🕸; 𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖙𝖍𝖗𝖊𝖊

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-¡TE JURO QUE CUANDO SALGA DE AQUÍ, YO MISMO ME VOY A ENCARGAR DE DESMEMBRAR A ESE SACO HUMANO Y ME VOY A ASEGURAR DE QUE TÚ LO VEAS! .-Bramó. Golpeando nuevamente el vidrio.- ÉSE MALDITO MOCOSO SERÁ EL EJEMPLO DE LO QUE PASARA SI TE ATREVES A ABANDONARME.

Las lágrimas finalmente emergieron de los ojos de Lydia.

-No lo soy... -Dijo en un hilo de voz.- No puedes hacer eso.

-Lo eres, lo has sido siempre. Claro que puedo, lo haré si en éste mismo instante no te arrepientes.

-No.-Negó. Derramando lágrimas, una tras otra.- Lo amo y lo siento pero...

-No lo harías, no te atreverías.-Sonrió con burla. Flotando en el aire con las manos atrás de su nuca.- Nuestra amistad es más grande que ése puberto caliente.

-Perdóname pero lo amo y por más que seas importante para mí estuvo mal lo que hiciste, acabas de amenazarme con matarlo si yo no soy tuya, estás mal Beej.-A Lydia le dolía demasiado la decisión que estaba por hacer, pero BJ no le dejó otra opción. No podía correr el riesgo y perder a la persona que amaba por no perder a su mejor amigo. Estaba en un verdadero predicamento, pero sabía que decisión tomaría por más que el dolor fuera grande y las lágrimas fluyeron sin tener fin.- No puedo perdonar lo que intentaste hacer ni la amenaza. Lo siento.-Su voz se entre cortó.- Esto termina aquí.- Retrocedió un paso más con los ojos inundados en lágrimas pero decidida.- Ya no quiero verte más.

Fue demasiado tarde para disculparse y enmendar el grave error. Lydia desapareció para Beetlejuice como Beetlejuice para Lydia. El vacío se extendió en el poltergeist.

El lazo fue cortado de tajo. Así lo creyeron los dos.

Beetlejuice después de ese día vivió lamentándose por lo que había hecho y dicho. Ahogándose en alcohol y atormentandose con el recuerdo del día en que la perdió para siempre, su única y verdadera mejor amiga, la persona que amaba.

Ahora volvía a estar solo. Tal y como lo estuvo antes de conocerla y alegrar su eternidad con su presencia.

Podía hacer lo que deseaba con su tiempo. Tenía mucho de sobra para hacer y deshacer a su antojo, pero tal y como aquella vez que Lydia fue robada momentáneamente por el príncipe Vince o cuando tuvieron por vez primera una pelea de amigos y creyó estar bien sin ella, no tenía ganas de comer o de gastarle alguna broma a nadie. Solo quería ahogarse en su miseria y llorar si podía, total nadie más lo vería.

Eso había hecho después del desastre que ocasionó por sus estupidos celos y eso causó el quiebre definitivo de su amistad.

Llorar, ahogarse en culpa y beber sin control alguno y estrellar las botellas contra la pared.

El tiempo dejó de ser contado y de tener sentido para él como su no-vida. La comida, hacer bromas, causar caos o las mujeres a las que tanto le tenía un gusto por encima de todo lo demás así le rechazaran incontables veces, le importaban poco.

Nada tenía sentido sin Lydia.

Autodestrucción era el pan de cada día para Beetlejuice.

Nada lo llenaba ni satisfacía cuando creyó salir de la depresión que sufría al perder a Lydia. Por más lujos y una reputación medianamente aceptable que se hizo le bastaba.

Por más mujeres que ahora le asediaban por la posición de la que ahora gozaba y se suponía debía disfrutar, le satisfacían. Ninguna mujer se comparaba a su dulce amor.

Al final del día, en la soledad volvía a extrañarla. La máscara caía revelando a un ser vulnerable, patético y necesitado. Una versión totalmente diferente del que mostraba, lejana a ése Beetlejuice de excesos y libertinaje que montaba su auto con expresión divertida.

𝐖𝐇𝐀𝐓 𝐈𝐒 𝐓𝐇𝐈𝐒? - Beetlejuice x LydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora