8.- Tareas

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"Necesitas despertarte porque no puedo hacer esto sin ti", Mordred deslizó la cabeza hacia el dormitorio.

Arturia gimió, su sueño perturbado. "Puedes preguntarle a Shirou..." murmuró mientras se tapaba la cabeza con las mantas. "Cierra la puerta, Mordred", exigió, deseando que la luz del sol se alejara de su rostro.

"Los chicos se fueron de compras, ¿recuerdas? Tu novio me pidió que preparara las verduras antes de que regresaran y no sé cómo".

Arturia envió una mirada somnolienta. "¡Shirou no es mi novio!" Él es mi vaina.

"¡Sea lo que sea para ti, ayúdame! Dijo que puedes hacerlo", protestó Mordred. Al ver que su padre había vivido con el chico japonés más tiempo que ella, no era una sorpresa que al infame Rey Arturo le fuera bastante bien en la cocina. "¿Por qué las zanahorias son más difíciles de cortar que los humanos?" gritó con frustración.

"¡Muy bien, estoy despierto!" Arturia finalmente se rindió. "¿Que has hecho hasta ahora?"

"¿Aparte de cortar el plátano? No mucho."

Chaqueta roja, cinta azul y todo esoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora