IX

1.8K 324 62
                                    

Parte 9

Lan Zhan estuvo a punto de estrechar la mano con Wei Ying pero el sonido proveniente del monitor de bebé los alertó a ambos, a parte del típico sonido de las sábanas y cobijas moviéndose también se podía escuchar claramente una dificultosa respiración combinada con uno que otro sollozo ahogado, como si quisiera salir pero no podía. Wei Ying abrió grandes sus ojos y tan rápido como pudo se dirigió a la habitación de su hijo.

A Wei Ying no le dio tiempo de prender la luz del cuarto de A-Yuan así que simplemente encendió la lámpara en su mesa de noche y entre los cajones busco el pequeño inhalador¹ que el niño usaba mientras trataba de calmarlo un poco, no sabía lo que era tener dificultades para respirar pero sí sabía lo que era la ansiedad, él mismo la experimento cuando A-Yuan era apenas un bebé de meses. Las manos de A-Yuan se aferraron a su franela cuando se sentó al frente de él, su cabeza estaba gacha y podía ver como las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el colchón junto con una dificultosa tos con flema, odiaba, de verdad odiaba ver a su hijo en ese estado ¿Qué no haría él por aliviar su dolor?

Las manos de A-Yuan pasaron de la franela de Wei Ying a sus brazos cuando esté acercó el inhalador a sus labios, la ansiedad de A-Yuan se triplicó cuando de la pequeña bombita no salió absolutamente nada, Wei Ying se volvió a levantar para poder buscar el repuesto. Las manos de Wei Ying estaban temblando mientras buscaba entre los cajones el repuesto, mientras escuchaba la agonía de su hijo; la frustración inundó todo tu cuerpo cuando se dio cuenta de que el repuesto del inhalador no estaba donde Wen Qing le había indicado, la última vez que fue.

Al darse la vuelta sobre sus talones, todo su cuerpo se paralizó pues el lindo rostro de A-Yuan estaba de un aterrador color azul; brevemente pudo ver un borrón entre blanco y azul celeste. El rostro serio de Lan Zhan lo devolvió a la realidad, en sus brazos estaba A-Yuan y parecía esperar a que volviera en sí mismo para hablarle.

—Wei Ying, hay que llevar a A-Yuan al hospital —Wei Ying parpadeó tres veces y asintiendo rápido se precipitó a la cama del niño, donde tomó el inhalador vacío, una manta con estampado de rábanos y un peluche en forma de rábano.

Como pudo, Wei Ying tomó en brazos a su hijo y siguió de cerca a Lan Zhan quien con instrucciones de Wei Ying tomó su billetera y las llaves de la casa. Lan Zhan guío a Wei Ying hasta su auto el cual estaba estacionado al frente de la casa, así que una vez en el auto de Lan Zhan, Wei Ying trató de calmar a A-Yuan.

Todo el trayecto de su casa al hospital le pareció eterno, le pareció que no iban a llegar nunca y más cuando su pequeño rabanito dejó de respirar por un largo tiempo; no pudo evitar gritarle a Lan Zhan que se apresurara mientras buscaba la manera de que su hijo volviera a respirar. Fueron unos largos y eternos segundos en los que Wei Ying sintió como el alma le cayó a los pies y lo que Lan Zhan se tardó en dejarlo en la entrada de la emergencia.

Con la pequeña carga en sus brazos buscó a una enfermera² que lo ayudara en ese momento, en la recepción llamó a la enfermera que se encontraba ahí y esta rápidamente se levantó para ayudarle. Lo primero que hizo la enfermera fue guiarlo a un pequeño cubículo, donde la enfermera lo mandó a sentar en un gran sofá de cuero; así fue como empezó el pequeño interrogatorio mientras la enfermera preparaba la mascarilla de oxígeno, cuando esta fue colocada en el rostro de A-Yuan, Wei Ying sintió que el alma le volvió al cuerpo cuando el niño se aferró a sus brazos.

En la recepción observó como Lan Zhan hablaba con la enfermera que lo había atendido y como esta le entregaba un portapapeles con lo que, asumió, sería el ingreso de A-Yuan, Wei Ying pensó que estaba viendo a un ser de otro mundo cuando Lan Zhan se acercó a donde ellos se encontraban. El caminar de Lan Zhan era tan elegante y a la vez tan delicado, como si estuviera flotando en una nube y no caminando, en realidad todo lo relacionado con Lan Zhan parecía fuera de este mundo (o de esta época).

Guardería del Patriarca YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora