VII

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La casa de la japonesa no era nada comparado a lo que su apariencia expresaba

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La casa de la japonesa no era nada comparado a lo que su apariencia expresaba. El lugar era una casa japonesa tradicional, con los extensos pisos de madera adornando el lugar, mas unos cuantos adornos de estilo oriental.

-Wow, nunca imaginé que tu casa fuera así de grande Akko-comentó asombrada Lotte mirando a todas partes pues no quería perderse absolutamente nada de aquel lugar. La castaña no dijo nada al comentario, simplemente caminó hasta el recibidor para luego pararse en seco.

-¡Estoy de vuelta!-exclamó Akko en su lengua materna, las demás chicas la miraron extrañadas pues no entendían lo que la castaña acababa de gritar con tanta energía.

Unos minutos después apareció una mujer de cabellos negros y ojos rubí, la fémina sonrió con calidez a las visitas antes de dirigirle unas cuantas palabras a su hija. Ambas japonesas compartieron una animada conversación que ninguna de las presentes logró entender, después de aquello la mujer se retiró no sin antes dar una pequeña reverencia.

-Mi madre dice que entremos, pero por favor quítense los zapatos-pidió con amabilidad la castaña, despojándose de los dos pares y subiendo el peldaño del recibidor.

-¿Estás segura de eso Akko?-preguntó insegura Barbara, pues su cultura le decía que aquello era de mala educación. Sin embargo la castaña asintió sin darle más importancia, las brujitas indecisas hicieron caso a las instrucciones de la japonesa, unos minutos más tarde Akko les había entregado unas pantuflas a cada una. Una vez todas las chicas estaban listas, la ojicarmín se aseguró de conducirlas por un largo pasillo de madera, los pasos resonaban por todo el lugar  y al poco tiempo Akko se detuvo en un pasillo lleno de habitaciones continuas.

-Mi familia tiene un negocio de fuentes termales, por eso tenemos muchas habitaciones-declaró la castaña sonriendo orgullosa-Somos las mejor casa de fuentes termales en toda Chiba-presumió la castaña, mientras las demás no lograban comprender la importancia en las palabras de la nipona, las diferencias de culturas estaban bastante alejadas entre sí. Las chicas se adentraron en las habitaciones donde dejaron sus cosas, en general cada habitación le pertenecía a un equipo, todas  las habitaciones, a excepción de la del equipo rojo, estaban completas.

-¿No vas a dejar tus cosas Akko?-preguntó Lotte al ver a su amiga recargada en el marco de la puerta texteando con alguien, la castaña dejó a un lado su acción para mirarla curiosa por la pregunta, ella sonrió como lo hacía siempre, mientras negaba con la cabeza.

-No, yo dormiré en mi cuarto, ¿Es mi casa lo recuerdas Lotte?-devolvió divertida la ojicarmín, a la par que la pelinaranja se ponía roja de la vergüenza. Akko solo rió con ternura antes de despegarse del marco-Chicas, iré a dejar mis cosas, exploren la casa a su antojo, en una hora vendré para empezar el tour por Chiba-mencionó la castaña al aire, antes de desaparecer por los pasillos contiguos.

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2023 ⏰

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