos aún estuvieran en mi cabeza y en mi corazón.

Llegué a casa y me estiré en la cama, estuve hablando un rato por el móvil y el ordenador a la vez que escuchaba la música de los amplificadores que tenía en el ordenador. Bajé a cenar y me cociné un poco de potage y carne, y de postre una manzana. Me tumbé en la cama y Fuiu se durmió a mi lado.

Un corazón tembloroso

sin saber que le pasa

se puede arreglar

con una facilidad anormal,

busca en el baúl mental

un objeto de gran dicha.

Una flor en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora