vamos chica déjate querer – soltó un chico alfa, quien tenia acorralado a una omega – tu sabes que te gustara – paso su nariz por el cuello de la omega aspirando el olor de la chica-.
Aléjate por favor, me molesta tu olor – soltó la chica que intentaba empujar al alfa con sus manos, pero el alfa era mucho mas fuerte que ella y comenzó a besar el cuello-.
Eres una omega muy linda – beso desde el cuello hasta la parte de la mandíbula de la chica-.
Detente maldición – gruño la omega mientras intentaba con todas sus fuerzas quitarse de encima al alfa, de un momento a otro ya no sentía el peso del chico sobre ella-.
¿Acaso eres sordo? Dijo que te detuvieras imbécil – soltó una beta alta de pelo azul y ojos color rosa brillantes, la chica había tomado al alfa del cuello de la camisa y lo había lanzado hacia el piso-.
Quien te crees estúpida beta – se levanto rápidamente el chico, quedando frente a la chica de ojos rosa, el solo le ganaba en altura un par de centímetros – te voy a moles a golpes – dijo el alfa-.
Inténtalo idiota – espeto la peliazul-.
El alfa molesto levanto su puño para golpear a la beta, pero la ojirosa fue más rápida y le dio un patada en el estomago al chico, haciendo que perdiera el aire, lo dejo retorciéndose de dolor en el piso y se acerco a la omega que aun estaba asustada, por el aura que había sacado el alfa.
Te encuentras bien? - pregunto la ojirosa agachándose para revisar a la omega, aunque por el susto quito su mano-.
S-si– dijo mientras caían lagrimas por sus mejillas-.
Tranquila soy beta – sonrió la ojirosa mostrando una pequeña margarita en su mejilla, ayudo a la omega a levantarse para que se fuera-.
Muchas gracias, ese chico alfa se me acerco de repente y me pillo con la guardia baja – contaba la omega-.
Mm lo bueno es que ya estas bien -sonrió – bien, hora de irnos –tomo su mochila y se despidió de la omega, ambas dejaron al alfa quejándose del dolor aun-.
La primera semana de clases en la Escuela Uranohoshi había finalizado y Yoshiko ya había discutido y peleado con varios alfas de la escuela, alfas hormonales y queriendo demostrar quien era el mas fuerte, siempre agradecía que su hermana mayor no fuera así.
Yoshiko siempre se iba caminando a su casa, era un lugar con mucha vegetación y tranquilo por lo cual ella prefería despejar su vista, que estar rodeada de mucha gente.
Llegando a su casa, se dirigió enseguida a la cocina donde se encontraba su madre omega, dejo su mochila en la silla y tomo asiento.
Hola mamá – dijo mientras afirmaba su cabeza en la mesa-.
Yoshiko, hija ¿Cómo estuvieron las clases? - pregunto la omega de olor a canela-.
mm...no entiendo como puede haber tanto alfa idiota dando vuelta, hoy tuve que golpear a uno que estaba molestando a una cachorra omega –bufo molesta la peliazul-.
Siempre vas a toparte con alfas así hija, pocos son la excepción claramente-dijo la omega peliceniza y acaricio la cabeza de su hija.-
lose – soltó un suspiro – Kanan aun no llega? - pregunto la ojirosa por su hermana mayor-.
No, sabes que sus clases duran mas que las tuyas – dijo la omega de ojos dorados mientras ponía la mesa, Yoshiko se levanto y ayudo a su madre-.
Claro esta en el edificio de alfas, por suerte Kanan no es como esos idiotas y Mamá tampoco – dijo en voz baja la peliazul-.
Yoshiko se sentía frustrada por ser beta, era algo que se comentaba mucho en la ciudad, ya que la familia Sonoda era importante en ella y de mucha influencia, la chica era la hija de una pareja predestinada, ósea que sus hijos serian alfas u omegas de linaje puro, pero ella nació beta, algo totalmente extraño.