Todos nos dicen que el blanco y el negro son contrarios. Antónimos absolutos, pero tienen algo en común, representan el vacío la falta de color. Esta historia nos contará sobre dos individuos que sienten ese vacío por dentro. La vida les pondrá prue...
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Bar Montriel
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PoV William
Mientras recorría el interior del bar no pude dejar de observar todo lo que me rodeaba. Ha pasado mucho tiempo que no vengo a uno, no soy una persona que guste de las bebidas alcohólicas, pero si se preparar una que otra.
A pesar del clima, había mucha gente dentro de este lugar, disfrutando del momento. Había especies de todo tipo, algunos riendo de tanto tomar, otros conversando y uno que otro que se andaba besuqueando en una de las esquinas del lugar. Se veía como un buen lugar para pasar el rato ya sea solo o acompañado sin embargo sentía que todo el mundo me espiaba con la mirada.
Quizás por el hecho que parecía ser el único lobo del lugar.
Era un poco incómodo porque cuando pasaba caminando se quedaban viéndome como si fuera un bicho raro.
¿Acaso será por mi color de pelaje? Ni que estuviera tan feo, un poco apagado y descuidado sí, pero no era la gran cosa.
Para evitar que me siguieran viendo me puse la capucha de mi abrigo para ocultar mi rostro de los demás. Lo único que no quería era llamar la atención sobre todo en un lugar como este.
Por suerte logré llegar sin pena ni gloria al lugar donde vendían bebidas. Me dirigí donde estaba atendiendo el bartender del local.
Noté que era un tiburón de color azul y estaba conversando con alguien más así que para hacer un poco más de tiempo antes de hablarle me dirigí al baño del establecimiento. Quizás allí adentro pueda respirar con más tranquilidad.
