humana e híbrida

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(soy mala editando así que no digan nada -3-)

Corriendo entre entre el campo del pueblo estaba una niña con un kimono de naranja y crema a cuadros corriendo con una sonrisa, su cabello negro azabache desordenado que le daba hasta la espalda. Todos los aldeanos estaban en lo suyo sin poner atención a la niña que estaba corriendo por todo el lugar. Solo una niña huérfana, que no tiene padre ni madre, pero aun tenia su espíritu alegre y puro, no sabían en donde vivía pero nunca les importo. Corriendo llego a donde estaba los otros niños jugando, uniéndose en el juego empezaron a jugar con la pelota. Apenas con sus ocho años de edad era más fuerte que los otro niños, pero jamás lo utilizo para dañar a la gente, bueno, tampoco la escucharon gritar o llorar o salir una palabra de sus labios, todos pensaron que ella no tenia voz y se quedo así al ser una niña que perdió a sus padres.

Sin que ella se diera cuenta el sol empezaba a ocultarse, cuando sintió su cuerpo pesado se dio cuenta de que ya mismo se iba a ocultar el sol. Sin decir una palabra se despidió de los niños con la mano y entro al bosque justo cuando salio el sol. Su cabello creció un poco más de lo normal, sus ojos color ámbar, unos orejas perrunas sobre salían de su cabeza y garras que salían de sus dedos, era una híbrida. Mirando el cielo supo que nunca se podrá librar de esa maldición, una cruel vida que tiene, no es humana ni demonio puro, nadie la aceptara si se enteran de su maldición. Caminando sin rumbo fijo empezó a caminar a cualquier lado, pero se tuvo que esconder cuando vio demonio puro pasar de largo, cabello largo plateado que le llegaba hasta la cintura, kimono blanco como la nieve y orejas puntiagudas, era más alto que ella, no vio bien sus rasgos pero no era necesario ver para saber que era un dayoukai, pero algo le llamo la atención, ambos tenían casi el mismo olor, solo que un poco diferente. Sus hombros rectos como alguien de la realeza al igual que su andar.

Sus pies quisieron seguirlo, pero sus instintos decía que se fuera, sin que se diera cuenta ya estaba caminando detrás de él sin poder evitarlo. Vio como detuvo su andar y ella hizo lo mismo, vio como olfateaba algo en el aire y ella supo que detecto su aroma, escondiéndose detrás de un árbol antes de que él pudiera dar la vuelta por completo. Esperando que él no la haya visto, sacando un poco su rostro vio como él siguió sus pasos. No sabia si continuar detrás de él o regresar a la aldea en la que se quedaba, tomando la segunda opción se dio la media vuelta y empezó a caminar de regreso.

Cuando llego a la aldea el sol también había salido cambiando sus rasgos a los de una niña humana, sabia que no iba a vivir siempre escondiéndose de los aldeanos, sabia que un día ellos la iban a descubrir, parando en seco soltó un suspiro y mejor decidió caminar sin rumbo alguno, no tenia destino como otro cualquier híbrido que vivía en ese mundo, claro... si había otro híbrido como ella.

Pasando con los meses supo defenderse ella sola, aunque no le gustaba del todo no tenia opción, era matar o ser asesinada

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Pasando con los meses supo defenderse ella sola, aunque no le gustaba del todo no tenia opción, era matar o ser asesinada. Caminando con sus pies descalzos soltó un suspiro cansado, tenia que buscar un lugar en donde poder pasar la noche, ya que ese día iba a ser noche de luna nueva. Saltando de roca en roca se choco con alguien, alzando la mirada vio que es él mismo dayoukai de hace unos meses, ojos color ámbar, una luna creciente en su frente en medio de su flequillo, y dos rayas adornando cada mejilla, tenia una estola y una armadura con una faja que tenia en su cintura.

Ambos se miraron a los ojos, él olfateo el aire justo cuando el sol se oculto detrás de las montañas dando paso a la oscuridad, sus rasgos cambiaron sin poder evitarlo, tenia un poco de miedo, no quería morir todavía, pero para su sorpresa él solo continuo su camino, ella no sabia que hacer, ¿debía seguirlo? ¿estar a su lado?, sin poder evitarlo una sonrisa adorno y empezó a caminar atrás de él, sabiendo que por fin tendría compañía.

Ambos se miraron a los ojos, él olfateo el aire justo cuando el sol se oculto detrás de las montañas dando paso a la oscuridad, sus rasgos cambiaron sin poder evitarlo, tenia un poco de miedo, no quería morir todavía, pero para su sorpresa él solo...

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Destino, ¿que era eso?, no sabia a donde tenia que ir pero algo dentro de él le decía que debía de seguir ese camino, encontrar o buscar algo. No le importo la vida a su alrededor, los demonios inferiores le tenían miedo, como cada paso que daba ellos retrocedían, él sabia que todavía era un cachorro que tuvo que dominar sus poderes a como de lugar, que con los años fue mejorando, no se sorprendía pero por dentro él quería más poder, conseguir más fuerza y lo buscaría hasta ser él demonio más poderoso de ese mundo mortal, y también encontrar al olor que tenia gravado en su mente, dentro de su ropa tenia un papel doblado con un caligrafía excelente que decía una sola cosa... su nombre. Solo estaba escrito su nombre y nada más, ¿cuanto tiempo tenia ese papel doblado con él?, no lo sabe, apenas y recuerda algo de su yo más pequeño, nunca le importo de donde vino o quien lo abandono, solo tenia ese pequeño olor que había estado impregnado en esa hoja de papel.

 Solo estaba escrito su nombre y nada más, ¿cuanto tiempo tenia ese papel doblado con él?, no lo sabe, apenas y recuerda algo de su yo más pequeño, nunca le importo de donde vino o quien lo abandono, solo tenia ese pequeño olor que había estado im...

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el rito del dayoukaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora