Behind You ~ Kim Taehyung.

Parte 1: Taehyung

Historia de la música, acordes genéricos, piezas clásicas II, solfeo, rítmicas, solitario I.

Hojee las hojas de mis libros y tomé las partituras en blanco que me tendía con una sonrisa la nueva profesora de Historia de la música.

-Gracias -Musite antes de dar vuelta e irme por medio salón hasta la puerta abierta de par en par hacia los alumnos de segundo semestre que pasaban a recoger libros.

Antes de irme de vuelta al departamento me pasé por la cafetería a comerme un café. Había despertado hace tan solo quince minutos y vine corriendo con la hoja de registro y el horario exacto de recoger libros, completamente somnoliento, y solamente cambiando me el pantalón de pijama que traía puesto.

Baek Jung no me despertó como había prometido, y si no me despertó, significaba una cosa: el seguía dormido en su habitación, perdiéndose la entrega de libros.

Los arrugados y mochos serían los que le tocarán.

-Un café, por favor. -La chica de la cafetería me observó pasarme la mano por el cabello despeinado, y sonrió mínimamente antes de tomar el vaso grande de café. Ni siquiera me preguntó. Seguro vio que necesitaba el mas grande que tuviera.

Mientras me preparan el café, saque el móvil y le mande un mensaje a Baek Jung. No me respondió y la última hora que me aparecía abajo de su nombre de contacto, me dijo que apenas y había dormido tres horas hasta ahora. Se había quedado jugando, como siempre.

Yo lo haría, si no tuviera que haber ido acompañar a Mikaile a su concierto de contemporáneo, ayer por la noche.

-Gracias. -La chica me puso el café en frente y en eso saqué mi billetera el bolsillo del pantalón. -¿Cuanto...?

-Solo son mil wons. -Alce la ceja. Asentí y saque solo un billete de mil y se lo entregue al instante tomando el vaso desechable de color oscuro.

Me despedí con un asentimiento y salí de ahí. Si me di cuenta. Me cobro lo que cuesta el vaso las chico, en realidad, la pregunta era solo por hacerla. Sabía que los vasos grandes de Café de la cafetería costaban seis mil wons, los compraba seguido, y ella me los rebajaba seguido.

Di vuelta hacia el pasillo principal, resonando con un un golpeteo delicado las plantas de los zapatos contra el suelo solitario del pasillo. Mientras yo daba pequeños sorbos a mi café humeante e hirviendo.

Tal vez el pasillo no estaba tan solo.

-¿Kim? -Me quedé quieto y al segundo di media vuelta. Era Lía. -¡Oh, Kim!, que gusto verte. No sabía que estabas aquí.

Camino apresurada hacia mí jugueteando con su cabello largo y sedoso, también tenía puesta un abrigo largo de piel de cordero, abajo de este solo traía una blusa pegada y una falda con botas altas. Bonito, pero poco conveniente para el frío que hacía.

Solo la mire.

-Si, que extraño que me pase por la facultad el día que a todos los de segundo les entregan libros. Muy raro.

Ella parpadeo unos segundo, y luego empezó a esbozar una sonrisa incomoda hasta que terminó en una carcajada.

-Siempre eres tan gracioso.

No le respondí, y volví a mirar el camino por donde debería de irme...

-Nos vemos, Lía.

-¡Espera! -me volvió a detener. En ese momento me pasó la mano delgada y con uñas pintadas de esmalte nude por el brazo de la chaqueta, hasta que terminó colgada en mi brazo y muy cerca mío. Olía mucho a jabón de flores.- Vamos al mismo sitio, no deberíamos irnos por separado.