Chaqueta roja, cinta azul y todo eso

20.- Noche de Insomnio

Se encontraron de inmediato.

La frialdad de la noche invernal le hizo volar la cara mientras se acercaba a la veranda. Mordred vio a su padre sentado en la plataforma, el cabello recogido en un moño estaba suelto. Se arrastró por el piso de madera, su agarre se apretó sobre la manta a su alrededor.

"¿No pudiste dormir?" ella preguntó.

Arturia levantó la cabeza para ver a la otra rubia, moviéndose de su posición para dar un espacio. "Habla por ti mismo", dijo, sin querer dar una respuesta directa.

Mordred se rió entre dientes, sabiendo que su padre nunca respondió a sus preguntas de inmediato. Ella misma no podía dormir debido a la temperatura helada. "Hace frío esta noche", comentó mientras se sentaba. "¿Quieres compartir?"

Arturia miró la manta y la aceptó, dándose cuenta de que en realidad había estado temblando. Le dio las gracias antes de entregarle a la niña una taza de chocolate caliente que preparó hace un rato. "No es tan bueno como el de Shirou, pero te calentará".

"Whoa ... gracias."

"De nada."

Entonces, hubo un incómodo silencio entre los dos. Mordred dio un sorbo a la bebida, dejando que el calor emitido por el vaso calentara sus manos. Estaba delicioso, muy a su gusto, podía saborear el malvavisco derretido y todo eso. A su lado, Arturia se acurrucó en el abrazo de la manta, tomando aliento para sí.

"Tuve un sueño", confesó de repente el ex rey de Gran Bretaña. "Fue la Cuarta Guerra del Santo Grial una y otra vez ..."

"Whoa. ¿Con quién te encontraste en ese entonces? ¿Los espíritus?" Mordred se volvió con curiosidad.

"Antes de eso, ¿con quién te encontraste durante tu guerra?"

Mordred tarareó, pensando. "Fue una locura, había catorce pares, ¡un completo desastre! Ahí está este tipo Siegfried, el tipo sacerdote, Aviceborn algo, Quirón, Frankenstein al que derroté, esa bruja de Semiramis a la que derroté también, este tipo de cabello rosado con apariencia de niña ... igualmente, la gobernante Juana de Arco "

"Espera," interrumpió Arturia. "¿La conociste? ¿La Santa Doncella Jeanne d'Arc?"

"¡Claro que sí! ¿Qué pasa con eso?"

"Conocí a su camarada Gilles de Rais en la cuarta guerra", reveló Arturia. "Él era un hombre retorcido ... Me confundió con ella y casi la mitad de los niños del vecindario desaparecieron, torturados hasta la muerte por él. Más tarde fue derrotado por mí y los demás en Mion River".

"¡Oh, he visto el naufragio! Es Excalibur, ¿no es así?"

"S-Sí," admitió Arturia tímidamente. "El puente sobre él también fue donde el Rey de los Conquistadores y el Rey de los Héroes lucharon entre sí".

"¿Iskandar y Gilgamesh?"

Ella asintió. "Y estaban los Hassans, el Primer Caballero de Fianna, y ..." hizo una mueca ante el terrible recuerdo, "Sir Lancelot".

Mordred abrió los ojos como platos cuando notó el cambio de humor. "¿Lancelot?" no quiso jadear, pero la sorpresa fue real. " ¿Cómo ?"

Arturia se mordió la mandíbula interior. "Fue convocado como Berserker por la familia Matou bajo Mad Enhancement, así que honestamente no supe que era él hasta nuestro enfrentamiento final".

"¿Tú ... lo derrotaste?"

"Lo hice", su voz sonó tensa, como si alguien la hubiera golpeado en el estómago y todavía se estuviera recuperando. Después de pensarlo mucho, se armó de valor para hablar más sobre el Caballero del Lago. "Él había deseado ser juzgado por mí, deseaba la expiación de sus crímenes y exigió penitencia. Al final, no pude salvarlo. Les fallé a todos y ni siquiera obtuve el Grial para restaurar todo. Nunca debí haber sido un rey ".

Las lágrimas comenzaron a acumularse en la esquina de sus ojos cuando unos brazos inesperados la rodearon. Arturia estaba sorprendido, pero agradeció la comodidad de todos modos. Ella miró a su hijo, cuidadosamente comenzó a pasar sus dedos por el desordenado cabello rubio.

"Y simplemente quiero que seas feliz", dijo Mordred en voz muy baja. "Eso es todo, padre."

"Gracias."