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"Qué importa esperarte un ratito, cuando hace más de una vida que nos venimos queriendo encontrar"
Brando- Cartas al tiempo.

Se dio cuenta de que no importaba cuando lo intentase, no podía seguir ignorando los golpes en la puerta, aquello no era tan sencillo como apagar el móvil y luego fingir que no lo había cargado. Es más, estaba segura de que la persona que llamaba a la puerta se había adelantado a su plan de ignorar llamadas y decidió directamente plantarse en su piso.
Soltó unos cuantos improperios cuando se llevó por delante unos zapatos que había dejado tirados junto a su cama la noche anterior y sin dejar de protestar mentalmente se dispuso a finalmente atender a quien llamaba con tanta insistencia.

- Eh...¿buenos días?

- Se te ha olvidado.

- ¿De qué hablas?

- Que se te ha olvidado...lo sé- resopló a la vez que la empujaba un poco para entrar al piso.

- Mira, Saidy, es sábado, no son ni las diez de la mañana y vienes a marearme con esto de haber olvidado algo.

- Olvidar por ejemplo que habíamos quedado porque por fin te tomarías un tiempo para salir con tus amigos.

- No sé me ha...

- Mimi, Mimi, de verdad, estás en pijama y se nota que no tenías planes de moverte de aquí hoy...o algún día- señaló el desastre que reinaba en la sala. Cajas de pizza y botellas de agua vacías, unas cuantas prendas tiradas en el sofá y un lío de papeles esparcidos por la mesa de centro- Madre mía, quién se ha muerto aquí.

- He tenido días muy ocupados- se justificó algo avergonzada.

- Ya veo...- retiró el resto de lo que parecía ser queso del pelo de la rubia.

- Voy a recoger- musitó- No tardo.

- Mimi, tranquila, espero a que te duches, nos vamos y luego te ayudo a recoger por aquí- ofreció.

- Es que está hecho un lío...

- Bueno, no parecía importarte antes, no veo el motivo de la prisa ahora. Anda, te preparas, que nos esperan y seguro llegamos tarde.

- Tengo demasiado que arreglar...

- No sé para qué pretendes aceptar lo de desayunar con todos si no tienes ganas de hacerlo y al final vas a buscar cualquier excusa para no ir-dijo mirándola fijamente con los brazos cruzados- Lo bueno es que sé aún tengo la entrada autorizada y que no puedes apagarme como a tu móvil.

- Lo siento‐ contestó simplemente y sin dejar de juntar cosas que tenía en el sofá.

- ¿Eso quiere decir que no irás?

- Tampoco es que me vayáis a echar tanto de menos allí- dejó escapar.

- Mimi, qué dices, si somos tus amigos de toda la vida.

- Ya, pero ahora exactamente no es que estemos en nuestro mejor momento y sé que si no fuera por Julia y por ti...

- Eh, no es cierto, Mimi. No seas injusta, cada uno de ellos ha tratado de mantenerse en contacto contigo, de buscarte. Han perdido la cuenta de la cantidad de invitaciones que les has rechazado y aun así lo vuelven a intentar. Les haces mucha falta, nos haces falta- confesó- Y si, me incluyo, porque si no fuera por el curro nos veríamos poco y nada también.

Mimi finalmente detuvo el ritmo acelerado con el que estaba intentando poner orden en la sala y lentamente dobló la última manta. Se dejó caer en el sofá y llevó las rodillas al pecho, como si tratara de hacerse pequeña y casi desaparecer de allí.

Me TienesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora