Epílogo: Tu tienes el amor (You've got the Love, Florence + the Machine)

4.8K 477 262
                                    

"Sometimes it seems that the going is just too rough and things go wrong no matter what I do. Now and then it seems that life is just too much. But you've got the love I need to see me through".

.

.

.

.

.

Juliana se sujetó con fuerza al cinturón de seguridad que cruzaba por su pecho, en busca de que algo lograra anclarla de alguna manera a la realidad. Nunca le habían gustado las sorpresas, especialmente luego de que su mamá y su papá le planearon una fiesta de la que ella no sabía nada cuando tenía apenas 7 años, y se llevó un susto tan grande cuando entró a la casa y todos saltaron en la oscuridad felicitándola, que se había echado a llorar quedando en ridículo frente a los invitados.


Pero, ¿esto? Era mucho peor. En primer lugar, porque no eran Lupe y el Chino quienes estaban detrás de lo que fuera a suceder. Era Rodrigo. Y si algo le habían enseñado sus años de amistad era que su amigo y la palabra sorpresa no eran una buena combinación. Al menos no para ella.


Y toda, absolutamente toda la situación empeoraba por el hecho de que le había permitido vendarle los ojos. ¿Cómo había dejado que eso sucediera? Era una absoluta locura, estar en el coche, bajo la absoluta responsabilidad de su amigo de camino a un lugar desconocido, sin siquiera poder ver hacía donde se dirigían.


Apretó con un poco más de fuerza el cinturón en cuanto sintió que se detenían, mordiéndose el labio, procurando no arruinar su maquillaje. Rodrigo había insistido en prepararla el mismo para esa noche porque, según él, era una ocasión muy especial. Ella no tenía idea de a qué se refería. No era su cumpleaños ni el de él. No sabía que se suponía que iban a celebrar, y mucho menos que implicara llevarla a ciegas.


Su amigo hasta le había comprado el atuendo, un tanto más provocativo de lo que a ella le gustaba, aunque en los últimos meses había pasado varias noches en algunos eventos formales que habían requerido de prendas mucho más ostentosas de lo que su estilo general reflejaba.


Cuando había abierto la caja que él le había llevado esa misma tarde para que se vistiera antes de marcharse, las dudas comenzaron a acumularse en su cabeza al ver la larga y brillante falda con lentejuelas, con una abertura demasiado osada para ella, hasta lo alto de su muslo. Y sus ojos se abrieron todavía más en sorpresa al ver el corset negro de cuero y encaje con tirantes, que dejaba muy poco libre a la imaginación. Ambas prendan hacían juego con unos altos tacones negros y un abrigo del mimo color, que llegaba casi hasta sus tobillos.


No entendía porqué Rodrigo había insistido en encargarse de todo, incluso su ropa. Definitivamente iban a celebrar algo importante. Sólo rogaba que fuera una fiesta tranquila e íntima. Aunque, no era la costumbre de su mejor amigo.


- Okay, llegamos pero aún no puedes quitarte la venda, eh - Juliana resopló, retorciendo el cinturón entre sus manos. - Dios, ni que fuera a matarte, Juliana. Relájate, please - Pero para ella eso era imposible. No al menos hasta que pudiera ver dónde estaba.


Sintió como Rodrigo bajaba del coche y a los pocos segundos abría la puerta del copiloto para ayudarla a bajar. Había un aroma en el aire, un perfume a jazmines y césped recién cortado que le resultaba familiar, pero no lograba descifrar dónde o cuándo había sentido lo mismo.


Caminaron por lo que a ella se le hizo una eternidad hasta alcanzar una escalinata de pocos escalones, donde su amigo tuvo que asistirla para subir. Dieron unos pasos más, y sintió el aire de la noche desvanecerse, mientras entraban a algún lugar que los protegía de la brisa fresca.


El Juego de las LlavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora