Capítulo 14: (maratón 2/5)

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Las pulsaciones de mi corazón golpeteaban cada vez con más fuerza el interior de mi pecho. Miedo. Aprensión. Tragué con espesura, percibiendo en mí la inquietante inseguridad de un abatimiento desconocido.

Lo que L se atreviese a comentar era decisivo. Ir o quedarse. Desistir o intentar. Fui muy duro al hacer que se enfrentase a la presente dicotomía, injusto, incluso, algo estúpido. Se supone que deseaba enamorarlo, y no conseguiré nada si se marcha. He sido preso del impulso. Y lo peor del asunto es que no tengo peso sobre él, digo, estoy compitiendo con alguien que de algún modo lo marcó, y yo... Yo no tengo idea de lo que soy para él. Nuestro tiempo juntos ha sido intenso, pero breve. Cómo detesto que sus pensamientos no se me hagan evidentes. Es el único a quien sus facciones no lo delatan.

Inhaló con fuerza mordiéndose los labios, desviando con descaro la quietud se su mirada. Joder, di algo, que no puedo con lidiar con ésto. Me desespero, me agobio, su discreción me asfixia.

Callado y reservado como él solo, comenzó a dirigir sus pasos hacia mí. Un escalón, dos, tres de ellos. La marcha era tan morosa que la incertidumbre no me permitía ni pestañear. Se detuvo al quedar un escalón bajo el mío. No alzó la vista.

Me perturba no saber qué hacer.

Desconozco si después de este gesto debería pronunciarme, pero quizás debe actuar solo, necesito sentirme seguro o esto jamás va a funcionar. Nunca me había pasado nada igual, L era impredecible y yo tenía mucho miedo. Así es... miedo.

Se quedó un tiempo en aquel escalón, quién sabe pensando qué, la ansiedad me estaba consumiendo. Estaba a punto de correr hacia mi habitación, el miedo me recorría el cuerpo como si fuese sangre. Pero antes de poder correr me tomó de las manos, muy fuerte, como si estuviese tratando de mantenerse en pie, los brazos le tiemblan y está tratando de estabilizar su respiración.

Quizás fui muy cruel y no pensé en él. Tal vez sólo pensé en mí.

Realmente estaba preocupado, no podía ver su rostro porque estaba pegada al piso.

Quizás si no hago nada el sacará solo lo que quiere decir. No quiero presionarlo.

Lo oigo murmurar algunas cosas, puede que no tenga clara su respuesta.

-Light, yo... -su voz parecía quebrarse, él estaba igual o más asustado que yo. Por favor... pide que me quede. Quiero poder estar a tu lado... pero necesito que estés seguro primero -yo... n-no puedo pedirte que te quedes, Light... lo lamento, mi respuesta es no. Creo... creo que es mejor que esté solo.

Es... increíble la facilidad con la que me estás sacando de tu vida.

Le has dicho a todas las personas que quieres estar solo, pero sabes que es mentira, el problema es que quieres estar con una persona que no está contigo...

No esperes mucho de nadie, no te ilusiones mucho con nadie. Debí haber escuchado más a mi razón, pero quería sentir, era la primera vez que lo hacía. Ahora estoy sintiendo. Estoy sintiendo mucho dolor, mucha decepción. Por un momento creí que no se trataba de entender, se trataba de sentir. Me siento imbécil.

Esto era un juego... ¿Cuándo cambió? ¿Cuándo dejó de serlo?

Parecía que el mundo se me había caído a pedazos.

Su respuesta es no. Eso quiere decir que... jamás podré volver a besarlo, ni tocarle... o escuchar su voz, esta será la última vez que nos veremos. Yo... yo tengo que seguir con mi vida ¿Verdad? Una vida en solitario, la primera persona que me hizo sentir algo, se va a alejar, porque yo se lo he pedido.

N-no hay vuelta atrás, no importa cuánto lo piense... sabía que esto tendría un final... pero, no sabía que terminaría de esta manera. Sin darme cuenta del por qué y el cómo una lágrima se desliza por mi mejilla. Y quema. Siento que acabo de perder todo, como si todo alrededor valiera mucho menos que L. He escuchado que las lágrimas son la forma en la que el cuerpo intenta expresar cosas que no podemos decir.

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