♡•SEIS•♡

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Cuando la ropa comenzó a desaparecer de sus cuerpos, se llevó con ella el dolor, la culpa, y la preocupación, ya no les importaba nada más que amarse y hacérselo saber al contrario de la forma correcta. Seungcheol deslizaba su mano con delicadeza por el cuerpo de Jihoon, acariciando su piel desnuda y erizando los vellos a su paso, sus labios también hacían un recorrido por el pecho del blanquecino chico, se deslizaban con suavidad, humedeciendo la piel y asegurándose de que su muestra de amor fuese bien captada.

Jihoon respiraba pesadamente y dejaba escapar jadeos y suspiros por lo bien que se sentía al ser amado nuevamente por Seungcheol; casi siempre el sexo entre ellos fue rudo, pero hubieron ocasiones en las que se tomaron el tiempo de apreciarse y amarse como era debido y una vez más querían amarse de esa forma. Sus manos se enredaron en el cabello del pelinegro, mientras este seguía besando su torso, no podía evitar mirarlo, tenía el miedo de que si apartaba la vista de Seungcheol, terminaría desvaneciéndose como si fuese un hermoso sueño volviéndose una pesadilla.

Seungcheol llegó a la pelvis del chico, mordisqueó con suavidad la piel, asegurándose de que los chupetones se quedaran marcados en la piel para que el próximo chico (o Jeonghan) viese que Jihoon tenía dueño y que sólo él podía marcarlo a su antojo. Tomó de su miembro con una mano, mientras seguía besando el alrededor, quería hacer el amor con Jihoon, no cumplir las fantasías locas que había tenido en los últimos meses, así que se limitó a dejar un beso en el glande y apartarse para ocuparse de otras zonas.

Los suspiros se convirtieron en sonoros gemidos cuando Seungcheol introdujo un dedo con cuidado por el ano de Jihoon; sabía perfectamente cómo moverlo en el interior, qué zonas acariciar, a qué ritmo introducirlo y sacarlo. A Jihoon le fascinaba que el mayor aún recordara esos puntos más sensibles, y los que más le gustaba que fuesen estimulados y la forma de hacerlo. Seungcheol hizo un recorrido de besos por done había pasado, regresando nuevamente al punto inicial: los labios de Jihoon.

Se besaron con pasión entre gemidos por parte del bajito, y las estimulaciones que aún estaba dándole Seungcheol. Pasaron demasiados minutos demostrándose el amor que se tenían con besos y caricias, y aunque podían pasar toda la noche de esa forma, los dos sabían que necesitaban más; se separaron y se miraron con una ligera sonrisa.

Seungcheol se inclinó para besarlo una última vez antes de separarse finalmente —ahora regreso...

—¿A dónde vas?— preguntó asustado.

—Tranquilo— dijo con una suave sonrisa y acarició su frente, removiendo sus cabellos —iré por un condón.

—De acuerdo— su mano se deslizó por su brazo hasta su mano, finalmente dejándolo ir.

No le quitó la mirada de encima, se acomodó en la cama, observándolo moverse por la habitación hasta una de las cajoneras, donde buscó entre su ropa los preservativos. Se sonrieron cuando sus miradas volvieron a encontrarse y Seungcheol regresó a la cama mientras abría uno de los paquetes, subió a la cama y se quedó arrodillado acorralando el cuerpo del menor. Jihoon deslizó su mano un par de veces por abdomen antes de tomar el pene del mayor para acariciarlo con suavidad hasta que tuvo que soltarlo para que se colocara el condón.

Una vez más Seungcheol se inclinó para besarlo mientras que se movía para acomodarse entre las piernas de su amante. Jihoon no dudó en abrirse para dejar que Seungcheol lo penetrara de una buena vez, aunque estaban haciéndolo tranquilamente, ambos estaban ansiosos y lo sabían, necesitaban unir sus cuerpos o se volverían locos. El mayor cortó con el beso y se separó para poder alinear su miembro en la pequeña entrada de Jihoon, se masturbó un par de veces y se introdujo lenta y cuidadosamente.

Jihoon suspiraba y curveaba su espalda al sentir la intrusión, sus manos se aferraron a los hombros de Seungcheol y poco a poco enterraba las uñas en la piel —aah~ Cheol...

Celos [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora