Capítulo 1: ¿Eres hombre?

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Megan

Terminaban las vacaciones. En cierta parte era grandioso poder ver a mis amigos de la escuela de nuevo, aunque por otra, era el inicio de casi nueve meses de tortura para mí. Sin embargo, ya tenía varios puntos controlados gracias a la ayuda de Felipe, un viejo amigo. Gracias a él ya había soportado un año entero vestida de hombre, hasta clases de masculinidad me había dado. Incluso durante las vacaciones me daban ganas de usar ropa de hombre, se me hacía más cómoda. Y ni hablar del lenguaje corporal. Me miraban raro cuando comía afuera con mi mamá y mi hermana, parecía un chico.

Días antes de que empezaran las clases fui de compras con Felipe, ropa de hombre. Fue raro, estaba vestida de mujer en ese momento. Cuando le preguntaba a mi amigo si me veía bien con algo alguien se nos quedaba mirando. ¡Tomboy! Ja, si tan solo supieran que aunque piense que la ropa de hombre es mucho más cómoda, me seguían gustando los tacones, las faldas y los vestidos.

—¿Solo comprarás eso? —le pregunté a Felipe mientras le entregaba algunas prendas a la cajera del lugar.

—Sí, no necesitaré más, señorito —respondió.

—Bueno... ¿crees que con esto sea suficiente?

—Supongo que sí. El año pasado tenías menos.

—Tienes razón, aunque creo que se me olvida algo...

—Camisetas, sé que tienes muchas pero son necesarias para que puedas cubrirte. Si usas dos creo que las notarán menos... —se puso nervioso.

—Espera aquí, iré por unas más.

Fui rápido a la sección de camisetas. Vi algunas que me gustaron y las busqué en mi talla, M, algo más grande de lo que usaría para que no notaran que tenía algo más en el pecho. Era algo alta para ser mujer, un metro sesenta, pero siendo hombre, era débil y bajito.

—¡Estas estarán bien! ―dije mientras "me las veía puestas" en el espejo.

—¿Tomboy? —dijo un chico detrás de mí.

—¿Qué? —respondí.

—¿O eres pervertida? —se acercó un poco hacia mí.

—Nada que ver. Yo solo...

―¿Ya nos vamos? ―me interrumpió Felipe.

―¿Eh?...Sí ―dije en voz baja.

Seguí a mi amigo a la caja registradora y cancelé el precio de las camisetas. Luego Felipe me acompañó a casa. Fue entonces cuando cené y fui directamente a mi cuarto para empacar algunas cosas antes de irme al internado.

Mi madre me apoyada fielmente a que fuera a La Escuela de Artes, fue ahí donde mi difunto padre estudió música con los miembros de su ex-banda. Ella se opuso un poco al principio, y cómo no lo iba a hacer. Una chica en un colegio de hombres. Sin embargo, cedió a los pocos días. Felipe me iba a cuidar. Además, comprendió la razón más importante por lo que lo hacía, para acercarme más a mi papá. Murió cuando estaba muy pequeña y tenía pocos recuerdos de él. Ir a su escuela era la perfecta forma de acercarme a él.

El primer día de escuela llegó. Nos asignaron habitaciones dobles a todos los alumnos. Desafortunadamente no me tocó con Felipe, él estaba a dos habitaciones de mí.

Mi cuarto era enorme, hasta cinco alumnos podían dormir ahí. Sí que las habían remodelado bien. Escogí el piso de arriba. Sí, tenía segundo piso. Acomodé algunas cosas, lo esencial, y fui a ver al coordinador de piso. Mi compañero no había llegado y pensaba que simplemente no me habían asignado uno.

―¿Darío? ¿Eres coordinador este año? ―le dije a mi amigo. Lo conocía por las largas clases de matemáticas, era su tutora... y de casi todo el aula.

―Sí. ¿Qué? ¿No crees que voy a poder serlo? ―se quejó.

―Nada que ver...Por cierto, ¿sabes si me han asignado compañero de habitación? No hay nadie ahí.

―Ah, eso...Te tocó un chico de intercambio, deben estar enseñándole el campus.

―¿Los de intercambio no compartían habitación con los nuevos?

―Es que no hay nuevos. No han aceptado alumnos de nuestro año. Dicen que es por la "exclusividad".

―Ya llegará... Gracias por la información.

Fui en busca de Felipe. El año pasado ingresamos los dos a la escuela y compartimos habitación. Pensaba que si él hablaba con el chico de intercambio sobre cambiar cuarto todo estaría solucionado.

Todos los alumnos a sus habitaciones. Habrá revisión de maletas ―se escuchaba por todo el colegio.

Entré en pánico. Esperaba que la profesora de deportes fuera la que hiciera la revisión en mi piso. Sí, ella sabía todo. Le costó entenderme pero luego me apoyó. Había sido de mucha ayuda en las clases de natación. Eran todo lío. Nadaba con camiseta puesta y Felipe lo hacía también para disimular. Todos se quejaron pero la profesora dijo que éramos de piel delicada y no podíamos nadar sin camiseta. Una mala mentira.

En los pasillos se escuchaba que gritaban. Algunos intercambiaran artículos para poder esconderlos. El porno abundaba en las habitaciones. Como también revisarían los cajones, la única solución era ponerlos detrás de los cuadros, o al menos eso era lo que todos hacían.

Mi "sección femenina" la puse en una cómoda en el segundo piso, estaba alejada de la puerta y traté de cubrirla con unas frazadas de más que siempre nos dan.

Escuché que la puerta se abrió, entré en pánico otra vez. Fui a ver quién era. Felizmente no se trataba del personal de la escuela, era mi compañero de habitación.

―¿Hola? ―dije bajando las escaleras.

―Mateo, ¿verdad? ―no volteó a verme.

―¿Cómo sabes...

―Ya pusieron los nombres en las puertas. ¿Acaso eres tonto?

―Oye, ¿qué te pasa? ―llegué al primer piso.

―Yong Hwa, Jung Yong Hwa, mi nombre... Toma ―se volteó y me entregó una lista―. Léela bien. Espero que acates las reglas. ¿Está bien?

―Pero quién crees que eres para...―lo miré bien. Lo había visto en otro parte. ¿El chico de la tienda de ropa?

―Solo hazlo —acomodó sus cosas e hizo una pausa—. Por cierto, ¿eres hombre? —se acercó un poco y se sacó los lentes de sol—. Pareces una niña.

―Claro que soy hombre. ¿No ves? ―le devolví su hoja―. No la leeré, no tienes derecho a obligarme a hacer tal cosa.

―¿Quieres dormir afuera? Es lo único que conseguirás si...

―¡Megan! ―gritó Felipe cuando abrió la puerta de la habitación.

Hola, este es mi primer fanfic en todo la vida. Espero que les guste, voten por la historia y comenten qué tal les parece. Pensé hacerla de Jung Yong Hwa porque es miembro de la primera banda coreana que escuché. ¡Los adoro!

Fabiola

Quédate Conmigo | Jung Yong Hwa [CNBLUE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora