Día complicado

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-Ev…

-No quiero escuchar ninguna estúpida disculpa, ¿está bien?- interrumpió Evolet a Rebecca mientras intentaba excusarse.

-Pero… yo… sólo…

-Quiero ser motociclista- Evolet interrumpió de una vez más a Rebecca. De verdad no quería escuchar ninguna excusa que sólo la llevaría a enfurecerse más - ¿Me enseñas a andar en moto?

Hubo un silencio de aproximadamente dos minutos. Evolet sabía que Rebecca no iba a aceptar. Por lo menos no al principio, ella sabía que la iba a persuadir.

Aun no entendía muy bien lo que había pasado con lo de las olimpiadas de matemáticas, pero no le apetecía hablar de eso con Rebecca en ese momento.

Quería ser motociclista desde que se mudó con Rebecca, pero ser motociclista conllevaba muchas más cosas que simplemente andar en moto, especialmente, en la JWU (Johnon and Wales University).

-No sabes lo que dices -contestó Rebecca con rostro inexpresivo-. No eres del tipo de chicas que es motociclista.

Evolet no creía lo que acababa de escuchar. Está bien, sabía que Rebecca no iba a querer enseñarle, pero no que le iba a decir que no era de “esas chicas”.

-¿Qué? ¿No soy suficiente para ser como tú?

-¡No es eso! –Rebecca hizo una pausa mientras se pasaba la mano por el pelo intentando calmarse-. Es que… se supone que yo debería querer ser como tú. Eres mi ejemplo a seguir y superarme y tú sólo… ¿quieres ser como una chica que lo único que le importa es pasarla bien y que nadie nunca la ha querido en su patética vida?

-Tu vida no es patética.

-No soy quien crees que soy.

-Para ser motociclista no tengo que saber quién eres –Evolet hizo una pausa porque las palabras de su amiga la estaban hiriendo, pero ella tenía un objetivo y lo iba a lograr-. Si no me enseñas tú, le diré a alguien más.

-Mark tiene prohibido subirte en su motocicleta y lo sabes.

-¿No te enteras de nada, verdad? –Evolet se estaba molestando así que se dio la vuelta y se encerró en su habitación.

Se sentía destrozada. Su novio le acababa de poner los cachos con la hermana de su mejor amigo y ahora su mejor amiga estaba tan concentrada en ocultar sus cosas personales que ni siquiera se había dado cuenta que ella estaba sufriendo.

Necesitaba hablar con alguien. No podía hablar con Jason, que era muy bueno escuchando, porque el ya se lo había advertido. Sus dos compañeros de cuarto no estaban disponibles para entenderla en estos momentos.

Pensó en hablarle a Dylan para que salieran, pero ya había hecho que el pasara un mal rato. También estaba el problema de que no podía contarle lo que pasó a alguien que estuvo presente.

Sólo le quedaba una opción. Una opción que no le agradaba del todo.

Tomó su celular y la llamó. Quería colgarlo, pero ya era demasiado tarde.

-¿Diga?

-Am… ¿Staicy? –dudó mientras hablaba. Ya comenzaba a pensar fue mala idea–  Soy yo, Evolet.

-¡Evolet, cariño! –respondió con entusiasmo. Esto dolía mas de lo que Evolet pensaba– ¿Para qué soy buena?

-Sólo… -Evolet se quedó pensando. ¿Qué  excusa le daría?– quiero saber si quieres que vayamos de compras. Ya sabes, quiero comprar algo nuevo para la cita de hoy.

Perfecto. Lo de la cita le había parecido perfecto. Aun no había hablado con Dylan sobre eso, pero debía seguir el juego, por lo menos por esa noche.

Bad GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora