Diakko [Historia Principal]

II

Había decidido con toda su alma, invitar a Diana a venir con ella en las vacaciones. Pero ahora que llegaba el día, la pobre castaña temblaba cual flan gelatinoso, los nervios le consumían ¿y si decía que no? Después de todo no eran tan amigas, ¿o si?.

-Oye idiota ¿te sientes bien?-preguntó Sucy con su ya tan acostumbrada antipática voz. Akko llevaba tiempo sonriendo como estúpida, para luego pasar a una cara de desesperación y terminar llorando; el ciclo se repetía sin fin.

-¿qué? ¡Si! ¿Por qué preguntas?-cuestionó la japonesa saliendo de sus trágicos pensamientos.

-por nada-respondió a secas Sucy, apresurando el paso. Si Akko decía que estaba bien tenía que creerle ¿no?. Según lo que había leído eso hacían las amigas, agh tener amigas era complicado...

-¿qué le pasa ahora?-se quejó Akko sin entender ni una palabra a su rara amiga.

-c-creo que estaba preocupada por ti...-contestó por ella Lotte-¡a-aunque no me hagas tanto caso! Puedo estar equivocada...-terminó bajando el tono de voz, demostrando la poca confianza que tenía en ella.

Repasaba y repasaba el documento frente a ella, de tanto que lo leyó sus ojos comenzaban a quejarse. Dejó al documento descansar sobre la mesa y se masajeó el puente de la nariz, sin duda era un gran problema...

-¡OHAYO DIANA!-el gritó sacó de su ensoñación a la rubia, quien rápidamente elevó su mirada con ansiedad. Olvidando el importante documento por el momento.

-buenos días Akko-saludó ocultando sus grandes ganas por saludarla con más ánimo, pero debía controlarse, no quería que Akko pensara que ella estaba loca por ella.

-¿Qué se supone que haces?-preguntó Akko acercándose como un perrito a su dueño a la rubia. Trató de ojear el documento, más la rubia se lo impidió.

-sólo me encargo de cosas molestas-fromuló con tirria al referirse a la molesta hoja de papel, la tomó y la guardo entre sus libros, quitando la oportunidad de que la japonesa pudiese enterarse.