𝓤𝓷𝓲𝓬𝓪 8 II

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Toqué el lado de la cama de Raúl, encontrándo me con que no había nadie.

Suspire.

Llevaba haciendo esto durante toda la semana.

¿Por qué? No lo se, solo  que se me da hacerlo.

Realmente lo extraño. Aunque no estoy dispuesta a volver con él o al menos por ahora.

Hoy tenía que ir con Raúl y los niños a un parque, aún que estábamos separados queríamos que los niños pasarán tiempo con los dos a la vez y no con una semana en casa de él y otra en la mía como normalmente hacen los padres divorciados o separados.

Desperté a los niños, deje que Jetziel se bañe solo y bañe a Alejandra. Una hora después ya estábamos listos y solo faltaba que Raúl nos viniera a buscar.

Ya habían pasado treinta minutos y Jetziel ya había perdido la esperanza de que su paí viniera por nosotros.

Yo lo llamaba y me mandaba directo al buzón.

Estaba a punto de mentirle a los niños diciéndole que su padre estaba trabajando y que por eso no podía venir cuando escuchamos varios golpes en la puerta.

Rápidamente Jetziel se levanta del sofá para ir a abrir la puerta.

Unos segundos después regresa tomado de la mano de su pai.

—Raúl, no tienes que tardarte tanto en venir por nosotros
—Escuche como le decía el niño

—No me llames Raúl, más respeto

—Yo te llamó como yo quiera, ¡Raúl!

—¿Viste lo malcriado que tienes a este mocoso?

—A mi bebé no le digas mocoso

—Ah, y no es culpa de mi mami que abuela María te haiga puesto Raúl
—Reí por su mala pronunciación y por lo antes dicho

—¿Puedes dejar de ser tan malcriado?

—No, solo si me compras la "ps cinco"

Raúl se baja a su altura

—Ni en tus sueños mocoso, te lo tienes que ganar

—Mami, papi rompió tu cartera favorita y la botó en el basurero

Justo allí me acordé de una carrera que se me había perdido.

—Chota,  ya pareces hijo e' tekashi

Miró a Raúl y este me miró nervioso mientras que Jetziel se reía.

Quería matarlo aquí mismo, pero me contuve... No que mis hijos quedarán con algún tipo de trauma que se yo.

—Mejor vámonos

Este me miró sorprendido por no haberlo matado aún así no dijo nada y solo me hizo caso.

Yo tome a los niños y él tomó una pequeña maleta que él llevaría a su casa con ropa para los niños y sus juguetes ya que se pasarían una semana en su casa.

Primero metí a los niños en la parte trasera del carro y les puse su contador mientras que Raúl metía la maleta en el baúl.

Luego de unos minutos volvió y se subió al carro y condujo hasta el parque.

Notamos que había mucha gente, en verdad era un parque con mucho espacio libre donde podías hacer picnic o lo que quieras, también había pequeñas  "puestos de helado" Jetziel corrió hasta allí y yo como ni pequeña también corrí tras de él.

Raúl venía más atrás con Ale en brazos.

Pedimos nuestros helados y fuimos a un lugar más apartados de todos, pusimos una "manta" Y nos sentamos allí.

Cuando acabaron los niños se fueron a jugar en los pequeños columpios que estaban en el parque.

Mientras que Raúl y yo aún seguíamos sentados en la manta viendo los con una sonrisa.

—¿Hermosos no?
—Sonreí

—Como no van a ser hermosos si  son mis hijos

—Deja de ser tan egocéntrico Raúl

—Eso nunca, en tus sueños hermosura..

Giré mi cara quedando enfrente a la de él, él me miraba burlesco mientras que yo tenía una cara de culo. Aún que no me pude resistir por tanto tiempo y terminé riéndome a carcajadas provocando que Raúl también se ríe y varias personas nos mirarán como si fuéramos unos locos.

En una de esas Raúl posa sus manos en el caso de mi cintura y empezó a hacerme cosquillas.

—No... Raúl... Para ya

Cuando al fin él dejó de hacerme cosquillas me di cuenta que estábamos muy cerca uno del otro.

Cada vez Raúl se acercaba más, no podía evitarlo pero miraba sus labios con ganas de besarlo.

Solo faltaba un centímetro para poder unir nuestras bocas, hasta que escuchamos el llanto de Alejandra.

Rápidamente nos separamos y corrimos hasta donde estaban para darnos cuenta que se había caído y se había cortado el pie con algo.

Tenía mucha sangre, Dios y yo que odio la puta sangre.

Raúl la levantó, yo fui a buscar nuestras cosas que estaban aún donde las habíamos dejado y Jetziel solo nos miraba confundido.

Antes de Raúl cargarla me había dado cuenta que tenía algo en el pie. Parecía un vidrio o algo así.

Por eso decidimos llevarla al hospital, y si tenía un vidrio metido en e
La cortada.

Me dio pena verla gritar y más cuando le pusieron los puntos porque la herida era un poco profunda.

Ese día terminé quedándome dormida en casa de Raúl para poder cuidar del bebé.

Ok, les juro que desde el próximo cap empieza lo bueno 🤠.

¿Se nota que me quedé sin ideas? ☹️

Gracias por leer🥰

Ah, y lean mis otras novelas🥰🥰❤

Única I-II™ 𝐑𝐚𝐮𝐰 𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora