Parecía un pequeño niño asustadizo el cual solo quiere que lo abracen y le digan " Tranquilo, todo va a estar bien. " , pero él, sabía de antemano, que no estaría nada bien, sin embargo, te devolvía el abrazo, porque así es Brian.
Me costó varias semanas acostumbrarme a tener que estudiar por las tardes, ya que el tiempo de clase me lo pasaba mirándolo, intentado averiguar cualquier cosa con tan solo prestar atención a cada uno de sus movimientos.
Descubrí que en su mochila, ordenaba los libros por clases. Tenía una pequeña manía de tener siempre su mesa ordenada antes de que el profesor Collin entrara en clase. Su libro favorito era "Las ventajas de ser un marginado" , ya que cada vez que el profesor Collin dejaba tiempo libre, siempre, siempre, sacaba ese libro. Siempre llevaba mangas largas, nunca mostraba sus brazos. Estaba en mi clase, tanto de Literatura, como en todas las demás.
El timbre sonó, el recogió todas sus cosas y se fue. Imité sus acciones y me dirigí hacia el comedor, donde Hel, me esperaba sentada en el lugar de siempre.
- Hola - dije mientras me sentaba, sonriendo.
- No hay hola. - ella bufó.
- Uh, ¿mal humor?
- Mal humor. - respondió.
- ¿Qué ha pasado ahora?
- Ha pasado que tu querida madre adoptiva se cree que soy un cubo de comida. - dijo poniendo sobre la mesa un pan alargado.
Yo empecé a reírme tal cual una foca lo haría. Era la cuarta vez que le pasaba esta semana y estábamos a viernes.
- Anda vamos, compremos algo en la cafetería. - dije levantándome de la silla.
Ella me siguió. Nos pusimos en la cola para esperar nuestro turno cuando Laux llegó.
- Hola pequeñas. - dijo acercándose a nosotros.
- Hola - respondimos Hel y yo al unísono.
Nuestro turno llegó.
- ¿Hamburguesa? - pregunté, ellas asintieron.
Pedimos las tres hamburguesas y nos sentamos de nuevo. Estaba concentrada en la comida cuando alguien, se cayó al suelo. Seguidamente se escucharon risas. Me levanté y pude ver como un ejemplar de "Las ventajas de ser un marginado" llegaba a mis pies. Dirigí mi mirada al idiota que hubiera tirado a Brian.
Y he de decir, que acerté con lo de idiota, porque James, estaba de pie al lado de Brian, que estaba en el suelo recogiendo sus cosas.
- ¿Se te olvida algo, princesa? - dijo él burlándose de Brian.
Él solo mantuvo su boca cerrada. Yo cogí el libro que se encontraba en mis pies y andé hacia ellos.
- ¿Tienes algún problema, estúpido? - dije enfrentando a James.
- Sí, él es el problema. - señaló a Brian.
- ¿Enserio? Yo creo que tú - dije dándole con mi dedo índice en su pecho .- eres el problema.
Él se acercó más a mí, nos separaban centímetros. James era el capitán del equipo de rugby, y como no, el chico "más popular" del instituto. Y yo, la capitana del equipo de voley, no me iba a quedar a sus pies.
- Oh, pequeña no juegues con fuego.
- Más te vale que te alejes de él porque puede esta "pequeña" - hice comillas en el aire .- puede hacerle daño a tus queridos descendientes.
Él se tapó su parte íntima y dió un paso hacia atrás. Yo me volví hacia Brian el cual aún seguía en el suelo. Le tendí mi mano y él la aceptó.
- Creo que esto es tuyo - dije acercando el libro a su mano con una sonrisa.
- Mm ... G-Gracias.
Era bastante tímido, sus ojos transmitían algo, pero no sabía muy bien el qué. Él, un poco ruborizado, se retiró del comedor. Yo volví a mi asiento.
- Hola, soy tu amiga, Hel, y quiero saber que cojones ha sido eso. - dijo señalando el lugar donde había sucedido todo.
- ¿Qué? Solo lo he defendido, él no se merece que lo traten así. - dije desviando mi vista a la comida de nuevo.
- ¿Quién es? - preguntó Laux.
- ¿No lo habéis visto nunca? - ellas negaron .- ¿enserio? Me estaréis tomando el pelo, porque lleva cerca de 5 meses en nuestra clase.
- Yo nunca lo había visto. - dijo Hel mordiendo su hamburguesa.
- Yo tampoco. - habló Laux.
- Se llama Brian. - sonreí.
En ese momento desconecté del comedor y me centré en mi mente, en mi. Tenía que acercarme a él, lo necesitaba, tenía que saber que cosas le gustaba hacer, su artista favorito, todo. Me levanté y cogí mi mochila.
- ¿A dónde vas? - preguntó Hel.
- Al auditorio. - respondí.
- Pero ... hoy no nos toca música.
- Ya, lo sé, necesito pensar. - después de decir esa última frase, me fui.
Caminé por los pasillos en dirección al auditorio. Necesitaba cantar, desahogarme. Necesitaba pensar. Cuando llegué a la puerta, el sonido de un piano tocando Stay With Me de Sam Smith invadieron mis odios. Intentando ser silenciosa, entré. Una chica con el pelo largo y rosa estaba sentada en la banqueta de aquel piano. Me senté en uno de los asientos de terciopelo rojo y espere a que terminara. Cuando levantó el último dedo de la última tecla, aplaudí. Ella brinco llevándose la mano derecha a su pecho.
- M-Me has asustado. - dijo con la respiración entrecortada.
- Uh, lo siento. - me disculpé subiendo las escaleras. - no era mi intención.
- No pasa nada. - dijo con una sonrisa sellada.
Ella llevaba gafas de pasta, bastante grandes para sus ojos, los cuales, eran verdes. Bajo estos, se encontraba una pequeña nariz llena de pecas y una preciosa boca con unos dientes blancos. Era bastante guapa.
- Mi nombre es Cece - dije mientras extendía mi mano.
- Lo sé, te conozco - ella la aceptó. - ¿Quién no conocería a la capitana de Voley? - ella sonrió mostrando sus dientes blancos. - Mi nombre es Kelsy.
Su nombre era muy bonito.
- ¿Tocas otro instrumento aparte del piano? - sonreí.
- Guitarra, saxofón, clarinete, flauta travesera, violín ... - dijo ella enumerando cada palabra con sus dedos.
- Para el carro - reí - una orquesta entera se podría decir.
- Algo así. - sonrió. - Bueno, yo ya me voy, tengo que ir a la biblioteca. - dijo recogiendo sus cosas.
- Un placer conocerte. - sonreí.
- Igualmente.
Y desapareció.
Cogí un micrófono y lo encendí, me senté y cogí mi móvil, lo enchufé a los altavoces y puse mi canción favorita.
Hometown Glory de Adele.
Empecé a cantarla, cuando la puerta se abrió, apagué la música y me escondí tras el piano. Nadie sabía que yo cantaba, solo Hel y Laux, nadie más. Aquella misteriosa persona subió las escaleras llegando al gran espacio de madera y se sentó en la batería, la cual estaba en medio del escenario. No sé como no me vio, pero yo a él sí. Brian tocaba la batería. Se quitó su suéter quedando en mangas cortas. Era la primera vez que veía sus brazos al descubierto, los escaneé de arriba a abajo, eran jodidamente perfectos.
Hey, he vuelto. Para ser el primer capítulo me quedo "bien" (?) Supongo. Les agradecería mucho que compartieran mi historia si les gustó, que la voten y comenten.
Recuerda, el avión siempre despega con el viento en contra, no a favor.
Nos olemos pronto.
Cece.
ESTÁS LEYENDO
You confused me.
Teen FictionRecuerdo que dolía. Mirar a su entorno, y a él, dolía. Y por esa misma causa, por él, las clases de Literatura, se volvieron mis favoritas. O eso creía yo. Esta historia está dedicada a todas aquellas personas que sufren todos los días, sea por cua...