VIII

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Parte 8

— ¡Pero Wei laoshi yo no me quiero quedar con Huan Bóbo! —Wei Ying le acababa de dar la noticia a Lan Yi de que se quedaría con Lan Huan y su respuesta no era para nada favorable—. Huan Bóbo también es un mentiroso, no quiero quedarme con él, no quiero, ¡no quiero!

—A-Yi tienes que ir donde tú tío, no te puedes quedar solo en casa —Lan Yi corrió a aferrarse a una de las piernas de Wei Ying, si no fuera porque estaba apoyado en la isla de la cocina se habría caído por el repentino impacto.

—Prefiero quedarme con Wei laoshi, Wei laoshi no me miente.

Wei Ying no sabía qué hacer para poder convencer al niño de quedarse en casa de su tío, le había costado un poco convencerlo de volver a dirigirle la palabra a su padre y ahora debía convencerlo para que le dirija la palabra a su tío; aunque, si mal no recordaba Jiang Cheng era el que iba a buscar a su sobrina, podría llegar a un acuerdo con Lan Yi. Arrodillándose a la altura del niño, Wei Ying lo separó de su pierna y posó sus manos sobre sus hombros, tenía el ceño fruncido y un puchero en sus labios, se veía bastante tierno la verdad.

—A-Yi, no se puede hacer más nada pero si no quieres hablar con tu tío Lan Huan, aun tienes a Jiang Cheng, ¿él no es tu tío también?

—Cheng Gūgū¹ da miedo —confesó el niño con la mirada baja, Wei Ying rió bajo pues aquello no le sorprendía en lo más mínimo, su hermano cuando quería podía ser muy aterrador a la vista de un niño pequeño—. Pero Cheng Gūgū siempre nos prepara comida muy rica y me deja comer más de dos tazones de arroz —Lan Yi pareció más animado con la idea de pasar tiempo con Jiang Cheng, Wei Ying no pudo evitar soltar un suspiro de completo alivio, por lo menos no tendría problemas con A-Yi cuando Jiang Cheng lo viniera a buscar.

Luego de convencer a Lan Yi, Wei Ying le colocó en un pequeño plato hondo un poco de fruta picada, así que mientras A-Yi estaba entretenido comiéndose la fruta él estaba picando más para los otros tres niños que no tardarían en despertar. Después de hablar con Lan Yi, Wei Ying había escrito un mensaje a Lan Zhan, por un momento pensó que el otro hombre se negaría a ir a hablar con él en la noche pero para su sorpresa Lan Zhan aceptó de buena gana, le dijo que su cuñado iba a pasar por Lan Yi y Lan Yunlian, no solo porque iba a ir a hablar con él a la noche sino porque iba a salir un poco tarde del trabajo.

Wei Ying dejo los tres platitos sobre la mesa ratona en la sala, justo a tiempo pues las bajas voces de los tres niños a través del monitor de bebé le dijo que ya habían despertado, tres pares de pisadas se escucharon desde el piso de arriba hasta que estuvieron todos sentados alrededor de la mesita, Jin Ling y Lan Yunlian sentados uno al lado del otro al frente suyo, Lan Yi y A-Yuan sentado cada uno a su lado, los tres niños que recién habían despertado estaban más dormidos que despiertos mientras comían lentamente las frutas en sus platos.

Después de la merienda Lan Yunlian y Jin Ling le rogaron a Wei Ying que tocara algo en su dízi²— Por favor jiùjiu, toca algo con tu dízi —pidió la niña con sus manitas juntas y un puchero en sus labios.

— ¡Toca la canción de Dragon Ball! —exigió Jin Ling demasiado emocionado, para lo que estaba pidiendo, de reojo pudo ver como Lan Yi le preguntaba a A-Yuan que era un dízi y como este le explicaba.

— ¿No prefieren hacer otra cosa? —Wei Ying llevaba un tiempo que no tocaba su dízi por lo que no estaba muy seguro de querer ir a buscar aquel instrumento.

— ¡No! —recibió como respuesta de los cuatro niños en la sala, todos y cada uno de ellos mirándolo con súplica, así que luego de soltar un largo suspiro se levantó y fue en busca del condenado instrumento, en su habitación encontró la caja de madera negra donde tenía guardado el instrumento.

Guardería del Patriarca YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora