Hoy me tocaba practicar mi manejo de chakra con Tokei, y tenía muchas ganas de hacerlo porque hoy me enseñaría mi primer jutsu; Shunshin no Jutsu (Jutsu de cuerpo parpadeante). Es aquella que tienen en general todos los shinobis. Se trata de hacer mover el cuerpo a altas velocidad permitiéndole ir a cortas o a largas distancias a una velocidad casi imposible de ver. Para este jutsu solo se necesita tener un nivel básico de control de chakra y saber colocar bien las manos, pero al ser este mi primer jutsu después de haber practicado muchísimo el manejo de chakra lo hace cien veces más interesante.
Chika, que resultó ser el nombre de la maldita niñera que casi me mata de hambre con solo tres meses de edad, me cambió el kimono de pijama por el yukata para salir de casa. Era realmente agotador cambiar de kimono a yukata tantas veces al día, pero se ve que era normal en el clan. Bajamos a bajo y me preparó el desayuno, como era fin de semana no tenía que asistir a la academia, y por ende, pasaría todo el día practicando jutsus.
Chika se me hizo agradable una vez que la conocí mejor, sí, puede que la chica sea tonta de narices y que su nombre sea una burla para ella*, pero la niña daba lo mejor de sí cada vez que estaba conmigo. Aprendió a no matarme por accidente cada vez que me veía, y ya no pasaba tanta hambre como la primera vez que nos vimos, en resumen, que la chica tenía buenas intenciones pero lo de tonta no se lo quitaba.
-Chika, ¿Cuantos años tienes?
Siempre tuve esa pregunta en mente, parecía ser joven y sin poca -ninguna- experiencia cuidado niños.
-Ah, joven amo, tengo dieciocho años-dijo sonriente ya que le había dirigido la palabra -cosa que rara vez sucede.
Después de escuchar su edad no respondí y seguí comiendo tranquilamente mi desayuno. Sí restamos mi edad a su edad se quedaría con catorce años. ¿Me empezó a cuidar con catorce? Vale, eso es un poco pronto y algo extraño. Esa chica tenía potencial siendo kunoichi, su taijutsu era muy bueno por lo que pude ver en los entrenamientos del clan, eso significa que obviamente tuvo que un mínimo estudio sobre las artes ninjas. Y eso me lleva a porqué está chica estuvo cuidándome desde los catorce años en vez de haber sido una kunoichi.
Y ahí es cuando caí en la cuenta, posiblemente no quisiera serlo. Me acordé de la charla que tuvimos el otro día con el profesor, donde hablaba de los peligros que conlleva ser un shinobi. Muchos de los estudiantes se fueron de clase al escucharlo, ¿Quién me dice que Chika no estuvo en un situación parecida? Mucha gente no soportaría matar a alguien o ponerse en peligro a tal punto. Cómo la educación ninja de nuestro clan se daba desde dentro, posiblemente le enseñarán lo básico y luego ella decidiera practicar y esforzarse más que el promedio por su cuenta, pero al ver lo que pasaría al ser kunoichi decidió retirarse y hacer otras labores para el clan.
Nuestro clan daba diferentes opciones para vivir; ser un ninja, servir a los señores del clan, o tener tu propio sustento de vida dentro de él. Normalmente, si la familia donde provenía la persona que tuviera que hacer esa elección tenía una tienda en el clan, se quedaba trabajando en ella, pero las personas que no tenían ningún comercio ni conseguirán ningún puesto de trabajo en uno se convertían en sirvientes. La ente no solía elegir esa última opción ya que era muy complicado pasar las pruebas para ser sirviente de la casa del clan. Al haber pensado eso me respondí a otra pregunta que me hice a mi mismo hace un tiempo: ¿Cómo Chika siguió trabajando en mi casa como niñera siendo tan mala en su trabajo? Ahora la respuesta se me hizo obvia. De igual manera que las personas heredan los comercios de sus padres, ella pudo haber heredado el puesto de trabajo de los suyos, y eso me lleva. Apensae que sus padres eran sirvientes que murieron cuando ella tenía aproximadamente catorce años, y que mi madre al ser cercana a esas personas decidió enchufarla para que no tuviera problemas económicos.
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||El heredero del Clan Aoboshi|| Naruto
ActionTuve miedo, no voy a mentir. Renacer es como si un abusón te diera trescientas patadas en el estomago y luego se riera de tí en tu cara. El sentimiento es horrible. Estuve consciente de mi estado durante los nueve meses de gestación. Asqueroso. Lo...