Todos nos dicen que el blanco y el negro son contrarios. Antónimos absolutos, pero tienen algo en común, representan el vacío la falta de color. Esta historia nos contará sobre dos individuos que sienten ese vacío por dentro. La vida les pondrá prue...
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PoV William
Tras recibir la noticia que mi madre había fallecido, mis manos casi dejaron caer el celular al suelo. Un escalofrío recorrió mi espalda seguido de una fuerte opresión en el pecho. Mis manos empezaron a temblar ligeramente y estaba a punto de articular una palabra, pero no podía hacer si quiera eso. Fue un momento donde no supe que hacer.
William: n-no...
Aparentar que no había escuchado lo que claramente dijo el doctor fue mi primer mecanismo de defensa ante esa noticia, pero esa fachada se vino abajo cuando mis manos sostuvieron el teléfono con fuerza mientras temblaban.
William: no pueder... se... No...no... no... ¿Por qué?...
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Intente caminar rumbo a mi ventana con el objetivo de conseguir un poco de aire fresco puesto que estaba comenzado a hiperventilarme, pero mis piernas se descompensaron.
Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas mientras pensaba en cómo reaccionar ante las palabras que me dijo el doctor.
Quería gritar, quería llorar, quería golpear cualquier cosa con tal de desahogar toda esta carga emocional que sentía, pero solo corte la llamada y me resigne a quedarme viendo fijamente el suelo mientras apretaba mis puños y dientes con fuerza. De esa manera trataba de asumir lo que había escuchado.
De verdad, traté de no hacerlo, pero fue inevitable.
Subí mis puños y los aventé con fuerza al suelo mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
William: Mamá _grité mientras sollozaba en el suelo _ No me dejes... no me dejes solo...no quiero estar solo. NO ME DEJES... ¡¡¡POR QUÉ TE FUISTE!!!
