Capitulo Quince

222 35 0
                                    

Con un gruñido desafiante, Natsu se catapulto hacia Zeref. Enseñando sus dientes, los hermanos chocaron en el aire, gruñendo. Sus fuertes mandíbulas rompían, y sus garras rasgaban la piel para llegar a la parte vulnerable. Yo podía oler el olor terroso de sangre fresca en el aire, y mi nariz llameó la respuesta. ¿Era acaso porque yo estaba mucho más cerca de una luna llena y pronto sería lo que ellos son?

Ellos se dieron de golpe a la tierra, revolviéndose aparte para reagruparse. Lentamente en círculos, cada uno en busca de una debilidad -una vulnerabilidad- en el otro. Natsu esperaba, y yo sabía que estaba acaparando la poca fuerza que había dejado. Zeref se lanzó.

Natsu saltó al lado. Zeref aterrizó. Natsu se abalanzó sobre su espalda, mordiendo el hombro de Zeref, Zeref gritó de dolor y tal vez de la sorpresa, también. Seguramente no esperaba que Natsu fuera tan agresivo. Zeref se resistió, tratando de sacarse de encima a Natsu. Natsu mordió a Zeref de nuevo.

Rodaron. Se pusieron el uno al otro. Se separaron y volvieron juntos. Una y otra vez. Pude ver la menguante fuerza de Natsu. Mantuve la mirada en él, me preguntaba qué podría hacer yo para ayudar aun sabiendo que era solo el sentido de la impotencia ya que no había nada. Mañana podría haber sido una historia diferente; mañana podría haber sido de más ayuda, con mi primera vez detrás de mí. Pero por ahora, Natsu tuvo que combatir por sí solo.

Zeref sabía que no se mostraba ninguna compasión. Zeref iría por su garganta, si se presentaba la oportunidad.

Ellos lucharon. Cayeron, uno sobre el otro, cada vez más cerca y más cerca del borde del acantilado. Aquello se rompió como si se dieran cuenta de que era la única manera de frenar su impulso. Traté de mantener mi mente en blanco. No quería que Natsu supiera que estaba asustada por él. Yo no quería repetir mi anterior error de distraerle. Su respiración era trabajosa, y aun su lado cubierto con la sangre.

Agarré la camisa de Zeref sólo porque era algo para agarrarse. Yo eché un vistazo a sus pantalones desechados y vi el arma. Pasé por encima de ella y la levanté. Era difícil con las manos atadas, pero lo logré. Mi padre adoptivo me había llevado a los lotes de campo de tiro de los tiempos. Yo soy muy buena con una pistola, me lo decía a mí misma. A pesar de que, hasta este momento, todas mis metas se contorneaban en un papel.

Lo apunté, pero Natsu estaba en el camino. ¿Ha sido su lucha y su batalla solo a pelear? ¿Me odiaría por haber matado a su hermano? La bala no era de plata. Las probabilidades eran que eso no lo mataría, pero aún podría dar una posibilidad a Natsu. Me acerqué a un lado, con la esperanza de un mejor ángulo.

Zeref se lanzó. Natsu también y se estrelló contra Zeref, enviándoles a ambos al borde del acantilado.

Mi grito los siguió abajo.

Sin soltar el arma inútilmente, corrí hasta el borde del acantilado y miré por encima de ella. Pude ver a Zeref, a mitad de camino, atravesado por la rama rota de un árbol, no se movía y estaba en forma humana. Supuse que estaba muerto.

Mi corazón estaba con un dolor sordo en mi pecho, ¿dónde está Natsu? Entonces lo vi, todavía en forma de lobo, haciendo un camino con mucho dolor sosteniéndose de lado de la roca.

― ¡No! ― Grité. ―Ve hacia abajo. Nos encontraremos allá.

Pero él siguió caminando penosamente hacia arriba hasta llegar a nivel del suelo. Corrió hacia mí. Me lamió la barbilla. Me abrigué mis brazos alrededor de él, enterré mi cara en su pelaje, y lloró.

Luz De Luna (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora