21. Cafecito

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Pov Poché

Me mantuve entre sus brazos un tiempo más, tal vez unos minutos. Realmente se siente muy bien.

Luego de un rato más noté cómo se separaba de mi cuerpo, de inmediato sentí que quería volver a ese lugar.

-Gracias, me hacía mucha falta.
Limpió una pequeña lágrima que se resbalaba por su mejilla mientras sonría medianamente.

-No te preocupes, estoy siempre a la orden- Hice un gesto militar tratando de alivianar el ambiente, mismo que le causo cierta gracia, ahora sonreía ampliamente.

Me repaso con su mirada de los pies a la cabeza, y debo admitir... Que eso realmente me puso muy nerviosa.

-No sé cómo pagarte por hacerme sentir mejor el día de hoy- Sonrió de nuevo. Supongo que me tendré que acostumbrar a qué sonría todo el jodido tiempo.

-No tienes que hacer nada de eso, Daniela- Mire a mi alrededor. Jamás me ha gustado estar tanto tiempo en la habitación de mi hermana, me llena de nostalgia, y la nostalgia trae tristeza, y con ello un manojo de lágrimas, y no, prefiero omitir las lágrimas. -Voy a salir de aquí, iré a darme una ducha; nunca he disfrutado estar en los ambientes tales como los hospitales.

La mire un momento, me gustan sus ojos, son como cafés con tonos claros, jamás había vistos unos ojos así en mi vida, son muy bonitos, tal vez sí no mantuviera su pelo en la cara podrían apreciarse mejor.

*Cachetada mental*

Me dí media vuelta lo más rápido posible, salí de la habitación y fui directamente a la mía.
Me despoje de toda mi ropa y me envolví en toalla, todo en menos de 2 minutos.

Pasé prácticamente corriendo frente a la habitación donde se encontraba Daniela, no sé que me pasa con ella, pero no quiero enfrentarlo, no me siento en condiciones de pensar en algo así... Algo como ella.

Pov Daniela

La vi pasar frente a mi en toalla como corriendo, ¿Tal vez tratando de que no la viese?

Me senté en la cama y apoye mi cara en mis manos, de nuevo todo el peso de lo que ha estado pasando me golpeó, tan fuerte que las lágrimas se asomaron de nuevo en mis ojos.

Respire profundo, vamo' a calmarno'.

No quiero que mis sentimientos por Poché se hagan más fuertes, no puedo lidiar con un enamoramiento con todo lo que está pasando, mi estabilidad emocional es muy poca, y probablemente pierda la cordura, la poca que me queda.

-Santa virgen de la papaya, ayúdame, por favor- Me lancé hacía atrás en la cama, y me puse a admirar el techo, no debe ser tan difícil ignorar mis sentimientos hasta que desaparezcan totalmente, ¿Cierto?

En ese momento alguien golpeó la puerta de la habitación.

-Hey, es tarde, ¿Necesitas algo o tienes hambre?- La cabeza de la enana se asomó por un lado de la puerta.

-No, estoy bien así, gracias. Voy a terminar de recoger mis cosas y me voy, no pasa nada, no hay de que preocuparse.

-Daniela, no voy a repetirlo otra vez, te vas a quedar aquí, no te voy a dejar irte a ningúna otra parte- Entro a la habitación con ánimos de parecer intimidante, y para parecer más grande alzó un poco su cuello, como sucedería en la naturaleza.

-Pfff, no creo que puedas detenerme.- Bajé mi mirada exageradamente, símbolo de que no me intimidaba, es más, me daba gracia.

-Esta bien, si no me crees.- Marcho fuera de la habitación nuevamente, está vez cerrando la puerta a sus espaldas, sus actitud era como la de una niña pequeña que piensa que todo lo que dice sé tiene que cumplir.

Miré mis cosas por unos momentos, realmente irme de aquí significa estar sola, y yo, por más que mi orgullo lo opaque, no quiero estarlo, pero tampoco quiero crear un ambiente tenso, y será peor cuando Juan Carlos llegué...

El seguro de la puerta sonó.
Di un par de pasos, tome la manija y forcejeé, no era de esperarse, pero la enana me dejó encerrada.

-Poché, vamos- forcejee más fuerte- En serio, tengo que irme, no hagas esto- Trate hasta de jalar la puerta y nada- Actúas muy inmadura, abre la puerta de una buena vez.

No respondió.

Por lo tanto mi fuerza en tanto a la manija aumento, parecía que en algún momento la iba a romper.
Luego supe que era inútil y opté por sentarme de nuevo a esperar a que me abriera o a morir, lo que pase primero.

(...)

-¿Ya estás más calmadita?- Llegó a preguntar desde el otro lado con voz juguetona. Si pudiera la agarraría de las greñas tan perfectamente cuidadas que tiene.

-Callate- Alcé la voz

-Hice cafecito, ¿Quieres cafecito?, Tiene leche, para que no digas que no trato bien a mis invitados.- Siguió burlándose.

-Chistoso, me reí.- cuando habrá esa puerta la voy a matar.

-¿En serio?, Siempre he querido ser comediante.

-*Grito de frustración*

Esta noche va a ser muyyyy larga.

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No hay mucho que decir, el que no vote es un huevo podrido.
En la noche o talvez mañana les suba uno nuevo, prepárense para todo, lo loviu.

Vazaec 🐯

Mi chica inteligente -- [CACHE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora